FÁTIMA, miércoles, 18 abril 2007 (ZENIT.org).- «La fe debe ser un encuentro con Cristo y conducir a compromisos concretos»: con estas palabras ha abierto el presidente de la Conferencia Episcopal Portuguesa (CEP) la asamblea plenaria del organismo eclesial.
Fátima acoge, del lunes al jueves, esta convocatoria episcopal en la que el arzobispo de Braga –monseñor Jorge Ortiga- ha recordado la importancia del «gozo de ser discípulos de un único maestro».
Para la adhesión a Cristo y a la Iglesia, «que sobrevive a los cambios culturales, es necesario -advirtió- un nuevo paradigma orgánico de evangelización».
«Hay que apuntar en una acogida de las personas que suscite la alegría del primer anuncio, para proseguir con un proceso catecumenal que desemboque en una pastoral de acompañamiento», señaló.
Para el prelado, «sólo así los cristianos estarán presentes en los más variados sectores de la sociedad: familia, escuela, comunicaciones sociales, sanidad y muchos otros areópagos. Estas pequeñas células de ambiente pueden contribuir a una plenitud humana de la sociedad portuguesa», confía.
La Asamblea plenaria sigue adelante con la reflexión que los prelados lusos trazaron para el trienio 2005-2008: transmitir la fe en la sociedad portuguesa.
«Nuestra misión pastoral, con todos los medios a nuestro alcance, debe mirar este fenómeno de cambio cultural, porque sólo de esta forma ayudaremos a que los grandes valores éticos sigan estando presentes en la comprensión y en el ejercicio de la libertad», observó monseñor Ortiga.
Para el prelado «se trata de una cuestión neurálgica y de un verdadero desafío para la vitalidad de la Iglesia». «Corremos fácilmente peligro de caer en la mera elaboración de documentos como ayuda a la evangelización. Son imprescindibles, pero no suficientes», alerta.
Y más que los documentos, señala que son importantes las personas que los utilizarán. «Sin catequistas caracterizados por la fe, en su dimensión de conocimiento y experiencia diaria, las catequesis pueden revelarse estériles», recuerda.
«Tenemos ante nosotros una sociedad caracterizada por varios factores de ruptura -constató-, pero lo esencial de la misión de la Iglesia consiste en dar más calidad a la vida, respetándola, promoviéndola y atendiéndola permanentemente».
En cualquier caso «hay valores y causas que jamás se pierden», recordó, subrayando que «la Iglesia seguirá siendo fiel a su misión de anuncio del Evangelio en la vida en plenitud y de denuncia de los atentados contra la vida».
Puerta al aborto a través de una «ley injusta»
Y es que el nuevo marco legal del aborto también ocupó espacio en el discurso de monseñor Ortiga a la Plenaria. Aprobada tras el referéndum del pasado 11 de febrero, la norma fue calificada por monseñor Ortiga ante los obispos lusos como una «ley injusta».
No dudó en criticar el hecho de que, al contrario de cuanto afirman muchos partidarios del «sí», «la legislación aprobada no contempla un sistema de asistencia obligatoria que, sin negar la libertad de elección de la mujer, pueda actuar como elemento de disuasión». «Si existieran alternativas válidas, la mayor parte de las mujeres no optarían por el aborto», aseguró.
Ante el nuevo panorama legal, la Iglesia -apunta- debe «luchar por la formación de las conciencias y por el cambio de las mentalidades», de forma que se limite «lo más posible el recurso a esta ley».
Igualmente debe apoyar «la necesidad de garantizar el derecho fundamental a la objeción de conciencia -advierte-, que no puede implicar para quien lo ejerza forma alguna de discriminación o perjuicio en la carrera profesional».
Asimismo el presidente del episcopado portugués recalca la necesidad de comprometerse «para responder a la banalización del recurso al aborto, a través de una acción multiplicada de todas las comunidades cristianas, en apoyo solidario a las mujeres embarazadas y a las familias con dificultades para asumir la maternidad».
«La conciencia de todos los cristianos y de las personas que dan prioridad al derecho a la vida nunca podrá resignarse aceptando esta ley», subrayó.
Adelantó finalmente que en la tarea de formar las conciencias se proclamará el derecho que se ha negado a los seres humanos más vulnerables.