ROMA, jueves, 26 abril 2007 (ZENIT.org).- «Los valores religiosos son demasiado nobles para ser mezclados en luchas políticas, o para promover guerras en nombre de Dios», sostiene el periodista israelí Yossi Bar.
Lo afirmó el ex director de la Asociación de la Prensa Exterior en Italia, el pasado 20 de abril en una jornada de estudio en la Universidad Pontificia Gregoriana sobre «La religión en la prensa. Catolicismo y otras religiones en los diarios laicos y confesionales».
Yossi Bar, corresponsal del diario «Yedioth Ahronoth», de Israel, advirtió de los peligros de la confusión entre religión y política y de su entramado en la prensa.
«La religión no pertenece a los hombres sino a Dios, y no puede ser utilizada para ningún fin que no tenga que ver con la relación entre el hombre y Dios», recordó.
«Los guías espirituales de todo el mundo deberían disociarse de los religiosos que usan a Dios para influir en la opinión política y social de sus ciudadanos, creyentes y laicos», indicó.
«Muy a menudo los políticos y los aprovechados hacen de su devoción religiosa un uso instrumental, con el fin de promover los propios intereses personales, conquistar votos, vender los propios productos a través de la imagen de la religión en la que las personas tienen confianza», subrayó durante el encuentro, organizado por el Centro Interdisciplinar de Comunicación Social de la Gregoriana.
«Hoy vivimos en un equilibrio muy delicado en el que los diarios y los periodistas deben pensar muchas veces antes de publicar noticias incómodas que pueden dañar los intereses de los políticos que representan, o que se disfrazan como servidores de Dios», añadió Bar.
«Vemos que incluso los terroristas que arrancan vidas humanas de inocentes usan la religión para justificar sus acciones criminales», se lamentó en el encuentro, organizado en colaboración con el Centro de Estudios Judíos «Cardenal Bea», el Instituto de Estudios sobre Religión y Culturas de la Gregoriana, y la Fundación Internacional para la Educación Interreligiosa e Intercultural.
Según Yossi Bar, «la conexión entre religión y política es por tanto un vínculo peligroso, porque se corre el riesgo de hacer de la religión un instrumento de propaganda de ideas que no tienen nada que ver con la fe».
Para Bar, «los valores espirituales auténticos y profundos no se deben confundir con intereses políticos o financieros».