Los obispos del Congo denuncian la pobreza «multidimensional» que padece el país

BRAZZAVILLE, viernes, 27 abril 2007 (ZENIT.org).- La multidimensional pobreza que aflige a la República del Congo es una llamada de atención a la responsabilidad de todos, alertan los obispos católicos del país africano.

Share this Entry

De hecho, tal ha sido el tema de la 35ª Asamblea Plenaria que han celebrado en Brazzaville del 16 al 22 de abril: «La cuestión social: lucha contra la pobreza».

Al análisis –a la luz de la doctrina social de la Iglesia- del flagelo de la pobreza, la agenda episcopal ha sumado la cuestión de las próximas elecciones legislativas, la degradación del medio ambiente y sus consecuencias en el bienestar de la población.

Tras la asamblea episcopal, en la que se ha reflexionado sobre la investigación acerca de la pobreza llevada a cabo por «Caritas Congo» y de la Comisión Justicia y Paz, los prelados han publicado un mensaje –difundido por la Congregación vaticana para la Evangelización de los Pueblos- con el mismo tema de su reunión.

En el análisis de la situación congoleña, alertan de que «la pobreza es multimensional»: «material, económica, moral y social».

Ante todo se trata de una carestía económica y material: «Muchos de nuestros conciudadanos viven en la precariedad de manera dramática, y en condiciones indignas y deplorables», apuntan los obispos católicos del país africano.

«Nuestra investigación en las diferentes diócesis ha revelado que existen en nuestro país situaciones de pobreza extrema -denuncian-. En 2000 las instituciones internacionales afirmaban que más del 70% de los congoleños vive por debajo del umbral de pobreza con menos de un dólar al día».

Pero también existe una pobreza social, como es -señalan- la falta de acceso a la sanidad, al agua potable y a la luz, aparte de condiciones higiénicas inadecuadas.

Dos son las categorías en las que los obispos del Congo distinguen las causas de la pobreza: endógenas y exógenas.

«Dificultades de acceso laboral, reducida capacidad adquisitiva, abdicación del Estado de sus responsabilidades, inconsciencia profesional y corrupción generalizada», «inestabilidad política, ignorancia y analfabetismo» se citan entre las primeras.

Mientras que las causas exógenas, en opinión del episcopado, derivan «esencialmente de la desigualdad en los términos del intercambio: los productores de materias primas no son responsables de la determinación de los precios de éstas en los mercados internacionales»

Esta situación apela a la responsabilidad de todos, advierten los obispos: «Estamos invitados cada uno, según las propias capacidades, a cambiar nuestros modos de vida y a comprometernos resueltamente en la lucha contra la pobreza».

Los cristianos tienen la llamada -añaden- a movilizarse para que exista justicia sobre la base de los principios fundamentales del cristianismo: «la dignidad de la persona humana, creada a imagen y semejanza de Dios, el principio del bien común, el destino universal de los bienes de la tierra, el principio de solidaridad».

Share this Entry

ZENIT Staff

Apoye a ZENIT

Si este artículo le ha gustado puede apoyar a ZENIT con una donación

@media only screen and (max-width: 600px) { .printfriendly { display: none !important; } }