El Carmelo florece en el Sudeste asiático

Visita del prepósito general de los Carmelitas Descalzos

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ROMA, miércoles, 2 mayo 2007 (ZENIT.org).- Entre marzo y abril, el prepósito general de los Carmelitas Descalzos, Luis Aróstegui Gamboa visitó el Carmelo de algunos países del Sudeste asiático.

A su regreso, el prepósito general ha hecho una descripción sobre la realidad carmelitana en esos países, en algunos de los cuales se produce un notable florecimiento de vocaciones.

El padre Luis Aróstegui ha visitado Vietnam, Camboya, Taiwán, Singapur y Malasia.

Advierte que estos países «han recorrido y padecido un diferente historial de colonización, de liberación, y de guerras y violentas revoluciones. Son ahora grandes entre ellos las diferencias de desarrollo económico y social. Pero en todos se advierte un dinamismo extraordinario. En diferentes grados, la globalización y la apertura al exterior alcanza a todos. También en diferentes grados, deberán elaborar su pluralidad religiosa, cultural y lingüística».

En Vietnam, explica el prepósito general, hay cuatro comunidades de Hermanas Carmelitas Descalzas, «colmadas de vocaciones como en ninguna otra parte, y esperan el permiso gubernamental para otras tantas fundaciones. Aunque no tenemos una fundación de Hermanos, cuatro profesos temporales completan su formación en Filipinas, y otros cuatro irán este año al mismo país a iniciar el noviciado».

En Camboya, cinco Hermanas de Corea en proceso de fundación han comprado el terreno donde esperan comenzar en breve la construcción del monasterio; el antiguo convento incautado de la capital Phnom Penh es en la actualidad un orfanato.

En Taiwán, hay dos monasterios de Hermanas, y dos de Hermanos (una pequeña casa de formación y una, también pequeña, parroquia).

En Singapur, una casa de Hermanas, y dos de frailes (casa de formación y una parroquia).

En Malasia, hay cuatro comunidades de Hermanas (una en la península de Malaca, cerca de la capital Kuala Lumpur, y tres en la parte malaya de la isla de Borneo).

Además, explica el padre general, existen «comunidades vivaces del Carmelo Secular, sobre todo en Singapur y en Malasia. Un cristianismo hondo de fidelidad y de corresponsabilidad en Vietnam y en Malasia. Sea sólo una muestra el hecho de que incluso los días de trabajo, ya a las cinco y media de la mañana llenen, e incluso desborden, las capillas de las Hermanas Carmelitas los fieles que comienzan el día participando en la oración y en la eucaristía».

En la casa de formación de Singapur, además de las vocaciones propias de la Delegación de Taiwán-Singapur, se reúnen las de Malasia, Tailandia y Birmania (Myanmar). «Por el sufrimiento del pasado –explica el padre Luis Aróstegui–, nos parecen pueblos culturalmente perseverantes y generosos en la fe y vida cristianas. Las vocaciones de Taiwán-Singapur-Malasia son mayormente de origen chino. Representan para el futuro la puerta entreabierta a aquel gran país».

Todos los carmelitas en formación están destinados a la colaboración en toda aquella extensa región. Los vietnamitas están siguiendo ya todo el camino formativo en Filipinas. Los de la Delegación Taiwán-Singapur (incluyendo a los otros mencionados países) harán desde este año el noviciado también en Filipinas. Ellos serán más tarde los fundadores de las comunidades carmelitas en sus respectivos países.

Los carmelitas en ciernes de todos estos países, concluye el padre general, son «campos prometedores, necesitan el apoyo de la Orden en este momento aún inicial, para que la formación espiritual, teológica y pastoral los consolide en su vocación».

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ZENIT Staff

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