MADRID, jueves, 29 noviembre 2007 (ZENIT.org).- Ciento cincuenta jóvenes de la Acción Católica mundial, peregrinarán a Tierra Santa. Jóvenes de Europa, África, Asia y América se encontrarán el 28 de diciembre en Roma y desde allí viajaran a Tierra Santa donde, durante diez días, intercambiarán sobre las distintas realidades de la Acción Católica en el mundo, y rezaran por la Paz en Oriente Próximo.
Estos jóvenes empeñados en sus Iglesias diocesanas, con una fuerte impronta que los liga a la Iglesia universal, se proponen, indica a Zenit desde Argentina Dora Breef, «invocar la paz, y testimoniar su voluntad de impregnar de ella a todo el mundo» y añade que estos jóvenes, que llevan largo tiempo preparándose a conocer la tierra de Jesús, desean «recorrer el camino del diálogo y de la fraternidad».
Quieren ser, indica Breef, «peregrinos de paz en la tierra donde el don de la vida llevado a término sobre el Calvario ha hecho posible el anuncio de paz de los Ángeles para todos los hombres de buena voluntad».
El 11 de septiembre de 2006, la coordinación mundial del evento comunicaba a los jóvenes que, por falta de fondos, y también por «la situación que se vive hoy en Tierra Santa después del conflicto con el Líbano», tenían que tomar la dolorosa decisión «de postergar la peregrinación para el próximo año».
En este tiempo de espera, los jóvenes se han espabilado para recabar fondos, mientras que la situación parece permitir el viaje.
«El aplazamiento de la peregrinación para el 2007-2008 requiere y favorece un fuerte compromiso común durante el año 2007, por ejemplo informar a los peregrinos de Acción Católica, de nuestros países que irán a Tierra Santa, y sobre todo detectar algunas A.C. diocesanas disponibles para iniciar un hermanamiento, para iniciar contactos previos a la peregrinación», explicaba en aquél mensaje Oana Tuduce, del Secretariado General del Foro Internacional de Acción Católica, desde Roma el 4 de octubre de 2006.
Para esta preparación, los jóvenes de Acción Católica del mundo recibieron también un mensaje del padre Pier Battista Pizzaballa, custodio de Tierra Santa, escrito para la jornada mundial en que las Iglesias de todo el mundo ayudan a la Iglesia en Tierra Santa, en que explicaba lo que hacen los franciscanos en la tierra de Jesús y pidiendo su colaboración: «Tienen necesidad estos ‘hermanos de la soga’, así llaman a los franciscanos que se radican aquí en virtud de un Dios que les pide, tantas veces, la fidelidad hasta el martirio. Curan a los enfermos, construyen casas, e iglesias, se dedican a la educación de la juventud, aman esta tierra bajo cuyas antiguas ruinas buscan signos del pasaje de un Hombre ellos saben que es el Mesías».
Añadía el padre Pizzaballa: «Testimonian un amor por la Tierra Santa y por la gente. Ellos son los mediadores entre estas dos realidades: Lugares santos y presencia cristiana. Mantienen viva en esta Tierra tan particular, el perfil y la vocación universal de la Iglesia y de los lugares santos, que son patrimonio irrenunciable para todos».
«Si hoy se puede –añadía–, desde cada ángulo del mundo, congregar a peregrinos para abrevarse en las raíces de la fe y de la Iglesia, ello se debe al fiel servicio de custodia que los hijos de San Francisco han realizado con generosidad y sacrificio por más de siete siglos de historia».
El custodio de Tierra Santa seguía explicando el valor de la presencia cristiana en estos lugares: «Tierra de ecumenismo donde la Custodia ha aprendido a convivir y a expresarse con los hermanos de otras iglesias y junto a ellos compartir la hospitalidad a los peregrinos en el lugar del nacimiento y de la muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo». «Tierra de diálogo con el Islam, donde la Custodia ha construido escuelas abiertas a todos, guarderías abiertas a todos, centros sociales abiertos a todos». «Y de diálogo con el hebraísmo, a través de iniciativas a nivel cultural y arqueológico».
Aludía luego a la dolorosa realidad actual: «Tierra de un conflicto político y religioso que se retrotrae a años y que ha desgarrado la vida de estos dos Pueblos».
Justificaba la permanencia de los franciscanos «en esta tierra donde ser cristiano no es fácil, no obstante, toda la actividad realizada en nombre de la Iglesia y estar en los Lugares que han sido testigos de la Revelación, son su principal vocación».
La peregrinación está organizada por el Foro Internacional de Acción Católica, organismo que es está compuesto por la Asamblea y el Secretariado General.
El Secretariado General lo integran cinco laicos de distintos países que reflejan la variedad de la Acción Católica mundial.
Los cinco países son elegidos por la Asamblea Ordinaria del Foro cada tres años. Los actuales miembros del Secretariado General son Terence Mbonabuca, de Burundi; Oana Tuduce, de Rumanía; Lourdes Azorín, España; Emilio Inzaurraga, Argentina; Luigi Alici, Italia, y coordina el Foro Internacional Paola Bignardi, presidenta de la Acción Católica italiana hasta 2005.