ROMA, martes, 8 enero 2008 (ZENIT.org).- Los benedictinos han forjado la historia de Europa, incidiendo especialmente en el arte y la cultura. Un libro sobre la herencia artística benedictina ilustra esta influencia.
El profesor y benedictino Eduardo López-Tello García es uno de los coeditores de un voluminoso libro sobre Benedicto y el arte, editado en alemán y en italiano y presentado en Roma en el Ateneo Pontificio San Anselmo.
Para este benedictino español, del monasterio alemán de Sankt Ottilien, los benedictinos han visto en el arte una manera de acercarse a Dios.
El libro, editado junto al profesor Cassanelli, lleva por título «Benedicto. La herencia artística» (en italiano «Benedetto. L’eredità artistica», Milán 2007, y en alemán «Benediktinische Kunst. Kultur und Geschichte eines europäischen Erbes», Regensburg 2007).
–Los benedictinos han buscado a Dios a través del arte. ¿Es una herencia directa de san Benito de Nursia?
–López-Tello: San Benito no ha fundado una orden, pero ha dejado una herencia espiritual que ha impregnado toda la cultura occidental europea.
Los monjes benedictinos han buscado a Dios y han expresado esa búsqueda también a través del arte. Testimonio de ello son las innumerables producciones artísticas de todo tipo que se conservan en las abadías, museos y bibliotecas europeas y que están relacionadas directa o indirectamente con la experiencia benedictina de Dios.
Este libro no pretende ser una historia exhaustiva del arte benedictino, sino recoger en sus páginas esa experiencia de Dios que han vivido los monjes durante el correr de los siglos.
–El libro ha unido a benedictinos y no benedictinos gracias al arte, ¿es ésta la principal novedad de esta publicación?
–López-Tello: La gran novedad de este libro consiste en ser una publicación que, por primera vez, intenta reflejar, en toda su complejidad, el fenómeno del arte a lo largo de la historia benedictina y en todo el ámbito geográfico benedictino, lo mismo en Europa que en América.
También es novedoso el hecho de que es un lugar de encuentro entre el mundo intelectual benedictino y profesores no benedictinos.
Hay un total de once monjes que aportan sus conocimientos y experiencia de Dios, mientras que veinte expertos de fuera del ámbito benedictino proponen su visión del arte.
Es un libro plural en el que diversas voces encuentran resonancia, proporcionando así un reflejo adecuado de lo que son 1500 de historia artística e instaurando, indirectamente, un diálogo entre Iglesia y sociedad, en la línea del Concilio Vaticano II.
–¿Por qué los benedictinos han tenido esta influencia tan fuerte en la arquitectura, el arte y la cultura europea?
–López-Tello: Los benedictinos, nacidos en el ocaso de la cultura romana (siglo VI), recibieron la herencia espiritual de ese mundo que sucumbía y supieron conservarla y recrearla para hacer de ella un vehículo de expresión de cómo el hombre puede hablar del Dios infinito a través de una variedad y pluralidad siempre limitada de lenguajes artísticos.
Dado que los monjes tuvieron un papel fundamental en la evangelización de Europa (por ello san Benito es el patrón principal de todo el continente), su presencia llevó a numerosas áreas del viejo mundo la posibilidad de usar las artes figurativas de un modo creativo para transmitir el Evangelio.
En este libro se encontrarán ejemplos numerosos de cómo los monjes han transmitido su búsqueda de Dios en diferentes lenguajes desde el siglo VI al XX.
–Es fácil asociar benedictinos con abadías medievales, pero no con el arte moderno. ¿Es un prejuicio?
–López-Tello: Esa posibilidad expresiva no se encuentra limitada al medioevo, como muchos pueden creer, sino que, sobrepasando el barroco y los historicismos del siglo XIX, usa las posibilidades expresivas de la arquitectura, pintura, escultura o, incluso, fotografía, del siglo XX. Es un reflejo de cómo el hombre de todos los tiempos puede hablar de Dios con el lenguaje del arte.
Por Miriam Díez i Bosch