ZENIT.org).- Cáritas Kenia ha dado la voz de alarma sobre la precaria situación sanitaria que afecta a una parte de las más 250.000 personas que en las últimas semanas han huido de sus hogares a causa de la ola de violencia desatada tras las pasadas elecciones.
La situación es especialmente crítica en la Archidiócesis de Kisumu, donde se han disparado los casos de diarrea, lo que hace temer por una epidemia de cólera entre los desplazados de la zona, explica esta institución de ayuda dependiente de la Iglesia católica.
A pesar de esta situación de riesgo sanitario, el estado nutricional de los desplazados no es, por el momento, preocupante, aunque la Cáritas local advierte que se trata de una situación alimenticia muy volátil que puede deteriorarse rápidamente si por alguna razón cesa el suministro de comida a los afectados.
Actualmente, los equipos de voluntarios de la Cáritas Kenia están distribuyendo ayuda de primera necesidad (comida, mantas, mosquiteras y enseres domésticos) a varios asentamientos de desplazados: 8.500 personas en Bungoma, 36.000 en Eldoret, 1.000 en Kericho, 800 en Mombasa y 12.500 en Nairobi, Kitale y Nakuru. Asimismo, ha suministrado material sanitario urgente a ocho centros hospitalarios en Nairobi, Migori, Eldoret, Kisumu, Mombasa y Kericho.
Cáritas Kenia ha lanzado una petición urgente de ayuda a las Cáritas donantes por valor de 2,6 millones de dólares para hacer frente a las necesidades de esta emergencia, al que respondió inmediatamente Cáritas Española, con el envío, la semana pasada, de 100.000 euros.