Un curso muestra cómo el amor, la familia y la educación no se improvisan

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Impartido en la Universidad de la Santa Cruz, en Roma

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ROMA, lunes, 21 enero 2008 (ZENIT.org).-  Un curso impartido en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, en Roma, demuestra que el amor, la familia y la educación no se improvisan.

El curso «Cultura cristiana de la familia y de la educación», como explica a Zenit su directora, Marca Brancatisano, expone las bases para comprender el «tesoro del Magisterio» sobre estos temas fundamentales, «desde del Concilio Vaticano II en adelante».

Por ejemplo, se desentrañarán la exhortación apostólica de Juan Pablo II «Familiaris Consortio» (1981) o la encíclica de Benedicto XVI «Deus caritas est» (25 de diciembre de 2005).

«Según la antropología propuesta por la Revelación, el ser humano es hombre y mujer –explica la profesora Brancatisano–: ambos iguales en humanidad y distintos en identidad sexual para complementarse en una relación tan total y perfecta que es el punto de similitud con Dios amor».

El curso busca comprender, según las perspectivas propuestas por varias ciencias, «la identidad femenina y masculina, el sentido de la unión de amor, la manera para actuarla entre las contradicciones y las dificultades propias de la humanidad decaída y redimida».

«Para vivir, tomando opciones conscientes y libres en el día a día, es preciso tener conocimiento de sí mismo y de la situación en la que uno está inmerso. Es preciso adoptar criterios de orientación y reconocerse en una escala de valores que dan significado y eficacia a nuestra acción», aclara.

«Normalmente estos conocimientos se transmiten –y se verifican– en la relación entre las generaciones, entre padres e hijos», subraya Brancatisano. «Si faltan modelos cotidianos de referencia, en una época como la nuestra en la que el tiempo para estar juntos en familia es siempre más reducido, el estudio es sin duda útil y quizá más necesario que en otras situaciones».

«Estoy convencida de que en una situación como la actual de gran confusión sobre los temas de la vida, que por milenios habían sido compartidos pacíficamente –y los ejemplos más significativos son el matrimonio, la familia, la misma identidad sexual–, el primer e insustituible paso consiste en aclarar los datos básicos de conocimiento, en nuestro caso la antropología revelada».

«La cultura cristiana responder a la pregunta sobre quién es el hombre y quién es la mujer y por tanto sobre el significado y el valor de su unión en el orden de la creación. En los últimos decenios el Magisterio ha ofrecido una reflexión iluminante sobre estos temas. Es necesario divulgar más este tesoro todavía escondido», asegura la profesora.

Por último, la directora del curso advierte que la propuesta del Magisterio no es sólo un tesoro para los católicos. «La reflexión sobre los contenidos que proponemos casi siempre une a personas de distintas formaciones culturales y de otros credos».

De Miriam Díez i Bosch

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ZENIT Staff

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