CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 27 enero 2008 (ZENIT.org).- En el último domingo del «Mes de la paz», Benedicto XVI, acompañado de niños, liberó dos palomas desde la ventana de su estudio.
Los pequeños eran representantes de los niños y muchachos de la Acción Católica de Roma, que se congregaron a mediodía en la plaza de San Pedro del Vaticano junto a sus padres y maestros para rezar la oración mariana del Ángelus con el Papa.
«Queridos pequeños amigos –les dijo el Papa–: sé que estáis comprometidos a favor de vuestros coetáneos que sufren a causa de la guerra y de la pobreza. ¡Seguid por este camino que Jesús nos ha indicado para construir la verdadera paz!».
Una niña, en nombre de todos los muchachos presentes, se dirigió al Papa con estas palabras: «Querido Papa, aprendemos de ti lo que quiere decir verdaderamente ser agentes de esa paz que gritamos e invocamos en este día».
«Te damos las gracias porque tú piensas siempre en nosotros, los niños, y te prometemos que no nos olvidaremos nunca de que en el camino de la vida, pase lo que pase, Jesús camina con nosotros. Querido Papa, ¡la Acción Católica de Roma te quiere mucho!», concluyó.
Cuando el Papa lanzó las palomas, en esta ocasión, no regresaron a su apartamento, a diferencia de otros años.
Con una sonrisa, el Papa dijo: «Esta vez nos ha salido bien. A veces regresan».
En este mes de enero, la Acción Católica ha organizado diferentes iniciativas de formación para niños y muchachos, que han concluido con la «Caravana de la paz», que ha recorrido las calles de la ciudad de Roma hasta desembocar en la plaza de San Pedro.