Colombia: La Iglesia pide campañas que orienten a la mujer, no que induzcan al aborto

Para que enfrente «de manera más positiva su embarazo»

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BOGOTÁ, lunes, 28 enero 2008 (ZENIT.org).- La Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), reiteró que las campañas del Ministerio de la Protección Social deben estar orientadas a ayudar a la mujer «a enfrentar de manera más positiva su embarazo, sin sacrificar la nueva vida que se gesta en su vientre».

El presidente de la CEC, monseñor Luis Augusto Castro Quiroga, precisó que la vida es «un valor no negociable, un valor que cubre también a los niños aún no nacidos pero ya concebidos».

Monseñor Castro Quiroga aseguró que es preciso reafirmar el valor de la vida «ante la ambigua campaña promovida por el Ministerio de la Protección Social y varias ONG que se muestran muy solícitos por el bienestar de la mujer, lo cual es importante, pero se presentan totalmente indiferentes ante la suerte que corre el niño por nacer y eso no está bien».

Afirmó que «las mejores campañas del Ministerio de la Protección Social debieran estar orientadas a ayudar a la mujer a enfrentar de manera más positiva su embarazo, sin sacrificar la nueva vida que se gesta en su vientre. Es verdad que hay respuestas aparentemente fáciles y efectivas, pero que, aún siendo legales porque fueron aprobadas por la Corte constitucional, son éticamente condenables porque se atenta contra la vida de seres humanos inocentes».

«Este intento de confundir el sentido ético de la mujer, de incidir, a través de los medios, en el cambio de su conciencia hacia una actitud más laxa, debido a la urgencia de obtener y mostrar mejores resultados en cuanto a abortos, nos parece sencillamente absurdo, aún más si lleva a despertar el deseo de legalizar todo tipo de aborto», agregó.

El también arzobispo de Tunja expresó que la vida que hay en el vientre de la madre «es el test de toda democracia, es su prueba de fuego. Una persona demócrata ha de ser el más grande y entusiasta defensor de quienes no pueden defenderse a sí mismos, de las gentes más débiles, ya se trate de la mujer en situaciones de abuso, como del niño no nacido, pero no de la una contra el otro».

Añadió que de igual manera «nos sorprenden las decisiones administrativas tan contundentes en determinados temas relacionados con la salud sexual y reproductiva, como por ejemplo, la inclusión de la Pasta del día siguiente y de los preservativos gratuitos en el Plan Obligatorio de Salud. Sorprende esta agilidad cuando somos testigos de la gravedad de la problemática de la salud en nuestro país».

Los anuncios fueron hechos en Bogotá, en la sesión inaugural de la LXXXIV asamblea de los obispos y arzobispos católicos de Colombia, que tiene lugar hasta el primero de febrero próximo y desarrolla como tema «La misión de la mujer en la Iglesia y la sociedad». Convoca la presencia de unos 90 obispos y arzobispos, en representación de las 76 jurisdicciones eclesiásticas del país.

Situación de la mujer

Monseñor Castro Quiroga manifestó que «es un hecho que la participación de la mujer en la pastoral es enorme y merece la mejor de las Asambleas como signo de gratitud, de aprecio y de estímulo para seguir en su vida ministerial en la Iglesia, como discípula y misionera de Jesucristo para que en Él nuestros pueblos tengan vida.»

Espera que «siga mostrando la creatividad de una constructora de paz y de justicia para ayudar a que la mujer salga de la situación precaria actual que no tiene fronteras. La Organización Mundial de la Salud reconoce que el 70% de los 1.200 millones de personas que viven en la pobreza -aquellos seres humanos cuya existencia depende de menos de un dólar diario- son mujeres.

«Entre el 80 y 90% de las familias pobres del mundo están encabezadas por mujeres. Unas mujeres que por lo demás, son propietarias únicamente del 1% de la tierra y suponen dos tercios de la población analfabeta de la sociedad internacional. Todo esto se llama feminización de la pobreza», indicó.

«Como Obispos venimos a esta Asamblea a escuchar a la mujer cristiana, sus gozos y esperanzas, sus frustraciones y anhelos; a captar mejor los profundos cambios que han acontecido en la mujer de hoy y a ser solidarios con todas las respuestas que desde el Evangelio y desde Aparecida puedan ser diseñadas en fraterna colaboración para beneficio de la mujer colombiana que vive y se desgasta en favor de la vida, de la Iglesia y de la sociedad», concluyó.

Para leer completo el mensaje inaugural de monseñor Castro Quiroga en http://www.cec.org.co/

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ZENIT Staff

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