Los médicos católicos preparan un documento sobre los métodos anticonceptivos

Revela el presidente de la FIAMC, el doctor José María Simón Castellví

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BARCELONA, jueves, 13 marzo 2008 (ZENIT.org).- La Federación Internacional de Médicos Católicos (FIAMC) está preparando un documento a nivel mundial sobre el uso de métodos anticonceptivos que se hará público antes del verano, probablemente en Roma, con motivo del cuadragésimo aniversario de la encíclica «Humanae Vitae» de Pablo VI.

El actual presidente de FIAMC, el doctor español José María Simón Castellví, ha explicado a Zenit que «el documento está dirigido a los médicos, católicos o no, que comparten los principios éticos y antropológicos de la cultura de la vida».

«Somos conscientes, como profesionales, de la dificultad de promover esta doctrina, y después de cuarenta años aceptamos el reto», reconoce.

«El tema del documento es la anticoncepción y la regulación de la natalidad, porque no olvidemos que los medios aceptados por la Iglesia, llamados «naturales» porque respetan los ciclos naturales de la mujer, no sólo sirven para espaciar los nacimientos sino también para buscarlos».

«La encíclica, por tanto, no debe ser vista desde el punto de vista exclusivamente negativo, como rechazo de la anticoncepción», aclara.

El doctor aclara que existen tres tipos de píldora: la Ru-486, la del día después y la anticonceptiva.

«Sobre la primera el juicio está claro, se trata de un combinado producido para provocar una muerte, y ni siquiera merece el nombre de medicamento. La píldora del día después es un fármaco que, en el 70% de las veces en que actúa, lo hace para eliminar un óvulo humano  fecundado, y por tanto es también abortiva. La píldora anticonceptiva tiene otra valoración porque no produce la muerte del embrión. La valoración no es positiva, pero no tiene la misma gravedad moral que las anteriores», aclara.

«Como médico debo decir que ninguno de los tres tipos de píldora es inocuo para el organismo femenino, al contrario. La Ru-486 puede llegar a producir la muerte; la píldora del día después tiene también muchos efectos secundarios», informa.

Respecto a la píldora anticonceptiva, indica, «lo que produce es una alteración hormonal para evitar la ovulación, y esto a largo plazo puede estar asociado a fenómenos de trombosis, hipertensión o depresiones».

«De todas formas el juicio moral negativo no se remite a los efectos  secundarios, porque si el día de mañana se diseñara una píldora que no los tuviera, el juicio seguiría siendo negativo».

«En el documento que estamos preparando, y que estamos haciendo con mucho cariño –concluye–, afronta muchas de estas cuestiones, porque entendemos que la responsabilidad no recae sólo sobre nuestros pastores: sin la opinión cualificada de los médicos católicos, la cuestión de la defensa de la vida quedaría un poco coja».

En la sección entrevistas puede leerse la entrevista concedida a Zenit por el doctor Simón.

Por Inmaculada Álvarez

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ZENIT Staff

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