PANAMÁ, viernes, 21 marzo 2008 (ZENIT.org).- El Comité Permanente de la Conferencia Episcopal Panameña, ha hecho público un comunicado sobre la Ley sobre la Sexualidad actualmente en discusión.
Los obispos explican que «existen unos anteproyectos de ley integral sobre salud sexual y reproductiva y sobre la protección del menor y del adolescente, lo que ha generado diversas reacciones y comentarios en los medios de comunicación social».
Con relación a estos temas, los obispos de la Conferencia Episcopal Panameña desean aclarar una serie de puntos.
Reconocen «que es función del Estado velar por la salud integral de toda la población que habita en la República de Panamá».
«La Iglesia Católica -explican- ha participado en varias reuniones con miembros de los Ministerios de Salud, Educación y Desarrollo Social en relación con los anteproyectos de Ley ya mencionados tratando de ofrecer nuestra colaboración en la búsqueda del bien común y exponiendo nuestra postura con respecto a todo lo que afecta a la vida humana, al matrimonio y a la familia, célula básica de la sociedad».
«Nuestra participación como Iglesia Católica en estas reuniones no significa en manera alguna la renuncia ni el desconocimiento de los principios y valores inherentes a nuestra fe y a la ley natural inserta en la persona humana», aseguran los obispos.
Así mismo creen «en la necesidad de promover una verdadera educación sexual cuyo objetivo no es el placer por el placer sino una educación para el amor en consonancia con nuestra condición de seres racionales y en vista a fortalecer la institución familiar respetando la edad biológica de la niñez y la adolescencia».
Los prelados panameños se alegran de «algunas recomendaciones presentadas por nuestros delegados han sido incorporadas a los mencionados anteproyectos».
No obstante, expresan su «desacuerdo con otros artículos por su ambigüedad y porque contrarían la doctrina que nuestra Iglesia siempre ha proclamado en favor de la dignidad de la sexualidad, de la persona humana y en defensa de la vida, de la familia y el matrimonio, unión estable entre un varón y una mujer».
Para concluir, reiteran lo que dijo el siervo de Dios Juan Pablo II cuando visitó a Panamá hace veinticinco años: «El cristiano auténtico, aún a riesgo de convertirse en ‘signo de contradicción’, ha de saber elegir bien las opciones prácticas que están de acuerdo con su fe. Por eso, dirá sí a la estabilidad de la familia; sí a la convivencia legítima que fomenta la comunión y favorece la educación equilibrada de los hijos, al amparo de un amor paterno y materno que se complementan y se realizan en la formación de hombres nuevos».
Firman el Comunicado José Luis Lacunza Maestrojuan, oar, obispo de David, presidente de la Conferencia Episcopal Panameña (CEP); José Dimas Cedeño Delgado, arzobispo de Panamá, vicepresidente de la CEP, y José Domingo Ulloa Mendieta, osa, obispo Auxiliar de Panamá, secretario general de la CEP.
Por Nieves San Martín