Intervenciones en el Sínodo en la tarde del 11 de octubre

CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 13 de octubre de 2008 (ZENIT.org).- Publicamos la síntesis de las intervenciones que se pronunciaron en el Sínodo de los Obispos durante la undécima congregación general que se celebró en la tarde del sábado, 11 de octubre.

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– S. Em. R. Mons. Louis PORTELLA MBUYU, Obispo de Kinkala, Presidente de la Conferencia Episcopal (REPÚBLICA DEL CONGO)
– S. Em. R. Mons. Gregor Maria HANKE, O.S.B., Obispo de Eichstätt (ALEMANIA)
– S. B. R. Nerses Bedros XIX TARMOUNI, Patriarca de Cilicia de los Armenios, Jefe del Sínodo de la Iglesia Armenia Católica (LÍBANO)
– S. Em. R. Mons. György-Miklós JAKUBÍNYI, Arzobispo de Alba Julia, Administrador Apostólico «ad nutum Sanctæ Sedis» del Ordinariado para los católicos de rito armenio residentes en Rumanía (RUMANIA)
– S. Em. R. Mons. Juan Abelardo MATA GUEVARA, S.D.B., Obispo de Estelí (NICARAGUA)
– S. Em. R. Mons. Ignatius SUHARYO HARDJOATMODJO, Arzobispo de Semarang (INDONESIA)
– S. Em. R. Mons. Ricardo Ernesto CENTELLAS GUZMÁN, Obispo titular de Torre de Ammenia, Obispo auxiliar de Potosí (BOLIVIA)
– S. Em. R. Mons. Arturo M. BASTES, S.V.D., Obispo de Sorsogon (FILIPINAS)
– S. Em. R. Mons. Javier Augusto DEL RÍO ALBA, Arzobispo de Arequipa (PERÚ)
– S. Em. R. Mons. Joseph Prathan SRIDARUNSIL, S.D.B., Obispo de Surat Thani (TAILANDIA)
– S. Em. R. Mons. Friedhelm HOFMANN, Obispo de Würzburg (ALEMANIA)
– S. Em. R. Mons. Guido PLANTE, P.M.E., Obispo de Choluteca (HONDURAS)
– S. Em. R. Mons. Zbigniew KIERNIKOWSKI, Obispo de Siedlce (POLONIA)

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– S. Em. R. Mons. Louis PORTELLA MBUYU, Obispo de Kinkala, Presidente de la Conferencia Episcopal (REPÚBLICA DEL CONGO)

En Congo-Brazaville, país marcado negativamente por una serie de conflictos internos, constatamos la abundancia de movimientos religiosos que se pueden subdividir en dos categorías; por una parte, los movimientos que practican una lectura de tendencia liberadora, aunque evoquen elementos de la religión tradicional. Éstos se presentan como contra-reacción frente a un cristianismo considerado como negación de la identidad africana. Por otra parte algunos movimientos, ramificaciones del movimiento pentecostal de origen americana, que se caracterizan por hacer una lectura fundamentalista y hasta mágica de la Biblia y que tienden a adormecer las conciencias con respecto a los problemas concretos de la vida social.
Existen también movimientos de orientación esotérica y gnóstica caracterizados por una lectura simbólica e ideológica de la Biblia.
Todo este conjunto debe ser ubicado en un contexto de desarrollo no adecuado, con su carga de miseria y resignación. Frente a esta compleja situación, urge ayudar, animar a los fieles de Cristo en Congo a leer la Palabra de Dios, meditarla, rezarla en cuanto tiene la posibilidad de «recrear» el hombre africano que lleva aún en sí las consecuencias de su pasado. Esto requiere un acceso más fácil al texto bíblico a través de traducciones. Es una de las urgencias pastorales de nuestra Iglesia.
Por otra parte, esta lectura de la Palabra de Dios debe suscitar en el lector africano la toma de conciencia de la propia responsabilidad frente a una sociedad que espera ser transformada en todas sus estructuras según los valores del Evangelio.

[00191-04.03] [IN162] [Texto original: francés]

– S. Em. R. Mons. Gregor Maria HANKE, O.S.B., Obispo de Eichstätt (ALEMANIA)

El Documento de trabajo, en el capítulo quinto, nº 34, nos invita a reflexionar sobre la relación entre la Palabra de Dios y la Eucaristía. En este contexto, retomo la pregunta sobre cómo están en relación entre ellas, teológicamente, la presencia de Cristo en la Palabra de Dios y el Sacramento de la Eucaristía. Los diversos modos de la presencia del Señor en la celebración litúrgica no se pueden poner al mismo nivel, como si fueran estáticamente equivalentes. La consecuencia de esta manera de pensar sería una comprensión modal de la presencia del Señor, que consentiría sustituir un modo de esta presencia por otro, por ejemplo, la celebración eucarística con la liturgia de la Palabra.
La clave está en la correcta comprensión de lo que significa Palabra de Dios. La Palabra de Dios no se agota en la Biblia imprimida ni en el anuncio de la Palabra. La Palabra escrita no tiene la misma gradación que la Palabra-Logos revelada en la Encarnación. La fuerza de la Palabra escrita y anunciada vive de la presencia permanente en la historia del mundo de esta Palabra-Acción más grande. Esto hace de las cartas de la Sagrada Escritura, la Palabra de Dios que camina con el hombre de hoy, y que, en ella, abre el diálogo de Dios con el hombre.
Sin embargo, es la Eucaristía el lugar en el que se hace presente la Palabra de acción, con toda su historia de la salvación y la escatología. La Palabra de Dios de la Escritura, como modo de presencia del Señor, remite pues a la Eucaristía. La presencia del Señor en la Palabra exige Su presencia en la Eucaristía. Sobre esto es preciso reflexionar en nuestra pastoral bíblica.

[00196-04.03] [IN167] [Texto original: alemán]

– S. B. R. Nerses Bedros XIX TARMOUNI, Patriarca de Cilicia de los Armenios, Jefe del Sínodo de la Iglesia Armenia Católica (LÍBANO)

Es oportuno subrayar al comienzo de mi intervención que, según la tradición, los orígenes de la Iglesia de Armenia, evangelizada por san Gregorio el Iluminador, se remontan a la adopción del cristianismo como religión de estado en Armenia en el año 301. En aquella época, el alfabeto armenio no existía y las lecturas bíblicas eran proclamadas en griego o siríaco. Después el oficiante tenía que traducirlas al armenio. Esto no facilitaba la comprensión de la Palabra de Dios por parte de los neófitos armenios. De este hecho surgió la idea de inventar un alfabeto para traducir la Biblia en el idioma del pueblo.
Esto fue realizado gracias aun hieromonje de nombre Mesrob que, estimulado y sostenido por los responsables supremos de la Iglesia y del estado, el catholicos Sahag y el rey Vramchapouh, asumió esta tarea y en el año 406 inventó el alfabeto armenio. El primer libro traducido fue la Sagrada Biblia, a partir de la traducción de los Setenta.
Se puede afirmar que desde la traducción de la Biblia en armenio, el Libro Sagrado adquirió una importancia particular en la vida del pueblo armenio. Su efecto benéfico se hizo sentir, dando una nueva mentalidad y un nuevo espíritu a los fieles, a los intelectuales y a la sociedad en general.
Se puede concluir , sin duda, que la invención del alfabeto armenio, en el 406, no poseía otro fin que la evangelización. Esta evangelización ayudó a proteger la fe cristiana a menudo amenazada, como en el 451 – la Biblia había sido recién traducida- y en los siglos siguientes.
La Palabra de Dios sostuvo a la Iglesia y al pueblo armenio durante su dolorosa historia. Ha impregnado y estimulado la cultura armenia a lo largo de los siglos. La vida de los cristianos en Armenia estuvo permanentemente empapada y guiada por la Palabra de Dios
Que esta preciosa riqueza representada por las Sagradas Escrituras y la vida ejemplar de nuestros antepasados inciten a las nuevas generaciones a recurrir cada vez más a la Palabra de vida. Será este el fruto de las conclusiones de este Sínodo.

[00195-04.04] [IN168] [Texto original: francés]

– S. Em. R. Mons. György-Miklós JAKUBÍNYI, Arzobispo de Alba Julia, Administrador Apostólico «ad nutum Sanctæ Sedis» del Ordinariado para los católicos de rito armenio residentes en Rumanía (RUMANIA)

Después de los cambios de diciembre de 1989 volvieron las libertades democráticas. Se reconocieron dieciocho «cultos», también la Iglesia católico-romana y la greco-católica como dos cultos separados. En Rumanía actualmente existen 1.115.000 de católico-romanos (datos de la AP 2008) en seis diócesis: Bucarest con las sufragáneas Iaşi, Oradea de los Latinos, Satu Mare, Timisoara y Alba Julia arzobispado sui iuris. 771.000 greco-católicos en cinco diócesis/ eparquías: Arzobispado Mayor de Făgaraş y Alba Julia (con sede a Blaj) con sufragáneos Cluj-Gherla, Lugoj, Maramureş (con sede en Baia Mare) y
Oradea de los Rumanos. 806 armenios católicos en un ordinariado. Todos tienen obispo diocesano y sólo algunos también auxiliares. Las órdenes religiosas han abierto sus noviciados. Igualmente aparecieron editoriales y revistas católicas. Así la Biblia se ha vuelto nuevamente accesible a todos.
Los greco-católicos han reeditado, con la ayuda de la Santa Sede, la única Biblia completa greco-católica rumana de Blaj (1796). Los rumanos católico-romanos – los profesores del Instituto Teológico de Iaşi han hecho una nueva traducción del Nuevo Testamento en 2002. Los húngaros y los alemanes pueden importar Biblias de Hungría y de Alemania.Muchas parroquias han creado círculos de jóvenes y adultos para practicar la Lectio Divina en común. Los futuros sacerdotes ya han sido instruidos en el seminario para el apostolado bíblico.
Cuatro diócesis transilvanas de mayoría húngara han fundado la Asociaţia Biblică Maghiară de Rumanía que forma parte de las Asociaciones Bíblicas Católicas (FBC = Federación Bíblica Católica, AMB = Arbeitsgemeinschaft Mitteleuropäischer Bibelwerke). Esta Asociación organiza el apostolado bíblico con sesiones, campamentos, preparación de los formadores para los círculos bíblicos, etc.
Pienso que estos son buenos signos de una renovación en la vida de la Iglesia local de Rumanía.
Propondría que todas las diócesis fundaran una Asociación Bíblica, incluso Federación nacional, con el objetivo de promover el apostolado bíblico católico.

[00038-04.04] [IN017] [Texto original: italiano]

– S. Em. R. Mons. Juan Abelardo MATA GUEVARA, S.D.B., Obispo de Estelí (NICARAGUA)

El centro de atención del breve relato de la vocación de Jeremías (Jer 1,10-10.17ss) se fija en la Palabra de Yahvé, cuya importancia llena toda la narración, y en Dios mismo de quien dimana dicha palabra. En las palabras que Yahvé pronuncia en el encuentro y que apuntan derechamente a la realidad última de las cosas, a la voluntad ordenadora de Dios (cfr.Gn 1), Jeremías queda inmediatamente situado en su condición de creatura. En efecto, la expresión «antes de que te plasmara (yazar) formula la relación de dependencia total del hombre con respecto a su Creador. Es Dios quien modela no solamente la sustancia, sino también la existencia, el ser y el devenir. Este aspecto se expresa mediante un verso netamente hebreo, conocer (yada), que implica una intensa connotación volitiva. De suyo el verbo no dice nada más y podría aplicarse a todos los hombres.
Frente a esta magnífica visión teocèntrica del hombre y de su quehacer en el mundo, ha venido creciendo a una visión cada vez más antropocéntrica interesada en lo inmediato, lo singular y lo concreto: se trata de un ateísmo práctico que postula que el hombre no necesita recurrir a Dios para explicar su ser en el mundo y menos para que le diga lo que puede o no puede hacer. Este modo «secular» de comprender al hombre, caracterizado por la ausencia de una reflexión metafísica de la realidad y de normas éticas objetivas que surgen del ser de ésta, se manifiesta en una actitud escéptica del hombre frente a la existencia de Dios, por una parte, y a la posibilidad de conocer verdades absolutas, por otra. Este hecho ha traído dos consecuencias: La primera es que va despertando un marcado interés por lo fenomenológica y lo empíricamente verificable, como claves hermenéuticas para comprender la realidad. La segunda es que va generando una mentalidad donde lo éticamente correcto se resume en asumir lo que la colectividad demanda.
Ello nos obliga a un gran esfuerzo intelectual que se nos presenta como reto, según las palabras de Juan Pablo II, cuando nos dice: «Un gran reto tenemos al final de este milenio es el de saber realizar el paso, tan necesario como urgente, del fenómeno al fundamento. No es posible detener se en la sola experiencia…» (fides et Ratio, 83). Los temas éticos se desarrollan cada vez más, usando palabras de Juan Pablo II, en las arenas movedizas de un escepticismo general y en una desconfianza frente a la posibilidad de alcanzar la verdad (cfr. Fides et Ratio 5).

[00176-04.03] [IN106] [Texto original: español]

– S. Em. R. Mons. Ignatius SUHARYO HARDJOATMODJO, Arzobispo de Semarang (INDONESIA)

Asia es un continente con numerosas religiones y culturas, marcada por una pobreza degradante y por el subdesarrollo. Es en este contexto que la Iglesia en Asia medita sobre la Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia . La FABC constantemente sigue promoviendo la evangelización con un triple diálogo: con los pobres, las religiones y las culturas. Nostra Aetate y otros documentos post-conciliares, han confirmado el camino del diálogo como el modo característico de nuestra Iglesia (Ecclesia in Asia, 3).
Las Orientaciones y el Documento de Trabajo del Sínodo hacen referencia, sobre todo, a la Dei Verbum, pero es necesario integrarla a la Gaudium et Spes en su llamamiento al diálogo con el mundo. En Asia la proclamación de la Palabra exige diálogo e incultuación como requisitos del Verbo encarnado. La Palabra de Dios debe convertirse en Palabra de vida para los pobres de Asia.
Debemos afrontar las causas estructurales de la pobreza y de la marginación para la liberación integral a la luz de la Palabra de Dios. Las Bienaventuranzas del Reino, sobre todo las que se refieren a los pobres del Evangelio de Mateo y Lucas, deben ser proclamadas sea a los ricos, como reto a sus seguridades, que a los pobres como fuente de esperanza, liberación y vida.
La revelación bíblica pone el acento en el amor de Dios por los pobres, es decir: por la viuda, el huérfano, y el extranjero. Dios realiza obras de justicia y otorga el derecho al oprimido (Sal 103,6). Nuestro Señor Jesús encarnó la divina compasión por los pobres en su proclamación del Reino de Dios. La opción preferencial de Dios por los pobres es la Palabra de vida para los ignorados, humillados y desheredados . La Iglesia debe compartir la Palabra de Dios como Palabra de esperanza y vida para los pobres de Asia.

[00177-04.03] [IN111] [Texto original: inglés]

– S. Em. R. Mons. Ricardo Ernesto CENTELLAS GUZMÁN, Obispo titular de Torre de Ammenia, Obispo auxiliar de Potosí (BOLIVIA)

Este llamado, siempre ha sido la vida y misión de la Iglesia, sin embargo, los frutos que se han conseguido no son los suficientes para que el mundo camine según los criterios del Reino. La realidad actual nos muestra que la Palabra de Dios y las culturas antiguas y modernas son mundos separados o paralelos. Dos realidades que intrínsecamente están unidas, caminan con orientaciones totalmente distintas, cuando son dos brazos del mismo cuerpo, porque Dios habla en su Palabra escrita, en la vida de las personas y en los acontecimientos actuales.
Aquí nace el gran desafío pastoral: Relanzar una auténtica encarnación de la Palabra de Dios con rostro propio, en una situación concreta que signifique y comprometa asumir un proyecto de sociedad en respuesta a la necesidad histórica, social y cultural de nuestras comunidades, para que mejoremos nuestras vidas según la vida de Jesús de Nazareth. No podemos continuar leyendo y meditando la Palabra sin la necesaria relación con las culturas y sin la consecuencia de un compromiso social.
Es prioritaria una lectura de la Palabra contextualizada que sea capaz de transformar las personas y las estructuras. Una interpretación que fomente una lectura desde los más pobres y excluidos. Que promueva la generación de comunión y comunidades. Que permita descubrir a las culturas la misteriosa presencia de Dios en su propia historia, para que cada creyente sea sujeto vivo de su historia y sea un testimonio de la experiencia de Dios.
En mi país de manera particular y en otros países de América Latina, se necesita una lectura desde las culturas indígenas emergentes que por siglos han caminado de forma paralela al proceso de evangelización. Como ya hemos indicado en Aparecida: Muchos bautizados y pocos evangelizados,.
Necesitamos que
toda acción y proyecto, grupo y movimiento, instituciones y estructuras de nuestra Iglesia revisen sus motivaciones y partan de nuevo según la inspiración bíblica. Urge mostrar al mundo una nueva manera de ser Iglesia.

[00129-04.03] [IN113] [Texto original: español]

– S. Em. R. Mons. Arturo M. BASTES, S.V.D., Obispo de Sorsogon (FILIPINAS)

1) Los cursos bíblicos en los seminarios son excesivamente intelectuales debido al uso del método occidental de exégesis histórico-crítica, que aburre a la mayor parte de los seminaristas. El enfoque académico debería ser complementado con métodos que toman en cuenta la cultura y las situaciones de vida de los oyentes.
2) Los miembros de la Federación Bíblica Católica (actualmente presente en 129 países) ha desarrollado técnicas para llevar a cabo el ministerio pastoral bíblico que han demostrado ser eficaces en transmitir el mensaje de Dios a los hombres y mujeres contemporáneos. Estas metodologías creativas deben ser incluidas en el curriculum oficial de los programas de formación en las facultades de teología y centros de formación. Ejemplo de ésto es el método que interesa a las personas de hoy llamado Bibliodrama.
3) Se siente intensamente la urgencia de desarrollar un método en Asia para leer la Biblia a causa del gran desafío que la Iglesia está afrontando en este continente inmenso, donde millones de personas tienen hambre de la Palabra de Dios. Actualmente se está intentando, con suceso, desarrollar una hermenéutica bíblica que tenga en cuenta la riqueza de la cultura y de la historia de los pueblos asiáticos. Existe un proyecto para elaborar un comentario bíblico asiático que utilice el método histórico-crítico del occidente y una hermenéutica cultural comparativa para hacer que sea accesible al alma asiática el profundo significado espiritual del texto bíblico. Los miembros asiáticos de la FBC han decidido además crear un Instituto Bíblico Asiático que, se espera, pueda elaborar el tan anhelado programa holítico de formación bíblica.
4) Éste es un modo para contribuir a la missio ed extra en Asia, donde la mayor parte de la gente aún no ha oído hablar de Cristo. A través de un proceso gradual de evangelización que presente al Jesús de los Evangelios como un maestro, un narrador de parábolas, un sanador, un hacedor de milagros, un amigo, un consolador -imágenes que agradan a los asiáticos- las personas en Asia podrían ser guiadas por el Espíritu a creer en Cristo como Hijo de Dios.

[00132-04.03] [IN116] [Texto original: inglés]

– S. Em. R. Mons. Javier Augusto DEL RÍO ALBA, Arzobispo de Arequipa (PERÚ)

La misión de la Nueva Evangelización, que Cristo nos ha confiado, como Iglesia, en este tercer milenio, requiere que recuperemos y difundamos la conciencia sobre algunos elementos que tal vez durante algún tiempo de la Cristiandad los dimos por supuestos y, en algún caso, podemos incluso haberlos olvidado. Permítanme enunciar brevemente algunos de ellos:
1. La Iglesia es depositaria de la Verdad Revelada. El Evangelio no es una oferta más, entre muchas que hoy puede haber en el mercado de las post-modernidad.
2. La Palabra de Dios es eficaz y tiene en sí misma la «dynamis», la potencia de reengendrar al ser humano y hacer de él una «nueva creación» (l P 1,3; St 1,18; Jn 1,12-13).
3. El Kerygma es, ante todo, una «palabra de salvación», capaz de romper, en quien la acoge, las cadenas de la esclavitud a los ídolos y suscitar en él el anhelo de participar en la Vida que Dios le ofrece.
4. La iniciación cristiana, sea pre-bautismal o post-bautismal, es instrumento idóneo para gestar la vida divina en el creyente.5. La formación permanente en el seno de una pequeña comunidad tiene la ventaja de facilitar que el fiel cristiano pueda ver «encarnada» la Palabra de Dios en su Cuerpo Místico que es la Iglesia.
6. La centralidad de las Sagradas Escrituras en la vida y el ministerio de los obispos y presbíteros, de modo que podamos ser «hombres de la Palabra».
Pienso que estos elementos y otros que se pueda añadir están siendo recuperados por los nuevos movimientos y pequeñas comunidades suscitadas por el Espíritu Santo en tomo al Concilio Vaticano II. En este sentido, me permito proponer que este Santo Sínodo se haga eco de la invitación que hace unos meses nuestro querido Santo Padre hizo a los pastores, diciéndonos que acojamos con amor a estas nuevas realidades eclesiales.
Finalmente, pienso también que es preciso revisar, a la luz de la Pastores dabo vobis, la formación que se viene impartiendo en nuestros seminarios, de modo que se dé una mayor importancia a la oración, el silencio y la lectio divina, y haya una mayor unidad entre la dimensión académica y aquella espiritual en la preparación de nuestros futuros pastores.

[00150-04.04] [IN126] [Texto original: español]

– S. Em. R. Mons. Joseph Prathan SRIDARUNSIL, S.D.B., Obispo de Surat Thani (TAILANDIA)

La Iglesia católica en Thailandia vive su vida en Cristo mediante la Eucaristía y la Escritura. Por lo tanto, la Iglesia tiene una misión que da vida, para ser una luz resplandeciente de fe y esperanza en la sociedad tailandesa. La Iglesia tailandesa, como pequeño grupo en medio a otros credos y religiones, es profundamente consciente de ser la levadura en la masa de la sociedad tailandesa.
Sabemos que la Palabra de Dios tiene que influir en nuestra vida mediante el estudio, la meditación y la oración, y que tenemos que poner en práctica la Palabra de Dios. La Iglesia en Thailandia ha decidido promover la Palabra de Dios en su vida y su misión de las siguientes maneras.
1. La disposición a escuchar la Parola es extremadamente importante. Las comunidades eclesiales de base de la Iglesia en Thailandia hacen de la Palabra de Dios el corazón de su existencia, que incluye la lectio divina.
2. La Iglesia en Thailandia subraya la importancia de los estudios bíblicos en nuestros seminarios, en los centros de formación religiosa y en la formación de los laicos, y les ayuda a conocer y amar la Palabra de Dios, a vivirla y, por tanto, a compartir su experiencia de la Palabra con los demás.
3. La Iglesia en Thailandia desea intensamente que la Palabra de Dios sea el corazón de toda la catequesis y, de ese modo, dar una sólida base de fe y madurez cristiana a los fieles, para su misión de testigos en la sociedad tailandesa.
4. La Iglesia en Thailandia, utilizando la tecnología moderna en sus esfuerzos por realizar los tres objetivos ya citados, intentará transmitir la Palabra de Dios como el camino, la verdad y la vida para todos los fieles y las personas de otras religiones, haciendo hincapié en la Palabra como Buena Nueva para los pobres (Lc 4, 18).

[00152-04.04] [IN128] [Texto original: inglés]

– S. Em. R. Mons. Friedhelm HOFMANN, Obispo de Würzburg (ALEMANIA)

Ya se han dicho muchas cosas importantes sobre la exégesis de la Palabra de Dios y sobre la predicación en la liturgia. ¿Cómo podemos, sin embargo, llegar a las personas que no acuden a la Iglesia?
Se han mencionado algunas posibilidades. Partiendo del capítulo séptimo del Documento de trabajo, «La Palabra de Dios en los servicios y en la formación del pueblo de Dios», deseo introducir otro aspecto, el de la cultura cristiana.
La revelación de Dios no se limita a la Palabra de Dios en la Biblia. Acontece también en la naturaleza y la cultura. Está claro que la revelación más elevada e intensa de Dios es la Encarnación de la Palabra de Dios en Jesucristo. Y ésta tiene que ser explicada.
El mismo Jesús transmitió a menudo su mensaje mediante parábolas. En estas parábolas, la afirmación central, por decirlo de alguna manera, se personifica, es decir, se coloca en un contexto global que, a través de imágenes, interpela al hombre en su conjunto.
La Palabra de Dios se ha inculturado en las culturas más diversas. Tiene un impacto en el arte. En Europa tenemos una historia cultural cristiana impresionante de casi dos mil años. Arqui
tecturas extraordinarias, obras de arte figurativas, musicales y literarias han nacido de la fe y han acogido en su seno el testimonio de la fe. Ahora es preciso hacer que esta fe cristalizada hable de nuevo.
En la Edad Media se conocía la biblia pauperum, que explicaba visualmente partes de la historia de la salvación a quienes no sabían leer. Hoy es necesario explicar la cultura cristiana, porque mucha gente ya no entiende este lenguaje y no se dedican directamente a la Sagrada Escritura. Mediante una ilustración actual de nuestra cultura marcadamente cristiana, que podemos explicar en nuestra evangelización, podemos suscitar de nuevo la curiosidad de nuestros contemporáneos por la Palabra de Dios.
Sin embargo, en la cultura contemporánea también hay que buscar las huellas de la fe y recuperar su función de puente. Si es verdad que los artistas son los sismógrafos de su tiempo, entonces conviene que aprovechemos su trabajo y que les interpelemos y les impliquemos en el anuncio de la Palabra de Dios.

[00154-04.03] [IN130] [Texto original: alemán]

– S. Em. R. Mons. Guido PLANTE, P.M.E., Obispo de Choluteca (HONDURAS)

El Concilio Vaticano II invitó a fomentar las celebraciones de la Palabra de Dios los domingos y días festivos «sobre todo en los lugares donde no haya sacerdote, en cuyo caso debe dirigir la celebración un diácono u otro delegado por el obispo» (Sacrosanctum Concilium 35/4). En marzo de 1966, pocos meses después de esta proclamación de la Constitución sobre la liturgia, Monseñor Marcelo Gérin, Prelado de Choluteca, Honduras, preparó y envió a 17 campesinos a celebrar la Semana Santa en comunidades retiradas y sin sacerdote. La aceptación de los pobladores fue tal que solicitaron celebraciones todos los domingos. Habían nacido los Delegados de la Palabra de Dios.
Hoy contamos con más de 10.000 Delegados en Honduras y en los países vecinos.
Estos Delegados no son meros celebradores dominicales y son más que lectores: son auténticos promotores de comunidades cristianas. Además trabajan gratuitamente. La Palabra de Dios se reveló, desde el principio, como el germen de auténticas comunidades eclesiales. Se fortaleció una Iglesia de comunión y participación que permitió el florecimiento de muchas iniciativas pastorales: grupos juveniles, catequistas, Clubes de Amas de Casa etc. También la Palabra de Dios apareció como el mejor fermento de un desarrollo social cristiano y de una liberación integral. Los miembros de la comunidad, al profundizar en la Palabra, se sienten alentados a promover los derechos humanos, a auxiliar las víctimas de la pobreza, de la corrupción y de la violencia. A mi juicio, las afirmaciones del N. 39 del Instrumentum laboris, sobre «la Palabra de Dios y el servicio de la caridad» podrían ser más contundentes.
Además en Honduras, las celebraciones dominicales de la Palabra no alejaron a los fieles de la eucaristía: los encaminaron más bien a vivirla mejor. Con el tiempo, la Palabra dio hambre del pan eucarístico. En unas comunidades rurales donde se celebraba la Palabra, el párroco autorizó la Reserva eucarística en la ermita del lugar y el obispo designó a un ministro extraordinario de la comunión. Se constató un fervor nuevo. Quizás en otras regiones, la celebración de la Palabra sin sacerdote pueda debilitar los esfuerzos de la pastoral vocacional a favor del sacerdocio ministerial. En Honduras, al contrario, ha sido fuente de vocaciones presbiterales. En mi diócesis de Choluteca, por ejemplo, todos los jóvenes sacerdotes hondureños han sido Delegados de la Palabra.

[00155-04.03] [IN131] [Texto original: español]

– S. Em. R. Mons. Zbigniew KIERNIKOWSKI, Obispo de Siedlce (POLONIA)

El hombre moderno, no iniciado en la escucha de la Palabra, permanece a menudo frente a ella como un sordomudo. En el Evangelio de san Marcos tenemos la escena de Jesús que abre los oídos y les suelta la lengua con el gesto (casi un rito) del «Effatá» (Mc 7,34).
El Kerygma es un momento muy importante. Pero si el Kerygma no es seguido por una verdadera y efectiva formación de la escucha de la palabra en el seno de la comunidad de fe, se corre el riesgo de caer en los diferentes moralismos, o de desembocar en los diferentes fanatismos u otros tipos de interpretaciones subjetivas.
Es necesario tener en cuenta que el hombre, después del pecado (conditio peccatoris), necesita ayuda para poder escuchar y dejarse formar. Si no recibe esta ayuda, el hombre huye de su propia realidad, como Adán en el jardín del Edén, porque tiene miedo a verse envuelto y lleno de la Palabra del Evangelio que le propone «la vida nueva», poniéndolo en la condición de tener que dejarse a sí mismo para seguir a Jesús, el Crucificado resucitado, en el que se cumple el Sermón de la Montaña.
El discurso de la Montaña es muy atrayente. Pero si el hombre se encuentra frente a este mensaje a solas, comprendiéndolo únicamente como mandamiento y no como imagen y promesa del hombre nuevo, queda espantado. Las verdades: «Bienaventurados los pobres de espíritu… bienaventurados los perseguidos… no resistáis al mal… Amad a vuestro enemigo» (Mt 5) le parecen irreales.
Pero sucede con frecuencia que, aunque se haya llevado a cabo una primera escucha, si esta concepción de la Palabra no se aborda de manera adecuada, entonces se aborta, se divorcia, se traiciona, se previene una concepción advertida como incómoda y peligrosa.
La única persona capaz de acoger la Palabra es María – la Inmaculada. Ella, precisamente como Inmaculada, podía acoger la Palabra, concebirla, conservarla en su intimidad y llevarla a fructificar, a hacerla nacer como el Hombre Nuevo, el Nuevo Adán. Ella es la figura y la Madre de la escucha que se vuelve fructífera en cada uno de los que escuchan.
El enfoque que se da en el Camino neocatecumenal se basa en el kerygma inicial, seguido por un serio proceso de iniciación bajo la guía de la Iglesia (obispos, párrocos y catequistas) en pequeñas comunidades y con las debidas etapas de iniciación cristiana. De esta forma el catecumenado le propone un recorrido a quien se inicia, enseñándole a aplicar la Palabra a su propia vida.

[00156-04.04] [IN132] [Texto original: italiano]
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ZENIT Staff

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