CIUDAD DEL VATICANO, lunes 27 de octubre de 2008 (ZENIT.org).- Publicamos a continuación una traducción de la versión no oficial en lengua italiana del elenco final de las Proposiciones de las Asambleas Generales Ordinarias del Sínodo de los Obispos -cuyo texto oficial está en latín–, objeto de voto personal por parte de los padres sinodales, y destinado al Sumo Pontífice.
Tal texto, por su naturaleza está reservado y no será publicado, para respetar el carácter consultivo de la corte sinodal. Este texto, como su nombre indica, tiene carácter propositivo.
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Introducción
01. Documentos que se presentan al Sumo Pontífice
02. De la Constitución Dogmática Dei Verbum al Sínodo sobre la Palabra de Dios.
Primera parte
La Palabra de Dios en la fe de la Iglesia
03. Analogía Verbi Dei
04. Dimensión dialógica de la Revelación
05. Espíritu Santo y Palabra de Dios
06. Lectura Patrística de la Escritura
07. Unidad entre Palabra de Dios y Eucaristía
08. Palabra de reconciliación y conversión
09. Encuentro con la Palabra en la lectura de la Sagrada Escritura
10. El Antigua Testamento en la Biblia cristiana
11. Palabra de Dios y caridad hacia los pobres
12. Inspiración y verdad de la Biblia
13. Palabra de Dios y Ley natural
Segunda parte
La Palabra de Dios en la vida de la Iglesia
14. Palabra de Dios y Liturgia
15. Actualización homilética y «Directorio sobre la Homilía»
16. Leccionario
17. Ministerio de la Palabra y mujeres
18. Celebraciones de la Palabra de Dios
19. Liturgia de las Horas
20. Palabra de Dios, matrimonio y familia
21. Palabra de Dios y pequeñas comunidades
22. Palabra de Dios y lectura orante
23. Catequesis y Sagrada Escritura
24. Palabra de Dios y vida consagrada
25. Necesidad de dos niveles en la investigación exegética
26. Ampliar la perspectiva del estudio exegético actual
27. Superar el dualismo entre exégesis y teología
28. Diálogo entre exegetas, teólogos y pastores
29. Dificultad de la lectura del Antiguo Testamento
30. Pastoral bíblica
31. Palabra de Dios y presbíteros
32. Formación de los candidatos al orden sagrado
33. Formación bíblica de los cristianos
34. Animación bíblica y jóvenes
35. Biblia y Pastoral de la Salud
36. Sagrada Escritura y unidad de los cristianos
37. Presencia de Su Santidad Bartolomé I
Tercera parte
La Palabra de Dios en la misión de la Iglesia
38. Tarea misionera de todos los bautizados
39. Palabra de Dios y compromiso en el mundo
40. Palabra de Dios y arte litúrgico
41. Palabra de Dios y cultura
42. Biblia y traducción
43. Biblia y difusión
44. Medios de comunicación social
45. Palabra de Dios y Congreso mundial
46. Lectura creyente de las Escrituras: historicidad y fundamentalismo
47. Biblia y fenómeno de las sectas
48. Biblia e inculturación
49. Misión ‘ad gentes’
50. Biblia y diálogo interreligioso
51. Tierra Santa
52. Diálogo entre cristianos y judíos
53. Diálogo entre cristianos y musulmanes
54. Dimensiones cósmicas de la Palabra de Dios y custodia de la creación
Conclusión
55. Maria Mater Dei et Mater fidei
Introducción
Proposición 1
Documentos que se presentan al Sumo Pontífice
Se quiere presentar a la consideración del Sumo Pontífice -además de los documentos sobre la Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia relativos a este sínodo, es decir los «Lineamenta» el «Instrumentum laboris», las Relaciones «ante e post disceptationem» y los textos de las intervenciones, tanto los presentados en el aula como aquellos «in scriptis», las Relaciones de los Círculos Menores y sus debates, sobre todo propuestas específicas, que los padres han considerado de especial relieve.
Los padres sinodales piden humildemente al Santo Padre que valore la oportunidad de ofrecer un documento sobre el misterio de la Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia, también a la luz del Año dedicado a San Pablo, apóstol de las gentes, en el bimilenario de su nacimiento.
Proposición 2
De la Constitución Dogmática Dei Verbum al Sínodo sobre la Palabra de Dios
Los padres sinodales, a más de cuarenta años de la promulgación de la Constitución dogmática sobre la divina Revelación «Dei Verbum» (DV), obra del Concilio Ecuménico Vaticano II, reconocen con ánimo agradecido los grandes beneficios aportados por este documento a la vida de la Iglesia, a nivel exegético, teológico, espiritual, pastoral y ecuménico.
En el surco de la historia del ‘intellectus fidei’ y de la doctrina cristiana, esta constitución ha puesto en evidencia el horizonte trinitario e histórico salvífico de la revelación.
En estos años, ha crecido indudablemente la conciencia eclesial de que Jesucristo, Palabra de Dios encarnada, «por el hecho mismo de su presencia y la manifestación que hace de sí con las palabras y con las obras, con los signos y con los milagros, y especialmente con su muerte y su resurrección de entre los muertos, y en fin con el envío del Espíritu de verdad, cumple y completa la Revelación y la corrobora con el testimonio divino, es decir que Dios está con nosotros para liberarnos de las tinieblas del pecado y de la muerte y resucitarnos para la vida» (DV 4).
Todo esto ha permitido profundizar el valor infinito de la Palabra de Dios que se entrega a nosotros en la Sagrada Escritura, como testimonio inspirado de la revelación, que con la viva Tradición de la Iglesia constituye la regla suprema de la fe (cf. DV 21). Es esta misma palabra la que es conservada e interpretada fielmente por el Magisterio (cf. DV 10), celebrada en la sagrada Liturgia y se entrega a nosotros en la Eucaristía como pan de vida eterna (cf. Juan 6).
Apreciando la riqueza de lo aflorado en estos años, la Iglesia siente hoy la necesidad de profundizar más el misterio de la Palabra de Dios en sus diversas articulaciones e implicaciones pastorales. Por tanto, esta Asamblea Sinodal formula el auspicio de que todos los fieles crezcan en la conciencia del misterio de Cristo, único salvador y mediador entre Dios y los hombres (cf. 1 Timoteo 2, 5; Hebreos 9, 15), y la Iglesia renovada por la escucha religiosa de la Palabra de Dios pueda emprender una nueva etapa misionera, anunciando la Buena Noticia a todos los hombres.
Primera parte
La Palabra de Dios en la fe de la Iglesia
Proposición 3
Analogía «Verbi Dei»
La expresión Palabra de Dios es analógica. Se refiere sobre todo a la Palabra de Dios en Persona que es el hijo Unigénito de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos, Verbo del padre hecho carne (cf. Juan 1, 14). La Palabra divina, ya presente en la creación del universo y en modo especial del hombre, se ha revelado a lo largo de la historia de la salvación y es atestiguada por escrito en el Antiguo y en el Nuevo Testamento. Esta Palabra de Dios trasciende la Sagrada Escritura, aunque esta la contiene en modo muy singular. Bajo la guía del Espíritu (cf. Juan 14, 26; 16, 12-15) la Iglesia la custodia y la conserva en su Tradición viva (cf. DV 10) y la ofrece a la humanidad a través de la predicación, los sacramentos y el testimonio de vida. Los Pastores, por lo tanto, deben educar al
Pueblo de Dios a acoger los diversos significados de la expresión Palabra de Dios.
Proposición 4
Dimensión dialógica de la Revelación
El diálogo, cuando se refiere a la Revelación, comporta el primado de la Palabra de Dios dirigida al hombre. En su gran amor, Dios quiso venir al encuentro de la humanidad y tomó la iniciativa de hablar a los hombres llamándolos a compartir su misma vida. La especificidad del cristianismo se manifiesta en el evento Jesucristo, culmen de la Revelación, cumplimiento de las promesas de Dios y mediador del encuentro entre el hombre y Dios. Él, «que nos ha revelado a Dios» (Juan 1, 18) es la Palabra única y definitiva entregada a la humanidad. Para acoger la Revelación, el hombre debe abrir la mente y el corazón a la acción del Espíritu Santo que le hace comprender la Palabra de Dios, presente en las Sagradas Escrituras. A Dios el hombre responde en plena libertad con la obediencia de la fe (cf. Rm 1, 5; 2 Cor 10, 5-6; DV 5).
María, Madre de Jesús, personifica esta obediencia de la fe en manera ejemplar; ella es también el arquetipo de la fe de la Iglesia que escucha y acoge la Palabra de Dios.
Proposición 5
Espíritu Santo y Palabra de Dios
Las Sagradas Escrituras, siendo don entregado por el Espíritu Santo a la Iglesia Esposa de Cristo, tienen en la Iglesia su lugar hermenéutico proprio.
El mismo Espíritu, que es autor de las Sagradas Escrituras, es también guía de su recta interpretación en la formación a través de los tiempos de la ‘fides Ecclesiae’.
El Sínodo recomienda a los pastores recordar a todos los bautizados el papel del Espíritu Santo en la inspiración (cf. DV 11), en la interpretación y en la comprensión de las Sagradas Escrituras (cf. DV 12). En consecuencia, todos nosotros discípulos estamos invitados a invocar con frecuencia al Espíritu Santo, para que Él nos conduzca al conocimiento cada vez más profundo de la Palabra de Dios y al testimonio de nuestra fe (cf. Juan 15, 26-27). Recuerden los fieles que las sagradas Escrituras se cierran evocando el grito común del Espíritu y de la Esposa: «Ven Señor Jesús» (cf. Apocalipsis 22, 17.20).
Traducido del italiano por Nieves San Martín