ROMA, miércoles 3 de diciembre de 2008 (ZENIT.org).- Hace tres años, un grupo de personas del Movimiento católico de Schönstatt preocupados porque el centro de la Navidad sea el fin de año, el Árbol, los regalos, el invierno o Papá Noel, decidieron salir a las calles y decir que sin Jesucristo no hay Navidad.
Fue así como reunieron tanto sus recursos como sus dones: la fe, la solidaridad, la personalidad y el espíritu artístico. Y decidieron fundar, en octubre de 2005, la campaña «Navidad en la calle».
Se trata de llevar el espíritu esta celebración «a la vida pública, a todo el mundo», según dijo a ZENIT Mario Jonquera, uno de sus principales impulsores.
Ahora miles de personas entre ellos religiosos y laicos así como familias y miembros de diferentes grupos y movimientos eclesiales se han unido a esta iniciativa.
Crean pesebres o nacimientos en las calles, salen con sus instrumentos a cantar villancicos, todos haciendo referencia al nacimiento de Jesús. Hacen representaciones en vivo del portal de Belén.
Sus miembros promueven la inclusión de imágenes religiosas en la decoración navideña en lugares públicos así como la organización de pequeños recitales de villancicos en lugares de gran tránsito como parques, aeropuertos, colegios, condominios, buses y estaciones del metro.
También organizan concursos de pesebres, hacen conciertos de navidad. Programan visitas de sacerdotes a distintos barrios para bendecir las imágenes religiosas y motivan a los niños a que escriban cartas al Niño Jesús que envían a Belén donde los frailes franciscanos custodian los lugares santos.
A este programa pertenece también Enrique Soros quien desde 1999 sale a cantar a villancicos al centro de Washington, y desde 2005 lo hace en las calles de Nueva York y en la estación de ferry.
«¿Por qué elegí Nueva York? Porque si la Navidad cada vez tiene menos sentido para la sociedad capitalista, esto se refleja más en una ciudad tan impersonal. Y porque allí Jesús tendría más clientes«, explica Enrique.
Y señala que «aquí el árbol de Navidad se está transformando en Holiday Tree. Los regalos de Navidad, en Holiday presents, las galletas de Navidad, en Holiday cookies, los adornos de Navidad, en Holiday decoration«,
El impacto en Latinoamérica
Por su parte en Latinoamérica, los promotores de la campaña realizan diferentes obras sociales llevando la alegría del Evangelio a los más necesitados: «Con mis alumnos llevamos la Navidad a la calle visitando a los ancianos de nuestra pequeña localidad, les entregamos villancicos y compartimos con ellos algunas golosinas», explica Violeta Guerra, desde Salamanca Chile.
«Es hermoso ver cómo la gente acude. En el encuentro se reza el santo Rosario, se les invita a escribir el nombre suyo y de familiares y amigos en una estrellita para el pesebre de la Parroquia, donde acudiremos media hora antes de misa para rezar por todos y adorar al Niño Jesús. Para terminar repartimos estampas con reflexiones de Adviento y nos endulzamos con ricos caramelitos», explica Susana Hernández de Pehuajó, Argentina.
Para los cibernautas
«Navidad a la calle» se difunde también por Internet. La página www.navidadalacalle.org ofrece fotos, imágenes para colorear y reflexiones de Adviento para cada día «es posible la vida sencilla como la que llevó Jesús; y que esto no es impedimento para ser feliz, sino al contrario es una condición para serlo plenamente», decía la reflexión del pasado dos de diciembre.
Adriana Aguilera, una de las cibernautas aseguró: «Desde que entré a la página me fui empapando de todo y es así como va mi adhesión a esta hermosa propuesta. Estoy recordando a mis amistades la importancia de ir preparando un lugar no sólo físico para el Pesebre sino que también en nuestro corazón».
«Hoy en día, pareciera que el mundo, quiere tener a Dios lo más lejos posible y esto lo vemos reflejado en algunos países desarrollados en donde domina un espíritu de anticristianismo y de negación de Dios. Navidad a la calle es un verdadero antídoto para el mundo secularizado de hoy», concluye Mario Jonquera.
Por Carmen Elena Villa