Cáritas pide a los países del G-20 que mantengan las ayudas al desarrollo

Análisis tras la cumbre celebrada en Londres

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CIUDAD DEL VATICANO, martes, 7 abril 2009 (ZENIT.org).- Cáritas aplaude los compromisos adoptados en la cumbre del G-20 para alcanzar los objetivos en cuanto al desarrollo y las ayudas, pero teme que los líderes mundiales no tengan suficiente voluntad «para evitar que millones de personas se hundan en la pobreza».

Los líderes del G-20, que representan a los países desarrollados y en vía de desarrollo, se encontraron el pasado 2 de abril en Londres, en el contexto del enorme desafío que constituye la crisis económica global de los últimos tiempos.

Blandine Bouniol, responsable de Cáritas para la Cooperación Internacional, afirmó que el G-20 «ha confirmado los objetivos y los empeños hacia el desarrollo, como el hecho de dedicar el 0,7% del PIB a las ayudas externas».

Sin embargo, añadió, «Cáritas sigue escéptica sobre el hecho de que estas promesas se mantengan, ya que algunos donantes están ya anunciando recortes drásticos de presupuesto, y faltan medidas concretas, como programas para la distribución».

«El paquete del G-20 para los países en vías de desarrollo está condicionado por las prácticas del buen gobierno, como valoradas por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, pero el Banco y el Fondo promueven un tipo de economía liberal que ha llevado a pérdidas dramáticas de puestos de trabajo y recortes en los servicios públicos».

«Queríamos que el Banco y el Fondo tuvieran una mayor representación democrática», añade la organización, en un comunicado enviado a ZENIT.

Bouniol recordó que «se han dado primeros pasos alentadores hacia la eliminación del secreto bancario y la publicación de las listas de paraísos fiscales», y «como resultado, ningún país de la lista negra está representado en el G-20».

De la misma forma, constató, «no ha habido una reglamentación para reforzar la transparencia de los pagos y de los impuestos pagados por las compañías a los Gobiernos».

«El papel del negocio multinacional a la hora de condicionar el desarrollo de un país está infravalorado, y la responsabilidad de las compañías multinacionales que trabajan en los países en vías de desarrollo es ignorada», añadió.

La representante de Cáritas lamentó el hecho de que no se haya dado «un solo paso decisivo» para afrontar los cambios climáticos y para construir una nueva economía basada en un menor consumo de carbono».</p>

No se ha mencionado siquiera la conferencia de la ONU sobre el impacto de la crisis en el desarrollo, prevista para el próximo junio.

«El G-20 ha pedido a Naciones Unidas que asuman un papel de vigilancia sobre el impacto de la crisis sobre los más pobres y vulnerables -declara Bouniol-; pero además de esto la ONU, como foro incluyente, en el que están representados todos los países, es el foro moderno más legitimado para buscar soluciones a las crisis globales».

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ZENIT Staff

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