ROMA, miércoles, 8 de abril de 2009 (ZENIT.org).- El presidente de la asociación católica internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada, el padre Joaquín Alliende, ha recordado con ocasión del Jueves Santo que miles de sacerdotes en todo el mundo «también comparten en la actual crisis financiera la pobreza de los pobres», y que muchos son víctimas de persecución, amenazas y privación de libertad a causa de su fe.
Según recalcó, Ayuda a la Iglesia Necesitada lleva ya 61 años familiarizada con esta realidad y acompañando a los sacerdotes en los cinco continentes. De ahí la gratitud de la Asociación hacia el Santo Padre por su anuncio de un Año Sacerdotal.
En una carta personal dirigida al Papa Benedicto XVI, el padre Alliende escribe: «Santo Padre, nuestro deseo es asistirle a usted y a todos los sacerdotes del mundo en este Año Sacerdotal, y apoyarles con nuestra oración, nuestra vida y nuestra obra».
Prosigue manifestando el deseo de que sea «un año de enorme gratitud hacia los sacerdotes y su vocación, y que les permita redescubrir su identidad sacerdotal en beneficio de sí mismos, pero también en beneficio de toda la Iglesia», y que «la gracia de este Año Sacerdotal ayude a los sacerdotes a descubrir de nuevo la belleza de su vocación y les otorgue una nueva fe en su sacerdocio».
El sacerdote «nunca está solo», reza la carta, pues vive «en una unión fundamental con Cristo, que todo lo comparte con él; todos sus tesoros, pero también la soledad y el sacrificio por la redención del mundo».
El padre Alliende desea que también los creyentes «redescubran el don del sacerdote y aprendan a valorarlo», pues es «a través del sacerdote como deben acceder al corazón de Dios».
Señala asimismo que sin sacerdotes «no es posible la pastoral", y que éstos son absolutamente indispensables para la Iglesia. En este sentido, añade, el sacerdote «es la persona más importante de la Tierra, porque, como alter Christus, lleva en sus manos la vida de Iglesia».
La asociación Ayuda a la Iglesia Necesitada está «profundamente marcada por el carácter sacerdotal de la Iglesia, merced al carisma de su fundador, el padre Werenfried van Straaten».
El padre Werenfried sabía que «como asociación pastoral, sólo podemos aliviar realmente la necesidad de las personas si obramos con y para los sacerdotes», asegura el padre Alliende, concluyendo que, por esta razón, la formación religiosa de los sacerdotes y la ayuda a la pastoral sacerdotal en más de 150 países seguirán siendo prioritarias para la Asociación.
El presidente de Ayuda a la Iglesia Necesitada, de nacionalidad chilena, también explicó que Cristo «asumió un gran riesgo al poner en manos humanas una misión tan sagrada y sensible», y precisó que, en vista de los «dolorosos acontecimientos» más recientes, el Año Sacerdotal implica una invitación a «redescubrir una imagen purificada del sacerdocio».
El Año Sacerdotal proclamado por el Santo Padre arranca el 19 de junio de 2009, en la festividad del Corazón de Jesús, y finaliza el 19 de junio de 2010. Su lema es «Fidelidad de Cristo, fidelidad del sacerdote».