CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 19 abril 2009 (ZENIT.org).- En poco más de un año, Benedicto XVI habrá llevado un mensaje a los cinco continentes, «llevar a Dios a los hombres y a los hombres a Dios», constata el portavoz de la Santa Sede.
El padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede, hace un análisis del quinto aniversario de este pontificado, que se celebra este 19 de abril, en el editorial de «Octava Dies», semanario del Centro Televisivo Vaticano del que también es director. Joseph Ratzinger ha cumplido el pasado 16 de abril 82 años.
«Hace un año, Benedicto XVI festejaba su cumpleaños y el aniversario de su elección mientras se encontraba en los Estados Unidos y se dirigía a los pueblos del mundo desde la tribuna de las Naciones Unidas», recuerda el portavoz.
«Después ha viajado por otras latitudes: en julio estuvo en Australia para reunirse con los representantes de los jóvenes del mundo; en septiembre en Francia, en París y Lourdes, puntos de referencia de la cultura y la espiritualidad europea; y hace pocas semanas en África, para infundir esperanza a pueblos deseosos de recuperación y a iniciar el camino de un nuevo Sínodo continental…".
«Cuatro viajes, cuatro continentes» señala el portavoz vaticano, recordando que en menos de un mes, el Papa tocará el quinto continente, Asia, para su peregrinación en la fe a los lugares de la Tierra Santa y para hablar de reconciliación en una tierra crucial para el diálogo entre las grandes religiones y la paz en el mundo.
El padre Lombardi también evoca, en este año de pontificado de Benedicto XVI, el «gran Sínodo sobre la Palabra de Dios», que en octubre congregó en el Vaticano a obispos de todo el mundo, al que califica de «un verdadero tiempo de gracia para la Iglesia, y por la riqueza de una catequesis y un magisterio espiritual que enriquece y nutre a quienquiera abrir sus oídos para escucharlo».
Según el portavoz el sentido de este pontificado se podría resumir en esta fórmula: «Llevar a Dios a los hombres y a los hombres a Dios, el Dios que se ha manifestado en el rostro de Cristo, y traduce la fe en diálogo, en fuerza de unidad y en testimonio de caridad activa».
Éste es el sentido del pontificado de Benedicto XVI, como lo ha confirmado él mismo, con una fuerza apasionada en su reciente Carta al episcopado mundial con el fin de que un breve período de tensiones en la Iglesia y en torno a ella, no haga perder de vista el centro, aquello que es verdaderamente esencial y no haga olvidar la vastedad de la tarea y las fronteras históricas, culturales y espirituales a las cuales se dirige», asegura Lombardi.
Por este motivo, el padre Lombardi invita a mirar hacia delante, a un quinto año de pontificado que se abre con la peregrinación más difícil, a Jordania, Israel y los territorios palestinos.
«Toda persona de buena voluntad y de paz –concluye el portavoz vaticano– no puede dejar de acompañar al Papa en Tierra Santa con el más sincero deseo de bien y con la más profunda solidaridad humana y espiritual».