CIUDAD DEL VATICANO, lunes 20 de abril de 2009 (ZENIT.org).- El Papa Benedicto XVI transcurrirá la mañana del martes 28 de abril en visita por las zonas del centro de Italia afectadas por el terremoto del pasado día 6.
Según el programa oficial hecho público esta mañana por la Santa Sede, el Pontífice visitará los lugares más afectados por el seísmo, entre ellos la localidad de Onna, prácticamente destruida, y la Casa del Estudiante en L’Aquila, que se derrumbó provocando al muerte de 8 jóvenes.
Aunque el propio Papa había anunciado en varias ocasiones su intención de estar presente en las zonas afectadas por el terremoto,la fecha de la visita no había sido confirmada hasta el pasado sábado 18 por el director de la Sala Stampa vaticana, padre Federico Lombardi.
Está previsto que el Papa llegue desde el Vaticano, en helicóptero, directamente a Onna, donde visitará a los supervivientes en el campamento de acogida, y rezará por los difuntos. En este pueblo, prácticamente destruido, han muerto 40 de sus 300 habitantes, y se ha convertido en el símbolo de los destrozos causados por el seísmo.
Seguidamente, el Papa se dirigirá a la ciudad de L’Aquila, donde se detendrá ante la Basílica de Collemaggio, que ha sufrido graves daños. Allí depositará, ante la urna del Papa Celestino V, un Palio pontificio.
Después se dirigirá a otro de los lugares donde la tragedia ha golpeado con mayor fuerza, la Casa del Estudiante, donde tiene previsto encontrarse con un grupo de jóvenes.
Posteriormente, el Papa se encontrará con los párrocos y los alcaldes de las localidades afectadas, así como con el arzobispo, monseñor Giuseppe Molinari, y con los trabajadores y voluntarios de los servicios sociales y de emergencia que han colaborado en las labores de rescate.
Por último, antes de partir de nuevo hacia Roma, el Papa depositará una rosa de oro ante la imagen de la Virgen de Roio, Nuestra Señora de la Cruz.
El Papa cumplirá así su promesa de visitar las zonas afectadas por este seísmo que el pasado 6 de abril se cobró la vida de 296 personas y dejó a cerca de 2.500 sin hogar, en la región italiana de los Abruzos.
Ya dos días después de la tragedia, Benedicto XVI había anunciado su intención de visitar personalmente la zona. El 10 de abril, había enviado a su secretario personal, monseñor Georg Gänswein, con un mensaje que fue leído durante los funerales de Estado por las víctimas. También tuvo un recuerdo especial durante el rezo del Vía Crucis en el Coliseo, la noche del Viernes Santo.