CIUDAD DEL VATICANO, lunes 27 de abril de 2009 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha recibido este lunes en audiencia al presidente de la República de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko, según ha hecho público la Santa Sede.
El presidente bielorruso fue posteriormente recibido por el Secretario de Estado, cardenal Tarcisio Bertone, y por el arzobispo Dominique Mamberti, secretario para las Relaciones entre los Estados, en una conversación que el comunicado definió como «positiva».
En ella se abordaron cuestiones relativas a la situación de la Iglesia católica en Bielorrusia, así como sobre las «perspectivas de profundización de la colaboración por ambas partes». En este sentido, se puso de manifiesto la «convivencia pacífica que caracteriza las relaciones entre la comunidad católica y la ortodoxa».
El país, que se declaró independiente en 1991, tiene un 80% de población ortodoxa, vinculada al Patriarcado de Moscú. Los católicos constituyen una minoría, junto con judíos y musulmanes.
Según el comunicado, se han afrontado «cuestiones relativas a la relación entre fe y razón, y con el diálogo interconfesional e intercultural», así como «algunos temas relacionados con la promoción de la paz y el auténtico progreso de la humanidad».
Algunos medios de comunicación han hablado sobre una supuesta invitación del presidente Lukashenko a Benedicto XVI para visitar el país, aunque este extremo no ha sido confirmado por la Santa Sede.
El mismo Lukashenko, en declaraciones a la prensa, la presentó el 23 de abril como un paso positivo en las relaciones entre la Iglesia católica y el Estado.
La visita, dijo «refleja que el alto aprecio de las autoridades católicas por nuestra política con los católicos», dijo. «Se dieron en el pasado muchos problemas en las relaciones entre el Estado y la Iglesia, en primer lugar con la Iglesia católica. ¿Hay problemas ahora? Han desaparecido», afirmó.
Lukashenko mantuvo un encuentro el 14 de abril con monseñor Tadeusz Kondrusiewicz, arzobispo metropolita católico de Minsk.
Durante el encuentro el presidente afirmó que «el gobierno quiere construir buenas relaciones con la Iglesia católica. Haremos todo lo posible para que estas relaciones sean más fuertes y firmes».
En ese encuentro, Lukashenko recordó la reciente audiencia que había mantenido con el patriarca de Moscú y de todas las Rusias, Kirill, en la que hablaron de las relaciones entre la Iglesia ortodoxa y la católica, en particular con el Papa.
«La Iglesia católica y la ortodoxa deberían estar más cerca y afrontar las cuestiones emergentes sin romper los lazos cristianos», subrayó el presidente.
La Iglesia ortodoxa ha visto con buenos ojos la visita del presidente bielorruso al Papa.
«Muchos católicos viven en Bielorrusia, especialmente en el occidente del país. Por esta razón la relación entre las comunidades ortodoxas y católicas en Bielorrusia son un importante factor de estabilidad y de sereno desarrollo», afirmó.
«Por tanto la visita del presidente bielorruso debería promover una convivencia pacífica de las dos comunidades», afirmó el arcipreste Georgy Ryabykh, subdirector del departamento del Patriarcado de Moscú para las Relaciones Exteriores en declaraciones a Interfax-Religion el 21 de abril.
La visita del presidente bielorruso al Papa supone una parte del viaje que Lukashenko está realizando estos días a Italia, primer país occidental que visita en los últimos 14 años. Las relaciones con la Unión Europea se habían enfriado en la última década a raíz de unas reformas constitucionales llevadas a cabo por Lukashenko, y que habían supuesto un recorte de libertades en Bielorrusia.