NÁPOLES, viernes, 10 abril 2009 (ZENIT.org).- El arzobispo de Nápoles, el cardenal Crescenzio Sepe, aportará el sueldo de un año y parte de sus ahorros personales para poner en marcha el fondo de un banco diocesano que concederá microcréditos a personas necesitadas. 

Así lo asegura en su carta pastoral¿Dónde compraremos el pan?, presentada ayer miércoles en Nápoles, en la que explica que la iniciativa pretende responder a la crisis actual y concretamente a "emergencias de jóvenes desempleados y de aquellos que han perdido o van a perder sus puestos de trabajo". 

"Cristo quiere usar hoy nuestras manos para repartir el pan del compartir, de la fraternidad, de la caridad", señala, e invita a los que puedan a ayudar a financiar la iniciativa.El cardenal explica que "lejos de ser una mera práctica del asistencialismo, el microcrédito es una manera de resucitar la creatividad de nuestro pueblo" y "significa tener el coraje de creer y apostar por la posibilidad de multiplicar los panes y los peces". 

La carta pastoral debe su título a una pregunta que los discípulos dirigen a Jesús antes del milagro de la multiplicación de los panes y los peces, narrada en el Evangelio de Juan: ¿Dónde podemos comprar pan para darles de comer? 

El cardenal Sepe destaca que también en estos tiempos de crisis "nos enfrentamos a una multitud hambrienta que, como ovejas sin pastor, pide pan". 

"Ofrecer una oportunidad a aquellos que buscan el pan es la única manera que tenemos los cristianos para afrontar el desempleo y la nueva pobreza contribuyendo a la reestructuración del tejido social en un momento en el que la economía no ofrece oportunidades", añade. 

La diócesis impulsa esta iniciativa "en continuidad con lo que han dicho los obispos italianos que han incitado a "una cruzada de amor y de socorro" y apoyan la creación de un fondo de solidaridad para desempleados", explica. 

En su carta pastoral, el cardenal describe la crisis actual, indicando que "hemos construido nuestra sociedad sobre arena y no sobre roca, basándonos en el mero cálculo económico; hemos elevado la enésima torre de Babel". 

"Creíamos que la globalización de los mercados supondría una mayor prosperidad y riqueza para todos, pero en lugar de eso hemos globalizado la pobreza", añade. 

"Y ahora, en la tarde, todos nos juntamos en el mismo barco y, al igual que los discípulos, mientras el Maestro les instaba a que tuvieran cuidado con la levadura de los fariseos, no sabemos decir otra cosa que: "No tenemos pan".  

El arzobispo de Milán afirma también que se siente interpelado por el sufrimiento causado por la crisis, especialmente en los más pobres, y señala que "la Iglesia, como siempre, se siente fuertemente comprometida con esta causa, ya que la considera como su misión, su servicio, como muestra de su fidelidad a Cristo, para ser realmente "Iglesia de los pobres'".

 Patricia Navas