GINEBRA, lunes, 1 junio 2009 (ZENIT.org).- La Oficina Internacional Católica para la Infancia, con sede en Ginebra, ha hecho un llamamiento a la movilización en favor de la infancia, con motivo de la celebración del vigésimo aniversario de la Convención de Naciones Unidas relativa a los derechos de los niños.
La organización internacional católica, fundada en 1948, presente en 66 países de cuatro continentes y proyectos en 26 países, participó activamente en la elaboración de la Convención en los años ochenta del siglo pasado y ha seguido su puesta en práctica sobre el terreno y en Ginebra, cerca de la Comisión de Derechos del Niño de la ONU.
El documento hace «un Llamamiento urgente a una nueva movilización en favor de la infancia».
A juicio de las organizaciones, expertos y personalidades firmantes de este Llamamiento, «la trasposición de normas de la Convención a los derechos nacionales y a las políticas realizadas ha permitido un progreso real».
Lamentablemente, añaden, «los compromisos asumidos están todavía muy lejos de ser respetados en todas partes. Se considera todavía demasiado a menudo a los niños como objetos de asistencia, o destinatarios de algunos derechos que les son concedidos como una limosna. Demasiados niños en el mundo siguen privados de sus derechos, a veces incluso de los más fundamentales».
El documento recuerda la terrible situación de gran parte de la infancia: «Niños soldados, niños trabajadores en condiciones penosas y peligrosas, niños objeto de abusos, violados, objetos de toda forma de violencia, niños obligados a huir sin cesar con o sin familia ante las guerras, el hambre, los cataclismos naturales, niños abandonados y rechazados por todos, obligados a vivir en la calle, niños ‘brujos’, sin educación, sin patria, sin documentos…».
Según los firmantes del documento, todos estos niños tienen una cosa en común: «Han sido desarraigados».
Un desarraigo «físico, a veces brutal, de su país o del entorno en el que habrían debido crecer; pero también desarraigo psicológico, más íntimo, causa de un choque más profundo todavía».
Este desarraigo, dicen los firmantes, «nos debe interpelar seriamente» y debe ser mejor comprendido y estudiado.
Por ello, los firmantes del llamamiento se proponen «adoptar un enfoque renovado que tenga en cuenta sus necesidades más profundas así como su derecho a la vida y a un desarrollo integral, incluido el espiritual».
A pesar de esta sombría realidad, afirma el Llamamiento, estos niños tienen una capacidad de elasticidad. Esta elasticidad puede ser desarrollada por varios factores: la inserción en un medio familiar; una educación de calidad, una verdadera solidaridad en la familia y en la comunidad.
Así mismo, indica el llamamiento «el respeto y la valorización del medio cultural de origen aportan igualmente hitos indispensables para que el niño se estructure y pueda acceder positivamente a otras culturas» sin olvidar que «la dimensión religiosa que el niño puede haber recibido de pequeño debe ser preservada y desarrollada».
Este nuevo enfoque del niño pide movilizarse dando prioridad a ciertas apuestas, indica el Llamamiento. Entre las diez apuestas identificadas están: Luchar contra toda forma de violencia respecto a los niños y garantizar una educación de calidad para todos los niños.
Los firmantes del Llamamiento apelan a los Estados a ratificar, quienes no lo han hecho todavía la Convención; respetar los compromisos firmados; cooperar estrech amente con la Comisión de los Derechos del Niño y los mecanismos de seguimiento de los derechos humanos de la ONU y otras instituciones y ONG especializadas en este campo a fin de garantizar a los niños el pleno disfrute de sus derechos.
Hacen también un llamamiento a la comunidad internacional y a los medios de comunicación, a las autoridades morales y religiosas, a las organizaciones de la sociedad civil y a las mujeres y hombres de buena voluntad para que exijan la verificación de estos compromisos.
Para acceder al texto completo del llamamiento:
http://www.bice.org/ewb_pages/a/appel-mondial-a-une-nouvelle-mobilisation-pour-lenfance-geneve-juin-2009.php
Por Nieves San Martín