LOMZA, Polonia, viernes 19 de junio de 2009 (ZENIT.org).- Las ciudades polacas de Lomza y Gizycko acogen las celebraciones principales del milenario de San Bruno desde este viernes hasta el domingo 21 de junio.
San Bruno «nos recuerda la unidad de Europa basada en valores cristianos, la unidad de las Iglesias cristianas, la vocación misionera de cada cristiano y la reconciliación entre los pueblos», ha señalado el obispo de la diócesis polaca de Elk, monseñor Jerzy Mazu.
«Las celebraciones del milenario son una oportunidad maravillosa para conocer a San Bruno, un santo un poco olvidado y un gran misionero» y «para recordar y hacer realidad nuestra llamada a evangelizar y a hacer apostolado», añade.
Según informa una web de la diócesis de Elk dedicada al milenario, la catedral de Lomza acoge a las seis de la tarde de este viernes la Misa de inicio de las celebraciones,
El sábado, el Monte de San Bruno, en Gizycko, acogerá una celebración de las Vísperas y una adoración para jóvenes.
La Eucaristía central del Jubileo por los mil años del martirio del santo se celebrará el domingo también en el Monte de San Bruno y los organizadores esperan la asistencia de unas 50.000 personas.
Los obispos de Polonia, que celebran durante estos tres días su reunión plenaria, asistirán a la Misa del viernes y a la del domingo en Gizycko.
El Papa ha nombrado al cardenal Jozef Glemp, arzobispo emérito de Varsovia, su enviado especial a estas celebraciones, según informó este lunes la Oficina de Información de la Santa Sede.
En las celebraciones, el cardenal Glemp estará acompañado por el canónigo de la catedral de Lomza, monseñor Zygmunt Zukowski, y por el decano del capítulo de la de Goldapia, monseñor Edmund Szczepan Lagoda.
Con ocasión de la celebración, el Santo Padre dirigió una carta en latín al cardenal Glemp, fechada el 4 de febrero.
En ella, recuerda que el «noble» Bruno de Querfurt fue capellán del emperador Otto III antes de entrar en la orden benedictina en Roma, en la que tomó el nombre de Bonifacio.
Pasó algún tiempo cerca de Ravenna, en la ermita de San Romualdo, antes de ser enviado a Prusia por el Papa Silvestre II, donde se convirtió en obispo de Magdeburgo.
Benedicto XVI destaca que San Bruno defendió la «disciplina monástica» y fue un «ilustre predicador de la verdad» evangélica.
También que el rey de Polonia Boleslaw Chrobry se encuentra entre sus hijos espirituales y amigos.
El apóstol de Polonia nació en Querfurt, en Alemania, hacia el año 974 y murió mártir en Sudauen en torno al año 1009.
Para Benedicto XVI, San Bruno de Querfurt puede considerarse el santo patrón de «la amistad entre Alemania y Polonia».
Por Patricia Navas