Sínodo: la discusión pasa a los Círculos Menores

Mujer y formación, claves

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CIUDAD DEL VATICANO, jueves 15 de octubre de 2009 (ZENIT.org).- Demasiado poco tiempo para la discusión en los Círculos Menores: casi todos los ponentes de los 12 grupos lingüísticos en los que se ha dividido la reflexión sobre la Relatio post disceptationem de la II Asamblea para África del Sínodo de los obispos, lo han señalado al exponer hoy en el Aula la síntesis de los debates.

De hecho, sólo se pudo dedicar la jornada del miércoles a responder a las 25 preguntas planteadas por el documento que se presentó el martes por la tarde.

Además, los trabajos tuvieron que interrumpirse a las 18:30 para ofrecer a los participantes del Sínodo la síntesis de la película “Sant Agostino, de la productora Lux Vide – por otro lado, muy apreciada por los asistentes.

Se lamentó además la parquedad de la Relatio respecto de algunos argumentos, causada por la necesidad – así lo subrayó la Secretaría del Sínodo – de condensar todo el debate del Aula en 60.000 caracteres.

Con todo se afrontaron todos los argumentos propuestos, con algunas señalaciones importantes.

Los participantes del Sínodo mostraron su gran alegría por el carácter universal del encuentro, no solo por estar reunidos en torno al Papa, sino también por el saludo de los representantes de las Conferencias Episcopales de los demás continentes y de los delegados fraternos. El desarrollo de los trabajos del Sínodo han sido definidos como “ejercicio autentico de comunión y de democracia en la Iglesia”.

Al documento se le ha exigido “un mayor equilibrio entre las profundizaciones teológicas y los dramas humanos de África, a los que los padres sinodales deben responder”. África debe gozar de autonomía en la gestión de sus propios recursos, contra la epxlotación, si no “¿cómo se puede hablar de paz a un pueblo que tiene hambre?”.

Las heridas del continente deben curarse a través de la justicia, en base a un “doble planteamiento: denunciar y anunciar la Buena Noticia” del Evangelio para restaurar el proceso de paz, Y si es importante tomar de la tradición africana máximas y prácticas útiles para los ritos de reconciliación, es necesario tener en cuenta los elementos que se oponen a ella, como “la solidaridad en el clan y las categorías de culpas imperdonables”. Se ha subrayado una vez más que “la brujería es la verdadera guerra oculta que el continente hace dentro de sí”.

Se ha propuesto la celebración de una jornada de la paz a nivel continental, además de la del 1 de enero.

La formación, clave

Se ha insistido mucho en la importancia de la formación a todos los niveles. Antes y después del matrimonio para reforzar la familia. De los laicos, para acompañarles en su preparación profesional, espiritual y social, animando con este fin a los movimientos laicales y de Acción católica. De los jóvenes, para valorar su papel de “protagonistas de la reconciliación” y no sólo deplorar su condición de víctimas.

De los líderes políticos, para que se sometan en su acción a una ética de servicio y de no aprovechamiento del cargo con fines personales y familiares. Al respecto, diversas intervenciones han pedido que se creen centros de estudio de la Doctrina Social de la Iglesia y de capellanías en los Parlamentos nacionales y los organismos supranacionales africanos.

De los sacerdotes, para que se formen y no conciban su ministerio como una forma de autoridad sino de servicio.

Mujer

Se ha subrayado especialmente la necesidad de valorar el papel de las mujeres, promoviendo la formación y la liberación de sus condicionamientos culturales.

Se ha pedido a las instituciones católicas (escuelas y centros de salud) que “se empeñen decididamente contra la práctica de las mutilaciones genitales femeninas”, y se ha propuesto la creación de una comisión para promover la dignidad de la mujer ante la Conferencia espicopal africana, además de la convocatoria de un “encuentro panafricano de las mujeres para dar continuidad a la reflexión del Sínodo en este campo”.

En el campo de la promoción de la mujer, se ha subrayado también el papel que pueden llevar a cabo los consagrados, cuya contribución como agentes de reconciliación en la vida de la Iglesia africana ha sido poco profundizado en la Relatio post disceptationem.

Los padres sinodales han pedido con fuerza el “respeto de los inmigrantes en los demás continentes”, no solo cuando son retenidos en los centros de permanencia o devueltos a su tierra de origen, sino también cuando se quedan a trabajar y a vivir en los diversos países.

Desde muchas partes se ha augurado, en fin, que los medios de comunicación contribuyan a difundir los contenidos del debate sinodal además de “los muchos aspectos positivos del continente africano que merecen la atención del mundo”.

[Por Chiara Santomiero, traducción por Inma Álvarez]

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ZENIT Staff

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