Los católicos hispanos cada vez más influyentes en Estados Unidos

Entrevista a Mario Paredes, representante de la Sociedad Bíblica Norteamericana

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WASHINGTON, domingo, 18 de octubre de 2009 (ZENIT.org).- El Sínodo de la Palabra, que se celebró en el Vaticano hace exactamente un año, está dejando un impacto en los Estados Unidos, como lo ha constatado el congreso «Camino a Emaús», celebrado el pasado julio por iniciativa de la Sociedad Bíblica Norteamericana y el Centro Cushwa para el estudio del Catolicismo en Estados Unidos.

Mario Paredes, representante de la Sociedad Bíblica Norteamericana para el ministerio católico, ha hecho un balance con ZENIT de estos dos eventos, en ambos ha participado, y concluye constatando que la presencia de católicos de procedencia hispana en Estados Unidos es cada vez más influyente.

Se están integrando y están aceptando la realidad de que, como dice Paredes, «podemos ser uno respetando la diversidad».

–¿Cómo podría describir los ministerios hispanos hoy en día?

–Mario Paredes: La belleza del ministerio hispano, en los Estados Unidos, tiene que ver con los valores evangélicos. El ministerio hispano es llegar a un pueblo que vibra con la solidaridad, un pueblo que tiene una gran esperanza, un pueblo que lucha por vencer los grandes obstáculos materiales, la pobreza, la falta de educación, la falta de vivienda, el problema migratorio, la falta de documentos para ser reconocido legalmente en la sociedad. Es el tipo de problema que tenemos en la sociedad y el pueblo hispano ciertamente está marcando una pauta de vivencia evangélica.

–¿Qué impacto ha tenido la visita del Papa a los Estados Unidos del año pasado sobre los hispanos?

–Mario Paredes: El pueblo hispano, el pueblo latinoamericano, tiene un gran amor por la persona del Santo Padre y su ministerio de ser el pastor universal de la Iglesia. La mitad de los presentes en los estadios de Washington y Nueva York durante su visita eran hispanos. El amor, la adhesión al magisterio de Pedro es muy grande en nuestra cultura hispánica y esto ha fortalecido la fe de nuestro pueblo. El Santo Padre sin lugar a dudas vino a confirmarnos en la fe, nos impulsó, nos animó y nos dio un mensaje en español, queriéndonos decir que la Iglesia en Estados Unidos también tiene un rostro hispano.

–El Papa presentó a los Estados Unidos como modelo de laicidad y de convivencia entre religiones, ¿Una lección para Europa?

–Mario Paredes: Pienso que nuestro país, los Estados Unidos, es una sociedad muy joven. Es un país que tiene una historia de poco más de doscientos treinta años,, donde hay un mosaico de razas, de lenguas, de culturas… Por este motivo, en estos años ha madurado, y ha crecido en el respeto, en el conocimiento de los otros y en la aceptación de los otros. Ha sido un proceso doloroso, a veces vergonzoso por el racismo, la discriminación o el desprecio. Sin embargo la sociedad norteamericana ha madurado. Prueba de ello es la elección del presidente actual de los Estados Unidos, Barack Obama, o la nominación de una jueza a la corte suprema de los Estados Unidos, que es de origen hispano. Eso son signos y símbolos de que la sociedad se está integrando y está aceptando la realidad de que podemos ser uno, respetando la diversidad.

–¿Qué le ha sorprendido del congreso «Camino a Emaús», una oportunidad para aplicar el Sínodo de la Palabra en los Estados Unidos?

— Mario Paredes: Un elemento que me ha impactado es ver el amor, la devoción que tiene el pueblo hispano católico por escrutar las Sagradas Escrituras. He constatado cómo ven en las Sagradas Escrituras un encuentro personal con el Señor Jesús. Eso se manifiesta en los cantos, en las celebraciones que tuvimos, en las meditaciones y en las reflexiones que se presentaron.

Otro elemento que me parece realmente admirable es cómo pudimos conjugar la participación de la jerarquía de la Iglesia, nuestros obispos incluyendo a dos cardenales, al presidente de la conferencia episcopal de los Estados Unidos y al cardenal emérito de Washington. Y conjugamos la presencia de ellos con un equipo de teólogos, biblistas, expertos, catequetas, pastoralistas. Y todo ello con la participación del liderazgo hispano católico de todo el país. Trescientos cincuenta participantes en este congreso escuchando una diversidad de presentaciones por académicos católicos en sus diferentes áreas de especialidad. Y a la vez, recibiendo enseñanza y orientación de nuestros legítimos pastores, los obispos. Esto da un sentido de Iglesia y una expresión nueva de la fe en el mundo hispano católico de los Estados Unidos. Estamos entrando a participar de la única Iglesia católica en los Estados Unidos, porque estamos en comunión con la Iglesia, buscamos la participación y así se está dando el proceso de integración del mundo hispano católico. Este fenómeno es bellísimo.

–Como representante de la Sociedad Bíblica Norteamericana, institución que en su origen se componía por hijos de la Reforma protestante, ¿qué impresión le queda de este congreso?

–Mario Paredes: Me alegro mucho de que la Iglesia católica ha permitido establecer una cercanía con la obra y el trabajo de la Sociedad Bíblica Norteamericana, institución histórica de casi doscientos años desde su fundación en los Estados Unidos y que tiene como mandato servir a todas las comunidades cristianas de la nación. Esta experiencia que hemos realizado en la Universidad de Notre Dame, es una experiencia maravillosa porque es una alianza entre la Sociedad Bíblica Norteamericana y la Iglesia católica en su rostro hispano a través del ministerio hispano católico de los Estados Unidos. Para la Sociedad Bíblica, la cual yo represento, es una gran oportunidad de servicio y de confirmar que nuestro ministerio bíblico es esencial para las comunidades cristianas sean católicas o sean protestantes.

–¿Se repetirá esta experiencia?

–Mario Paredes: Esta experiencia que hemos realizado nos indica que debemos seguir profundizando en escrutar las Sagradas Escrituras con el liderazgo hispano católico de este país. Esto nos mostró ampliamente la necesidad que tiene la Iglesia de poner a disposición de su liderazgo los instrumentos para que el pueblo de Dios llegue a conocer la persona del Enviado, que es nuestro Señor Jesucristo.

Por María de la Torre

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ZENIT Staff

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