CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 23 de noviembre de 2009 (ZENIT.org).- Un reencuentro entre la Iglesia y el mundo del arte: con este objetivo Benedicto XVI convocó el pasado 21 de noviembre en la Capilla Sixtina a algo más de 260 artistas de renombre internacional. ¿Lo han comprendido sus invitados?

ZENIT ha apuntado los comentarios que los periodistas hemos podido recoger entre los participantes. En general, todos coinciden en constatar que esta audiencia constituye un primer paso, como ha reconocido el director de cine polaco Kristof Zanussi.

"Esta es nuestra expectativa", asegura el cineasta: "algo más de acción por parte de la Iglesia para dar un paso hacia el mundo del espectáculo, de los artistas. Pues se sabe que, por su parte, los artistas no darán nunca ningún paso".

Zanussi considera que las "hermosísimas" palabras del Santo Padre traen "más diálogo, más apertura, más conocimiento", entre el mundo del arte y la Iglesia". Pero al mismo tiempo es realista, pues "el arte de hoy está en decadencia porque no hay ningún límite".

"No creo que la Iglesia limite la libertad, pero hace falta inspiraciones, pues el arte, incluido el arte sagrado, con frecuencia es de bajísima calidad, no se inspira en una dimensión espiritual", añade.

El actor y productor mexicano Eduardo Verástegui, afincado en Los Ángeles, conocido por su participación en la película "Bella", ha confesado que esta cita con el Papa ha sido "un sueño hecho realidad".

"La Iglesia ha creado en la historia cumbres de arte y estar en la Capilla Sixtina, con el Santo Padre, rodeado de todo este arte, acompañado por artistas de todas las expresiones, es algo histórico. Y todo esto en silencio, oración y reflexión. Es algo que nos ha enriquecido mucho a todos los que le hemos escuchado", afirma.

Divorcio Iglesia-arte

El motivo que ha llevado al Papa ha convocar este encuentro es el mismo que inspiró a Pablo VI cuando organizó una cita de características similares en ese mismo escenario hace 45 años (el 7 de mayo de 1964): el dramático divorcio que se ha verificado, sobre todo en el siglo XX, entre la Iglesia y el mundo artístico.

Benedicto XVI, inspirándose en las palabras de su predecesor, Giovanni Battista Montini, asumió el compromiso de "restablecer la amistad entre la Iglesia y los artistas" y les pidió "hacer lo propio y compartirlo, analizando con seriedad y objetividad los motivos que habían turbado esa relación, asumiéndose, cada quien con valentía y pasión, la responsabilidad de un renovado y profundo itinerario de conocimiento y de diálogo, de cara a un auténtico 'renacimiento' del arte en el contexto de un nuevo humanismo".

El director de cine italiano Pupi Avati, quizá el que está recogiendo más éxitos en estos momentos en su país, ha hecho este balance del encuentro: "Me parece que este encuentro ha dado un resultado totalmente extraordinario. Y lo dice uno, como yo, que se esperaba ver a una serie de colegas de diferentes expresiones artísticas, pero más o menos ligados a la misma idea confesional, de práctica más o menos religiosa".

"Por el contrario, y esto ha sido verdaderamente milagroso, hemos visto a colegas procedentes precisamente de los ámbitos más alejados. Por tanto, han acogido esta invitación no ya a la colaboración, que me parece una palabra excesiva, pero sí al diálogo. Nos parece que ha sido una idea extraordinaria que supera y con mucho las previsiones".

Comentarios parecidos han podido ser recogidos por ejemplo entre Zaha Hadid, la arquitecta de origen iraquí mundialmente conocida, que se encontraba en primera fila en la Capilla Sixtina, quien ha confesado que espera que éste sea el inicio de un diálogo, "pues es oportuno afrontar los temas planteados por el Papa".

Belleza trascendente

La escritora italiana Susanna Tamaro subrayó la importancia de la dimensión trascendente que dio Benedicto XVI a la belleza, pues "para quien no tiene fe es difícil hablar de esperanza en estos momentos".

El director de cine israelí, Samuel Maoz, León de Oro en el Festiva de Cine de Venecia de la última edición con la película "Lebanon", declaró: "Me parece que el Papa ha dicho un gran 'no' al odio y a la guerra y un gran 'sí' al amor y al arte".

El Papa se mostró de acuerdo con los artistas al señalar que este encuentro es el inicio, no el final de un camino, y de hecho se despidió de ellos con un "arrivederci" (hasta volver a vernos).

El organizador de la audiencia, el arzobispo Gianfranco Ravasi, presidente del Consejo Pontificio para la Cultura, explicó que este encuentro "debe entenderse como el inicio de un diálogo nuevo, basado en la fraternidad entre fe y arte. Trataremos de organizar otro encuentro, quizá de nuevo con el Papa".

En este sentido se enmarca el proyecto, revelado por el mismo prelado italiano, de crear por primera vez un pabellón de la Santa Sede en la Bienal de Venecia, una de las exposiciones internacionales de las artes de mayor prestigio, cuya próxima edición tendrá lugar en 2011.

Por Jesús Colina