ROMA, miércoles 3 de febrero de 2010 (ZENIT.org).- La figura de los hermanos legos “debe valorarse en la Iglesia”, declaró el cardenal Franc Rodé, quien destacó también “la absoluta necesidad de la oración” y de la “formación litúrgica”.
La Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica está preparando dos nuevos documentos sobre estos temas, anunció este martes a Radio Vaticano su prefecto.
El cardenal Rodé explicó que uno de los documentos trata sobre los hermanos legos y se prevé su publicación el próximo otoño; el otro trata sobre la oración y la formación litúrgica de los religiosos y las religiosas.
“Últimamente hemos reflexionado sobre la figura del hermano lego en las congregaciones religiosas de hermanos y en las congregaciones religiosas mixtas de sacerdotes y hermanos”, indicó en la Jornada mundial de Vida consagrada, celebrada hoy.
“Hemos constatado que en las últimas décadas, el número de hermanos legos ha disminuido mucho”, dijo.
Los Hermanos de las Escuelas cristianas, por ejemplo, tenían 16.000 en 1965 y hoy no llegan a los 5.000.
“Se trata de una disminución enorme -prosiguió-. Por desgracia, todas las congregaciones de hermanos tienen grandes dificultades”.
“Y ello afecta igualmente a las congregaciones mixtas de sacerdotes y de hermanos: el número de hermanos ha disminuido mucho más que el de sacerdotes -añadió-. Existe un problema y hay que hacer algo”.
La llamada a ser hermano lego
El cardenal Rodé destacó la ausencia de documentos sobre esta vocación. “Pensamos que una de las razones de esta disminución de vocaciones de hermanos legos es justamente una cierta falta de atención por parte de la Iglesia a esta figura de cristiano consagrado de hermano laico”, dijo.
“Queremos hacer un documento consagrado específicamente a esta figura de hermano lego, que es una figura autónoma, una figura que tiene sentido en sí misma, que tiene una identidad propia”, afirmó.
El cardenal Rodé destacó la especificidad de esta llamada de Dios: “Un hermano lego no es -como se piensa a menudo y como piensa la gente- alguien que no ha podido o no ha querido por alguna razón ser sacerdote”.
“Se trata de una vocación que tiene una lógica en sí misma, que tiene una misión particular en la Iglesia -añadió-, y la historia lo demuestra con creces”.
El cardenal invitó a pensar, por ejemplo, en la función importante que han tenido las congregaciones de hermanos en la formación y la educación de los jóvenes, con numerosos colegios y universidades en muchos países.
“Pensemos también en la santidad -destacó-: son numerosos los hermanos que han sido canonizados, sobre todo hermanos de congregaciones mixtas: entre ellos los capuchinos y los jesuitas”.
De la importancia de la oración
Respecto al otro documento, sobre la importancia de la oración, el cardenal Rodé indicó que “algunos dicen que los religiosos y las religiosas de hoy rezan demasiado poco” y destacó que “hoy, en un mundo tan agitado, la oración se vuelve sin duda más difícil”.
Colaborar con el dicasterio encargado de la liturgia
“Debemos poner el acento en la absoluta necesidad de la oración en la vida espiritual de un consagrado y de una consagrada”, añadió.
El cardenal Rodé explicó que el prefecto de la Congregación para el culto divino y la disciplina de los sacramentos, el cardenal Antonio Cañizares, le ha sugerido hacer un documento “inter-dicasterial”.
Una primera parte estaría confiada al dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica y una segunda, al dicasterio para el culto divino, sobre la formación litúrgica de religiosos y religiosas.
Al cardenal Rodé le parece “de una gran importancia porque por una parte hay una cierta ignorancia, una cierta falta de conocimiento y de formación litúrgica de los jóvenes religiosos y religiosas”.
“Por otra parte -continuó-, también hay fantasías litúrgicas que no siempre son de buen gusto y que no corresponden al deseo y a la voluntad de la Iglesia y al espíritu mismo de la liturgia”.