TURÍN, miércoles 24 de febrero de 2010 (ZENIT.org).- Más de un millón de peregrinos han hecho sus reservas para poder ver la Sábana Santa que estará expuesta, luego de 10 años, en la Catedral de Turín del 10 de abril al 23 de mayo.
La reserva puede hacerse por internet en el sitio www.sindone.org. Desde Italia han reservado 963.639 personas. También han separado sus sitos, peregrinos que vendrán desde Argentina, Burkina Faso, Japón y Rusia entre muchos otros países, para orar o simplemente observar el lienzo que, según la tradición, envolvió el cuerpo de Jesús luego de la crucifixión.
Por ello, el ayuntamiento de Turín está realizando todos los preparativos para acoger a los muchos fieles y turistas que vendrán en estos días: cerca de 4.500 voluntarios están entrenándose ya para ayudar con la logística: “Quienes colaboran en este evento – dijo Maurizio Bardello, director del Comité para la Ostensión de la Sábana Santa – lo hacen de manera gratuita”.
La organización, entre otras cosas “se ha guiado con criterios de sobriedad y con costos ya previstos. Se prevé un amplio uso de materiales reciclables”, dijo Bardello.
“Hay también algunas obras en curso de carácter permanente como las remodelaciones en el Palacio Chiablese, donde los peregrinos podrán detenerse para la adoración eucarística y donde podrán luego acudir al sacramento de la confesión”, explicó el director.
Además de los aspectos económicos, se ha dado una particular atención al cuidado del ambiente con el uso de materiales ecológicos y a la adopción de soluciones de bajo impacto ambiental.
“Para reducir el efecto sobre la ciudad de la llegada de cerca de 20.000 autobuses previstos – dijo Bardello – a cada uno de ellos se les pedirá una contribución de 30 euros destinado exclusivamente para plantar árboles nuevos”.
“El recorrido que los peregrinos cumplirán para llegar a la Catedral – explicó Fiorenzo Alfieri, presidente del comité para la exposición 2010 y asesor cultural de la localidad de Turín – proporciona el paso a través de los jardines reales y a la Nueva ala del palacio real para llegar al el área del Teatro romano y volver así a la plaza de la torre del campanario de la Catedral”.
En dicho punto se hará una “pre lectura”, es decir, un recorrido con imágenes y explicaciones que preparan a la visión de la Santo Sudario, y cuando este se termine se entrará en la Catedral”, aseguró Alfieri.
¿Qué cosa van a ver los peregrinos que lleguen a Turín de todas partes del mundo? “Una sábana de lino atípica – dijo Giuseppe Ghiberti, presidente de la Comisión diocesana para la Sábana Santa – con cerca de 4,41 metros de alto y 1,13 de ancho que contiene la figura de un hombre muerto por la tortura de la crucifixión”.
Según la tradición se trata de una sábana que fue usada para envolver el cuerpo de Jesús en el sepulcro; de hecho “es una imagen fidelísima, un espejo de la narración literaria de los evangelios, a propósito de la muerte de Jesús a propósito de la muerte de Jesús”.
La Sábana Santa es, pues, “un signo pobre” que remite a “un episodio único en la historia para quien cree”.
En cuanto a la fecha de antigüedad de esta valiosa reliquia existen “dos opiniones cerca de la procedencia de la época romana o medieval. Ningún científico serio puede afirmar con seguridad cómo la imagen se ha formado sobre el lienzo. Son muchas las hipótesis, pero no hay ninguna respuesta”.
¿Por qué la Iglesia se interesa en ello? “Al ser un eco del mensaje del Evangelio – explicó Ghiberti – se convierte en un instrumento de evangelización y por ello en una responsabilidad en este sentido para la Iglesia entera”.
El carácter científico de la Sábana Santa comenzó a ser estudiado a partir de 1898, cuando un fotógrafo turinés constató que el negativo de las imágenes representan el cuerpo y la cara de un hombre crucificado según contaban los Evangelios.
En 1989 fue sometida a la prueba del carbono 14. Los científicos afirmaron que era un tejido fabricado entre 1260 y 1390. Expertos de prestigio científico han criticado aquellos exámenes por considerar que no tuvieron el rigor necesario y que se estudiaron sólo unas partes de la sábana que había sido reparada en la edad media.
Al visitar la Sábana Santa en la catedral de Turuín, el 24 de mayo de 1998, Juan Pablo II explicó que el lienzo constituye un «reto a la inteligencia» por la extraordinaria crónica visual que ofrece de la pasión de Cristo.
El Papa Benedicto XVI, al anunciar la ostensión de la Sábana Santa el 2 de junio de 2008, dijo que “será una ocasión sumamente propicia para contemplar ese misterioso rostro, que silenciosamente habla al corazón de los hombres, invitándoles a reconocer en él el rostro de Dios».
Por Chiara Santomiero, traducción del italiano por Carmen Elena Villa