El Papa acepta la renuncia de un obispo que cometió pederastia

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Monseñor Vangheluwe se retira de la diócesis belga de Brujas

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BRUSELAS, viernes 23 de abril de 2010 (ZENIT.org).- Benedicto XVI aceptó este viernes la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis belga de Brujas presentada por monseñor Roger Joseph Vangheluwe, quien en el pasado abusó sexualmente de un joven de su entorno.

El Centro interdiocesano de Bruselas acogió esta mañana una rueda de prensa para explicar las causas de la renuncia de este obispo.

El portavoz de la diócesis de Brujas, Peter Rossel, leyó un mensaje de disculpa del obispo Vangheluwe, en el que reconoce que “cuando era todavía un simple sacerdote y durante un cierto tiempo al comienzo de mi episcopado, abusé sexualmente de un joven de mi ambiente cercano”.

“En las últimas décadas he reconocido en repetidas ocasiones mi culpabilidad contra él, así como contra su familia, y he pedido perdón -reconoce el prelado-. Pero esto no lo ha pacificado. Y ni siquiera yo estoy en paz”.

“La tormenta mediática de las últimas semanas ha reforzado el trauma -continúa-. No se puede continuar en esta situación”.

“Lamento profundamente lo que hice y presento mis más sinceras disculpas a la víctima, a su familia, a toda la comunidad católica y a la sociedad en general”, asegura el prelado en su mensaje.

“He presentado mi renuncia como obispo de Brujas al Papa Benedicto XVI y ha sido aceptada este viernes -explica-. Por eso, me retiro”.

Dimisión indispensable

El arzobispo de Malinas-Bruselas afirmó ante un gran número de periodistas que asistía a la rueda de prensa: “Nos enfrentamos a una situación particularmente grave”.

“Pensamos ante todo en la víctima y en su familia, de la que muchos miembros han conocido solo hoy la tremenda noticia -declaró-. Para la víctima se trata de un largo calvario, que sin duda no ha terminado”.

“En cuanto al obispo Roger Vangheluwe, tiene derecho, como persona, a la conversión, confiando en la misericordia de Dios”, añadió.

“Sin embargo, en lo que respecta a su función, es indispensable que por respeto a la víctima y a su familia y por respeto a la verdad, dimita de su cargo”, afirmó.

“Es lo que se ha hecho -explicó esta mañana-. El Papa ha aceptado inmediatamente la renuncia del obispo de Brujas, que en estas horas se hace pública en Roma”.

Monseñor Léonard destacó que “la Iglesia insiste en que en estos asuntos no debe haber tergiversaciones” y añadió: “Esperamos contribuir de esta forma al restablecimiento de la víctima”.

El arzobispo explicó que la decisión del obispo de Brujas y la organización de la conferencia de prensa de este viernes “corresponden a la voluntad de transparencia que la Iglesia católica en Bélgica quiere aplicar rigurosamente en esta materia”.

De esta manera, afirmó, la Iglesia quiere actuar “pasando completamente página respecto a la época, no tan lejana, en que en la Iglesia, como en otros lugares, se prefería la solución del silencio o del ocultamiento”.

También reconoció que “este hecho causará gran dolor en toda la comunidad católica en Bélgica, sobre todo porque el obispo Vangheluwe era considerado una persona generosa y dinámica, muy apreciada en su diócesis y en la Iglesia de Bélgica”.

“Somos conscientes de la crisis de confianza que este hecho causará en muchas personas”, declaró.

“Sin embargo -añadió-, nos atrevemos a esperar que la sensatez prevalezca y que los obispos y sobre todo los sacerdotes de este país no sean en conjunto indebidamente desacreditados”

“La gran mayoría vive de forma coherente con su vocación, y con una fidelidad que les agradezco públicamente”, recordó.

La situación no se calmaba

También intervino en la rueda de prensa el obispo representante de la Comisión para la gestión de las quejas por abusos sexuales en una relación pastoral, monseñor Guy Harpigny.

Este prelado explicó que se enteró, de la situación del obispo que ha renunciado, este martes 20 de abril “por un mensaje del entorno de la víctima dirigido a los obispados”.

En ese momento, “ninguno de los miembros de la Conferencia Episcopal de Bélgica estaba al corriente de esta situación”, precisó.

“Sólo he sabido que a principios de mes, el cardenal Danneels -ya emérito- tuvo un encuentro con la familia, a petición de la familia de la víctima y en presencia de mosneñor Vangheluwe”, explicó.

Y continuó: “Él escuchó y constató que la situación no se calmaba y no podía quedarse ahí”.

Al mismo tiempo, la víctima se puso en contacto con la comisión que representa monseñor Harpigny.

Antídoto

El presidente de esta comisión, Peter Adriaenssens, también intervino en el acto de hoy, intentando responder a la pregunta “¿cómo reparar un pasado que se había vuelto demasiado pesado?”.

Para el experto, “la historia de la víctima de monseñor Vangheluwe es un caso ejemplar que demuestra que crecer con un pasado demasiado pesado puede hacer daño en todos los sentidos del término”.

“El abuso sexual es en primer lugar una cuestión de abuso de poder”, explicó, caracterizado por “el secreto impuesto a la víctima y el pequeño círculo cerrado en el que se desarrolla”.

Adriaenssens propuso como “antídoto”: “Frente al abuso de poder, se trata de restablecer el equilibrio de las dignidades”, “frente al peso del secreto, está el derecho a reencontrar el libre uso de su palabra” y “frente a lo que ha llegado ante la vista, está la transparencia de una comunicación abierta”.

Para él, “éstas son las tres vías de curación que pueden ofrecerse hoy a la víctima y a su familia”.

Y concluyó: “Esperamos que las medidas claras, que afectan hoy al autor de los hechos, permitan a la víctima sentirse orgullosa de pertenecer a la sociedad”.

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ZENIT Staff

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