CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 6 de mayo de 2010 (ZENIT.org).- Benedicto XVI recibió en audiencia este jueves en el Vaticano a la presidenta de la Confederación Suiza, Doris Leuthard, informó la Oficina de Información de la Santa Sede.
Tras la audiencia con el Papa, Leuthard se reunió con el secretario de Estado vaticano, el cardenal Bertone, acompañado del secretario para las relaciones con los Estados, monseñor Dominique Mamberti.
“Durante los cordiales coloquios”, indica un comunicado, “se han tocado temas que se refieren a la vida socio-económica y cuestiones pertenecientes a la actual situación internacional, con particular referencia al diálogo interreligioso”.
“También se ha recordado la participación de la presidenta en el juramento, hoy, de los nuevos miembros de la Guardia Suiza Pontificia”.
Efectivamente, la presidenta del Consejo Federal representó a la Confederación Helvética, junto con el embajador suizo ante la Santa Sede, François Kammer, en el acto de jura de bandera de treinta guardias suizos, celebrado esta tarde.
Los nuevos guardias suizos reclutados en los últimos doce meses prestaron solemne juramento sobre la bandera del cuerpo este jueves, día en que la Guardia Suiza Pontificia recordó el sacrificio de 147 soldados de este cuerpo que perecieron durante el saqueo de Roma de 1527, defendiendo al Papa Clemente VII.
En el ámbito de la conmemoración, esta mañana a las 7,30 horas, el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado, celebró la Eucaristía en la Basílica vaticana, ante la presencia de los miembros de la guardia, sus familiares y amigos, con la animación litúrgica del coro de Mels.
Posteriormente, en el patio de Honor del barrio suizo de la Ciudad del Vaticano, tuvo lugar la conmemoración de los caídos.
Y tras depositar una corona de laurel ante el monumento de los guardias asesinados, el arzobispo Fernando Filoni, sustituto de la Secretaria de Estado, confirió las condecoraciones a algunos miembros del Cuerpo.
Por la tarde, a partir de las cinco, se celebró la ceremonia de juramento en el Patio de San Dámaso del Palacio Apostólico.
Los nuevos guardias suizos, junto al Mayor William Kloter, prestaron juramento ante el arzobispo Filoni y diversos cardenales, obispos y otras personalidades de la curia, así como representantes de las delegaciones diplomáticas acreditadas ante la Santa Sede y el gobierno cantonal de San Gallo.
En representación del ejército helvético, asistió a la ceremonia el jefe del Estado Mayor de conducta, Peter Stutz, informó Radio Vaticano.
Las celebraciones concluirán mañana, 7 de mayo, a las cuatro y media de la tarde, con un concierto ofrecido por la banda musical de Uzwil, en el Patio de Honor de la Guardia Suiza.
En su homilía, el cardenal Tarcisio Bertone, saludó de modo especial a los treinta nuevos alabarderos que hoy pronunciaron su juramento de “servir fiel, leal y honorablemente al Sumo Pontífice, sacrificando, si es necesario, también la vida”.
Y añadió que la Guardia Suiza Pontificia se caracteriza por la disponibilidad de sus componentes de estar al servicio del Papa, para proporcionar la particular custodia de su persona.
“Se trata –dijo– de una voluntad que vosotros, queridos guardias suizos, habéis expresado en cuanto cristianos, es decir, motivados por el amor por Cristo y por la Iglesia”.
“Por esto –afirmó el cardenal Secretario de Estado– estamos aquí reunidos en la celebración eucarística: para pronunciar nuestro agradecimiento al Señor por vuestra generosidad”.
Y les manifestó el afecto de todos los presentes y su gratitud, a la vez que agradeció, con ellos, a la Divina Providencia que los ha llamado, y los llama, a pertenecer a este histórico Cuerpo y a dar continuidad a su labor.
“Por vosotros, queridos amigos, y por los difuntos de la Guardia Suiza Pontificia –dijo el cardenal Bertone–, ofrezco de modo especial esta Eucaristía, haciendo mías vuestras intenciones de oración”.
Después de recordar que la liturgia de hoy se inserta en el tiempo de Pascua, el cardenal secretario de Estado reafirmó a los amigos de la Guardia Suiza que el suyo es “un servicio cualificado y apreciado”, que exige “entrega y seriedad”.
Además de exhortarlos a ser fieles al empeño que han asumido o que están a punto de asumir, invocó del Señor para ellos la ayuda de su gracia, a fin de que puedan perseverar en esta tarea tan importante y delicada, hasta el cumplimiento de su misión.
Y concluyó expresando su deseo de que sea para ellos apoyo y aliciente también el reconocimiento del Santo Padre, quien le encargó que les manifestara su grata participación.
“Que os acompañe y os asista la intercesión de vuestros santos patronos: san Martín, san Sebastián y san Nicolás de Flüe. Y que María Santísima, que ha custodiado al Unigénito Hijo de Dios en su seno, os ayude a ser auténticos hijos de la Iglesia, y os proteja en el servicio al Sucesor de Pedro”, pidió.