BUENOS AIRES, sábado, 15 de mayo de 2010 (ZENIT.org).- Publicamos la declaración del Consorcio de Médicos Católicos de Argentina ante el proyecto de ley que busca en ese país dar un reconocimiento jurídico comparable al del matrimonio a las parejas del mismo sexo.
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El Consorcio de Médicos Católicos atento a las pretensiones de redefinir el concepto de matrimonio, expresa una vez más su compromiso de promover y defender el respeto a la vida humana y a la familia.
1. Recordamos que esta materia atañe a la ley moral natural, y por lo tanto exponemos nuestras razones no solamente a los creyentes sino también a todas las personas de buena voluntad.
2. El concepto natural y básico sobre el matrimonio y la complementariedad de los sexos propone una verdad puesta en evidencia por la recta razón y reconocida como tal por todas las grandes culturas del mundo. Ninguna ideología puede cancelar del espíritu humano la certeza de que el matrimonio existe únicamente entre dos personas de sexo opuesto, que se perfeccionan mutuamente para colaborar con Dios en la generación y educación de nuevas vidas.
3. Toda la ley civil debe ser reflejo de la ley moral natural, de lo contrario será una «ley inicua», a la cual existe la obligación moral de oponerse.
4. Las legislaciones favorables a las uniones homosexuales son contrarias a la ley moral natural porque confieren garantías jurídicas análogas a las del matrimonio a las uniones entre personas del mismo sexo. El Estado no puede legalizar estas uniones sin faltar al deber de promover y tutelar una institución esencial para el bien común como es el matrimonio.
5. El respeto hacia las personas homosexuales no puede en modo alguno llevar a la aprobación del comportamiento homosexual ni a la legalización de las uniones homosexuales. Los hombres y mujeres con tendencias homosexuales deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta.
6. Por lo tanto el Consorcio de Médicos Católicos reafirma que: «el bien común exige que las leyes reconozcan, favorezcan y protejan la unión matrimonial como base de la familia, célula primaria de la sociedad. Hay que defender tales valores, para el bien de los hombres y de toda la sociedad».
Doctor Alejandro Nolazco, presidente
Doctor Antonio Catalán Pellet, secretario