CIUDAD DEL VATICANO, jueves 20 de mayo de 2010 (ZENIT.org).- El lenguaje de la música acercó más que nunca en la tarde de este jueves a la Iglesia Ortodoxa Rusa y a la Iglesia Católica, gracias al concierto que ofreció en honor de Benedicto XVI en el Vaticano Su Santidad Kiril I.
El acto, en el que el patriarca de Moscú y de todas las Rusias se hizo presente en el Aula de las audiencias Pablo VI del Vaticano con un mensaje, se convirtió en su regalo de cumpleaños al Papa, así como una conmemoración del quinto aniversario de su elección como sucesor de Pedro.
«La música es un lenguaje particular que nos da la posibilidad de comunicar con nuestros corazones», afirma el patriarca en su misiva, que fue leída por el joven metropolita Hilarion Alfeyev de Volokolamsk (24 de julio de 1966) , presidente del Departamento para las Relaciones Exteriores del Patriarcado de Moscú, compositor de la obra conclusiva del concierto, la sinfonía «Canto del la Ascensión».
Previamente la Orquesta Nacional Rusa, dirigida por el maestro Carlo Ponti, hijo de la actriz italiana Sophia Loren, también presente en el aula vaticana, el Coro Sinodal de Moscú, y la Capilla de los Cuernos de San Petersburgo, interpretaron obras de los grandes compositores rusos de los siglos XIX y XX.
El concierto se ha convertido en el momento solemne más cercano entre los pastores de Roma y Moscú, tras un milenio de división que en los últimos años se caracterizó por tensiones surgidas por el crecimiento de la Iglesia católica en antiguas tierras soviéticas, visto por la hermana ortodoxa como un acto de proselitismo.
Con el concierto ha culminado el Simposio, organizado por el Patriarcado de Moscú, por los Consejos Pontificios para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, y de la Cultura, con el tema «Ortodoxos y católicos en Europa de hoy. Las raíces cristianas y el patrimonio común cultural de Oriente y Occidente».
Estos actos tienen lugar en medio de otros gestos históricos de acercamiento entre ortodoxos rusos y católicos, como la publicación en estos días de una selección de discursos de Su Santidad Kiril I por parte de la Librería Editorial Vaticana, que sigue a la edición hace unos meses de los discursos de Benedicto XVI sobre Europa, por parte del patriarcado ortodoxo de Moscú.
Estas nuevas relaciones entre Roma y Moscú han experimentado una neta mejoría desde la elección tanto de Benedicto XVI, el 19 de abril de 2005 , como de Kiril I, el 1 de febrero de 2009.
Las nuevas perspectivas para el diálogo ortodoxo-católico han llevado al metropolita Filarete de Minsk y Slutsk, exarca patriarcal de toda Bielorrusia, a auspiciar un posible encuentro, por primera vez en la historia, entre Kiril I y Benedicto XVI.
Música, diálogo y anuncio evangélico
En la música, explicó el Papa en sus palabras de agradecimiento, «ya se anticipa y en cierto sentido se realiza la confrontación, el diálogo, la sinergia entre Oriente y Occidente, así como entre tradición y modernidad».
El pontífice citó las palabras de Juan Pablo II, cuando presentaba la imagen, sugerida por Vyacheslav Ivanovich Ivanov de los «dos pulmones» con los que debe volver a respirar Europa.
De este modo, se podrá «tomar de nuevo conciencia de las profundas y comunes raíces culturales y religiosas del continente europeo, sin las cuales la Europa de hoy quedaría como privada de un alma y marcada por una visión reductora y parcial».
Según Benedicto XVI, «la cultura contemporánea y particularmente la europea, corre el riesgo de la amnesia, del olvido y, por tanto, del abandono del extraordinario patrimonio suscitado e inspirado por la fe cristiana, que constituye la columna vertebral esencial de la cultura europea, y no sólo de la europea».
«¡Volvamos a hacer que Europa respire con sus dos pulmones, volvamos a dar un alma no sólo a los creyentes sino a todos los pueblos del continente, volvamos a promover la confianza y la esperanza, arraigándolas en la milenaria de experiencia de fe cristiana!», alentó ante el público que llenaba el Aula.
El mensaje del Patriarca Kirill I reconoce que «para comprender a un pueblo, es necesario escuchar su música. Y esto se aplica no sólo a la música litúrgica ortodoxa, de la que hoy se interpretarán algunas de las mejores realizaciones, sino también a las obras de los compositores rusos escritas para las salas de conciertos».
El patriarca explica que en el concierto vaticano se interpretó no sólo música litúrgica ortodoxa, sino también obras de los compositores rusos escritas para salas de concierto, pues «en los años de las persecuciones contra la Iglesia y de dominio del ateísmo de Estado, cuando la mayoría de la población no tenía acceso a la música sacra, estas obras, junto a las obras maestras de la literatura rusa y del arte figurativo, contribuyeron a llevar el anuncio evangélico, proponiendo al mundo laico ideales de gran profundidad moral y espiritual».
Por Jesús Colina