ROMA, viernes 28 de mayo de 2010 (ZENIT.org).- El Servicio Internacional de la Renovación Carismática Católica (ICCRS), en colaboración con la Fraternidad Católica de las Comunidades y las Asociaciones Carismáticas de Alianza (la Catholic Fraternity) organizan el próximo 8 de junio en Roma un día de retiro para los sacerdotes.

Programado para la víspera de la clausura del Año Sacerdotal en Roma, que tendrá lugar del 9 al 11 de junio, el encuentro se celebrará en la Basílica romana de San Juan de Letrán de 9,30 a 19,30 horas, sobre el tema El don del sacerdocio.

La Congregación para el Clero animó al ICCRS y a la Catholic Fraternity a realizar este proyecto, al que ha ofrecido su apoyo.

Entre los principales ponentes, se encuentran el presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz, el cardenal Peter Turkson; el secretario de la Congregación para el Clero, monseñor Mauro Piacenza; el obispo de la diócesis australiana de Sandhurst, monseñor Joseph Grech; y el director internacional de Evangelización 2000, el padre Tom Forrest.

También el padre Kevin Scallon, sacerdote de la comunidad vicentina dedicado a los presbíteros y a su renovación, y la hermana Briege McKenna, clarisa conocida por su don de sanación.

La inscripción es gratuita, y se ofrecerá un almuerzo a todos los inscritos.

El ECCRS, reconocido por el Consejo Pontificio para los Laicos el 14 de septiembre de 1993, constituye un vínculo entre la Renovación y el Vaticano.

Su sede se encuentra en Roma, donde actúa como órgano de información y de comunicación para la promoción de la Renovación carismática católica en el mundo.

Desde 1973, el ICCRS organiza regularmente encuentros internacionales para los responsables.

La Catholic Fraternity fue fundada en 1990 por iniciativa de varias comunidades carismáticas católicas miembros de la International Brotherhood of Communities (BOC), una asociación ecuménica de comunidades en su mayoría católicas.

Esas comunidades sentían la exigencia de afirmar su identidad en el interior de la Renovación Carismática, fortalecer su vínculo con la Iglesia y profundizar la comunión con el sucesor de Pedro.