CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 2 de junio de 2010 (ZENIT.org).- Representantes de la Iglesia católica ven como un motivo de esperanza para la unidad de los cristianos la preparación de un Concilio Panortodoxo (de todas las Iglesias ortodoxas), anunciado por el patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I.
«Hemos decidido facilitar el progreso de convocatoria del santo y gran Concilio de todas las Iglesias ortodoxas», afirmó el patriarca en una entrevista a la cadena de televisión rusa «Vesti 24», desde San Petersburgo este domingo, tras haberse reunido con el patriarca ortodoxo de Moscú, Kiril I.
La visita de diez días del patriarca ecuménico a Rusia ha servido para superar distancias y divergencias de años pasados entre ambos patriarcados.
Explicó que el Concilio es uno de los grandes objetivos que se ha planteado desde que fue elegido patriarca de Constantinopla, pues tendrá «un gran impacto en todo el mundo ortodoxo».
Según afirmó, la agenda para el evento «ya ha sido presentada y es bien conocida por la comunidad ortodoxa», abarcando diez puntos principales, entre los que se encuentran los principios para la declaración de la autonomía de las Iglesias ortodoxas (proclamación del carácter autocéfalo), así como los «dípticos», es decir, el orden en el que se mencionan a las Iglesias durante la liturgia .
Nuestra Iglesia Ortodoxa busca continuamente de ponerse al día con los tiempos, evitando hacer concesiones en su enseñanza, pero al mismo tiempo respondiendo al espíritu de los tiempos para ayudar a los creyentes a permanecer firmes en el mundo actual», afirmó el patriarca Bartolomé I en su entrevista.
El primer trabajo preparatorio del Concilio comenzó en los años sesenta, aunque la idea ya había surgido a inicios del siglo XX. El Concilio Panortodoxo es precedido por reuniones de la Conferencia Panortodoxa Preconciliar, que ya se han celebrado en años pasados y de la Comisión Interortodoxa Preparatoria.
Por su parte, el 31 de mayo, el patriarca Kirill de Moscú y de todas las Rusias confirmó que las relaciones entre las Iglesias de Rusia y Constantinopla avanzan positivamente.
Este encuentro ha sido decisivo para la futura convocatoria del Concilio, pues si bien el patriarcado de Constantinopla tiene un lugar simbólico entre las Iglesias ortodoxas, tan sólo cuenta con 3,5 millones de fieles. En el mundo, hay sin embargo unos 225 millones de fieles ortodoxos, de los cuales 140 millones pertenecen a la Iglesia Ortodoxa Rusa.
El acercamiento entre Constantinopla y Moscú ha sido visto con buenos ojos por parte de la Iglesia católica, pues la unidad ortodoxa permitirá el avance en la búsqueda de la unidad plena con la Iglesia católica. En el pasado reciente, las divisiones entre Moscú y Constantinopla han frenado este movimiento ecuménico.
Monseñor Eleuterio Fortino, quien sigue en el Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos la relaciones con las Iglesias ortodoxas, ha considerado como un motivo de alegría el anuncio de la preparación del Concilio Panortodoxo.
Este acontecimiento, explica, «daría una contribución decisiva a la comunión y cooperación de las Iglesias ortodoxas en nuestro tiempo. En el proyecto de ese Concilio también se encuentra la cuestión de la actitud de las Iglesias ortodoxas hacia el mundo cristiano».
«Como católico ve todo lo que está sucediendo entre las Iglesias con simpatía e interés. La vitalidad de las Iglesias ortodoxas es importante para la Iglesia de Cristo en el mundo. Pero es también positiva para el restablecimiento de la unidad entre católicos y ortodoxos, en particular, para la superación de sectores críticos o reticentes que se dan en las diferentes Iglesias ante las relaciones ecuménicas», concluye monseñor Fortino.
El interés de la Iglesia católica por el Concilio Panortodoxo ha quedado también demostrado por el positivo artículo publicado por «L’Osservatore Romano», diario de la Santa Sede, en su edición diaria del 2 de junio.