La visita de Benedicto XVI a Chipre convence a los medios

La visita supera las expectativas

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CIUDAD DEL VATICANO, lunes 7 de junio de 2010 (ZENIT.org).- Los viajes de Benedicto XVI, incluida su última visita apostólica a Chipre, entre el 4 y el 6 de junio, se han convertido en altavoces para que su magisterio pueda penetrar en los medios de comunicación.

Para los periodistas ya no será posible poner en duda su posición y compromiso a favor de la unidad entre los cristianos, del diálogo con el Islam, o de la paz y la reconciliación en el escenario internacional, tras la peregrinación apostólica internacional número 16 de este pontificado, continuación de la realizada a Tierra Santa el año pasado.

Los números hablan por sí solos. La misa que presidió este domingo en Nicosia se ha convertido en uno de los encuentros más populares de la historia de este país, y el acontecimiento más importante de la Iglesia católica en Chipre (participaron más de 10.000 católicos).

El interés de la prensa ha sido también evidente, y la entrega del «Documento de trabajo» (Instrumentum laboris) para el Sínodo de Obispos de Oriente Medio aparecía en la mayoría de las primeras páginas de los periódicos europeos en Internet en este domingo. La gran mayoría de los artículos eran de tono positivo.

El padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede, constata cómo Benedicto XVI con sus tres últimos viajes a Malta, Portugal y Chipre, ha cambiado decididamente la percepción que se había creado en los medios de comunicación con la crisis de abusos sexuales.

«Lo que impresiona es que en algo más de un mes y medio hemos tenido tres viajes al exterior del Papa, todos coronados con un enorme éxito, respecto a los objetivos que se podían esperar», ha explicado el portavoz vaticano.

Avance ecuménico

Ante todo, como reconoce el mismo padre Lombardi, el gran éxito del viaje ha sido ecuménico, en particular, en el avance en las relaciones con la Iglesia ortodoxa, mayoritaria en esta isla.

«El abrazo de paz durante la misa del domingo, entre el Papa y Crisóstomos II, es el símbolo de este encuentro que marca un paso más en el largo camino del ecumenismo, con una Iglesia, la de Chipre, que a pesar de ser numéricamente pequeña, es muy significativa en el movimiento ecuménico, sobre todo en el ámbito ortodoxo, y muy rica de iniciativas», afirma el padre Lombardi.

Es un resultado que no era ni mucho menos evidente en vísperas del viaje, pues los medios de comunicación habían dado amplio espacio a las voces críticas del diálogo con la Iglesia católica en la Iglesia ortodoxa de Chipre.

Giovanni Maria Vian, director de «L’Osservatore Romano», es también categórico: «El alcance del viaje, en un país ortodoxo, es histórico por el acercamiento ulterior a una autorizada y venerable Iglesia hermana, que bajo la guía del arzobispo Crisóstomos II se ha comprometido con decisión en el camino ecuménico».

Relación con el Islam

El avance en el diálogo con el Islam es precisamente otro de los logros decisivos de este viaje de Benedicto XVI a Chipre. Ha servido para desmentir a quienes siguen presentando al Papa como un «enemigo» del Islam, basándose en la polémica generada por una frase sacada de contexto en Ratisbona (septiembre de 2006).

Cuando el Papa viajaba de Roma a Pafos, en su encuentro con los periodistas dio pruebas de su voluntad «de diálogo con los hermanos musulmanes, que son hermanos nuestros, a pesar de las diferencias». Sus palabras fueron portada en periódicos de Oriente Medio, y del resto del planeta. Y al abandonar la isla, al despedirse en el aeropuerto de Larnaca expresó su «esperanza y oración para que juntos, cristianos y musulmanes, se conviertan en levadura de paz y reconciliación».

A causa del conflicto entre Turquía y Chipre, no pudo tener lugar un encuentro del Papa con algunas de las más elevadas autoridades musulmanas del Norte de Chipre, ahora bien, ha conmovido (y la prensa escrita ha dado amplio espacio) el abrazo que el Papa intercambió con un anciano representante sufí, junto a la nunciatura apostólica.

Reconciliación y paz

Ningún líder internacional en general se atreve a viajar a Chipre, pues tiene miedo de las consecuencias que podría provocar en sus relaciones con Turquía o Grecia (y Europa en general), a causa de la división que sufre la Isla desde 1974.

Benedicto XVI, que ya visitó Turquía entre noviembre y diciembre de 2006, ha tenido el valor de visitar Chipre y lo ha hecho en circunstancias sumamente difíciles, tras la muerte de ciudadanos turcos que formaban parte de la flotilla que buscaba romper el embargo a Gaza atacada por el ejército de Israel.

Por si fuera poco, en la víspera del viaje, era asesinado a manos de su chófer monseñor Luigi Padovese, presidente de la Conferencia Episcopal de Turquía, quien debía reunirse con el Papa en Chipre.

«Las autoridades, tanto las políticas como religiosas, han presentado con mucha fuerza sus expectativas, sus problemas ligados a la situación de división de la isla, de riesgo de pérdida del patrimonio cultural cristiano. Lo han hecho con mucha claridad, aprovechando la oportunidad de tener un huésped tan importante», ha revelado el padre Lombardi.

«El Papa ha respondido con gran equilibrio y con claridad, apoyando los principios fundamentales de la convivencia: el respeto de los derechos de la persona humana y el derecho a regresar a los lugares de origen, a entablar comunicación con los que han tenido que dejar, el derecho a la libertad religiosa, a la libertad de conciencia, a la libertad de culto», añade el portavoz.

«Desde Chipre el Papa lanza a la comunidad internacional un nuevo e intenso llamamiento a la razón. Con un objetivo que puede ser comprendido y aceptado por todos, más allá de toda división: servir el bien común», explica Vian, comentando el discurso que el Papa dirigió a las autoridades civiles y al cuerpo diplomático.

En Malta, en abril pasado, Benedicto XVI sorprendió a los medios de comunicación en medio de una campaña contra su persona. En Portugal, en mayo, abrió una nueva fase de su pontificado, cuando algunos medios occidentales comenzaron a dar marcha atrás en sus ataques al ver la acción y escuchar la palabras del Papa. En Chipre, Benedicto XVI ha convencido a los medios, que de todos modos siempre estarán buscando una falla. La próxima etapa de este itinerario tendrá lugar en septiembre, cuando visite Gran Bretaña.

Por Jesús Colina

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ZENIT Staff

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