Desmentido el móvil homosexual del asesinato de monseñor Padovese

Declaraciones de personas que le conocieron de cerca

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CIUDAD DEL VATICANO, martes 8 de junio de 2010 (ZENIT.org).-  Carecen de fundamento las noticias que atribuyen a una relación homosexual el motivo del asesinato de monseñor Luigi Padovese, presidente de la Conferencia Episcopal Turca, a manos de su chófer.

ZENIT ha contactado a personas que le han conocido en estos años y éstas han recordado que Murat Altun, el ciudadano de origen kurdo que le asesinó el 3 de junio, le había sido asignado por las autoridades de Turquía cuatro años antes. Es decir, no había sido elegido por el prelado.

El periodista Antonio Gaspari, redactor de ZENIT y colaborador de numerosas publicaciones internacionales, cuyas entrevistas contribuyeron a dar a conocer la figura del vicario de Anatolia al mundo, explica que «para quien conoció a monseñor Padovese, es verdaderamente difícil imaginarlo con tendencias homosexuales o de carácter pasional con el sexo femenino».

«Monseñor Luigi era una persona equilibrada, serena, tranquila, no presentaba ninguna dificultad en la relación con las demás personas, ya fueran hombres o mujeres. Monseñor Padovese era sacerdote desde 1973 y, si hubiera tenido ciertas debilidades, no habría recibido una tarea tan delicada y difícil, como la que desempeñaba», aclara Gaspari.

La versión de Gaspari es confirmada por el vicario apostólico de Estambul, monseñor Louis Pelâtre, quien reconoce en declaraciones a la agencia italiana SIR que algunas de las versiones de los medios de comunicación son «auténticas calumnias».

«Monseñor Padovese no era un hombre violento que imponía su voluntad. Su bondad y estatura moral es reconocida por todos: musulmanes, judíos, autoridades civiles. Por todos». 

Sor Eleonora de Stefano, franciscana de las Misioneras de la Inmaculada Concepción, asistente personal y secretaria de monseñor Padovese durante 22 años, ha revelado que «desde al menos unos quince días», Murat Altun, «sufría una grave depresión. En el último período hablaba con frecuencia con monseñor Padovese, que trataba de ayudarle a recuperarse. Le había pedido incluso acompañarle a Chipre, pero el chofer lo había rechazado».

Antonio Gaspari añade que «es singular que un obispo católico, presidente de la Conferencia Episcopal turca, tenga como chófer y colaborador a un islámico».

«Cuando alguno se lo comentaba, monseñor Padovese respondía cándidamente que eran las condiciones de su misión en Turquía, pues era evidente que se trataba de una persona que refería a las fuerzas de seguridad cada uno de los movimientos de monseñor Padovese».

«Y refería sobre todas las personas con las que se encontraba el obispo –opina Gaspari–. Pero monseñor Luigi, con su actividad trasparente, consideraba que no era un problema, pues él no hacía nada que fuera ilegal y esperaba que al menos las autoridades garantizaran la seguridad».

«Monseñor Padovese tenía la certeza de que las autoridades turcas no tenían interés en matarle. Sobre todo porque la parte militar del gobierno turco tenía necesidad de buenas relaciones con la Santa Sede para entrar en Europa, y garantizar buenas relaciones con las naciones occidentales».

«De todos modos, si hubiera rechazado al chófer musulmán, monseñor Padovese habría provocado una señal de alarma entre las autoridades y hubiera tenido que organizarse un sistema de seguridad personal».

Por el momento, reconoce Gaspari, es difícil sacar conclusiones sobre las motivaciones del asesino pues «nadie ha podido entrevistar» al culpable.

Las fuentes consultadas en la Santa Sede han pedido prudencia antes de hacer declaraciones, mientras se aclaran las circunstancias del asesinato.

Monseñor Louis Pelâtre considera que «en este momento es más necesario que nunca aclararlo cuanto antes. Se escuchan teorías que se quedan en eso, teorías, ante la falta de pruebas».

«La sociedad turca es muy variada y compleja, y no se puede generalizar. En su interior, están representadas muchas posiciones, ideas y movimientos. Lo que ha sucedido constituye un problema también para los turcos, que no saben cómo responder ante estos hechos».

«Es un problema para nosotros, cristianos, que somos una minoría, para los políticos, y para la sociedad misma. ¿Cómo ha podido suceder algo así. Lo que ha hecho el joven chófer es, por el momento, inexplicable y por esto hay que buscar explicaciones», concluye.

La arquidiócesis de Milán ha anunciado este martes que el arzobispo de esa sede, el cardenal Dionigi Tettamanzi, presidirá el funeral de monseñor Padovese el lunes 14 de junio a las 10:30 horas, en la catedral de Milán. Monseñor Padovese será sepultado en esa ciudad junto a su familia.

Por Jesús Colina

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ZENIT Staff

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