ROMA, martes 15 de junio de 2010 (ZENIT.org).- Ha finalizado el 38º Encuentro de Secretarios Generales de las Conferencias Episcopales de Europa, desarrollado en Roma del 10 al 13 de junio sobre Los desafíos de la colaboración eclesial: relaciones internas en la Iglesia, relaciones con los Estados, relaciones con la opinión pública.
El encuentro anual se ha celebrado en Roma con motivo de las celebraciones de clausura del Año Sacerdotal convocado por el Papa Benedicto XVI.
El jueves 10 de junio, los secretarios participaron en la vigilia de oración, y el viernes 11 de junio en la misa en la plaza de San Pedro.
“Junto a miles de sacerdotes, llegados de todas partes del mundo, los secretarios han querido reafirmar su comunión con Pedro y su ministerio, del cual obtienen luz para su servicio en las conferencias episcopales”, señala un comunicado publicado al final del evento.
El encuentro estaba promovido por el Consejo de Conferencias Episcopales de Europa (CCEE) y se celebró en la capital italiana por invitación del secretario general de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), monseñor Mariano Crociata.
Durante el mismo, intervinieron el presidente de la CEI, el cardenal Angelo Bagnasco, y el vicepresidente del CCEE y arzobispo de Zagreb, el cardenal Josip Bozanic.
Ambos purpurados quisieron recordar que el objetivo principal de la Iglesia católica en Europa es ante todo el de “defender” al ser humano por su referencia a Cristo.
Y destacaron la necesidad de tener la valentía de no recibir aprobación, especialmente cuando se afrontan temas “de frontera”.
El subsecretario para las relaciones con los Estados de la Secretaría de Estado, monseñor Ettore Balestrero, señaló la importancia de la comunión y de la colaboración entre las conferencias episcopales y los distintos dicasterios de la Santa Sede para una mayor eficacia de la acción pastoral de la Iglesia.
Durante el encuentro, se afrontó también “la cuestión, tan actual y dolorosa para la Iglesia, de los abusos a menores por parte de sacerdotes o de religiosos”.
Con la ayuda de monseñor Luis Ladaria, SJ, y de monseñor Robert Deeley, secretario y colaborador de la Congregación para la Doctrina de la Fe respectivamente, se recordaron “las medidas que los obispos están llamados a seguir cuando sean informados de posibles casos de abusos”.
“La cuestión se ha afrontado con seriedad, transparencia y medidas drásticas. Es patente el deseo de las conferencias episcopales de seguir la manera con la que el Papa está afrontando la cuestión”, señala el comunicado.
El director de la Oficina de Información vaticana, Federico Lombardi, SI, y el portavoz de la CEI, monseñor Domenico Pompili, abordaron la cuestión de la relación de la Iglesia con los medios de comunicación y la opinión pública.
Refiriéndose a la comunicación en el nuevo contexto cultural global, veloz y sensacionalista, el padre Lombardi afirmó que es importante que las conferencias episcopales entiendan la “globalización de la información”.
“Para monseñor Pompili, es grande el riesgo de ‘transmitir’ y dejar transmitir una ‘imagen estereotipada de la Iglesia: un verdadero y propio reduccionismo del cristianismo en un contexto social dominado por el ‘politeismo’ de los valores”, señala el comunicado.
Frente a éste, hay que en cambio “tener la valentía de refutar esta función pre-definida y estereotipada y privilegiar la belleza y la fuerza del testimonio también a través del uso de los nuevos medios”.
Los trabajos fueron interrumpidos por momentos de oración y por celebraciones eucarísticas. El sábado 11 de junio, la celebración fue en sufragio del vicario apostólico de Anatolia y presidente de la Conferencia Episcopal Turca, monseñor Luigi Padovese, asesinado el pasado 3 de junio.
Una delegación del CCEE dirigida por el secretario general del organismo, el padre Duarte da Cunha, participó también este lunes por la mañana en las exequias celebradas en el Duomo de Milán.
El domingo 13 de junio, los secretarios celebraron la Eucaristía, el día en que se recordaba a san Antonio en la parroquia de San Antonio de los portugueses en Roma, junto a la comunidad local.
