CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 9 de junio de 2010 (ZENIT.org).- Los sacerdotes son hermanos de todo hombre y mujer, de este modo se explica "la belleza" del celibato, ha asegurado el cardenal Tarcisio Bertone SDB, ese miércoles por la tarde, en el Aula Pablo VI, en un encuentro de testimonios y reflexión dedicado a los presbíteros.

Los sacerdotes "son esencialmente hermanos entre los hermanos, en los cuales reconocen el rostro de Cristo. Hermanos de toda persona, de los hombres y mujeres, a los que deben amar y servir con total entrega, sin ningún apego, sin buscar el propio interés", explicó el secretario de Estado de Benedicto XVI.

"Se comprende así la actualidad y la belleza del celibato --ha añadido--. Y en vosotros esta belleza resplandece ese amor incondicional que siempre ha sido sumamente valorado por la Iglesia, como signo y estímulo de la caridad y como un manantial especial de fecundidad e el mundo".

La Iglesia y la humanidad "tienen necesidad de sacerdotes de este temple, de auténticos 'profetas de un mundo nuevo', ese mundo que comenzó con la venida de Cristo, en continuo devenir, en continua formación", aseguró.

El encuentro, en el que participaron miles de sacerdotes procedentes de 70 países, tenía por tema "Sacerdotes hoy", y ha sido organizado por sacerdotes del Movimiento de los Focolares, del Movimiento de Schoenstatt, de la Renoación Carismática Católica Internacional, y de otros movimientos eclesiales.

En el encuentro, se escuchó el testimonio de un sacerdote de Irlanda sobre la fidelidad a la vocación en este país que tanto ha sufrido a causa de los escándalos provocados por sacerdotes. Un sacerdote alemán testimonió la manera en que ha podido superar el alcoholismo gracias a la ayuda de su comunidad.

Luego resonó el testimonio teológico del cardenal Francisco Javier Errázuriz Ossa, arzobispo de Chile, junto a la evocación de algunas páginas escritas por Chiara Lubich, fundadora de los Focolares, y el padre Josef Kentenich, fundador de Schoenstatt.

El encuentro, que formaba parte de las celebraciones conclusivas del Año Sacerdotal que han comenzado este miércoles y continuarán el viernes, se dividió en tres momentos que buscaban presentar el perfil del sacerdote de hoy: hombre de Dios; hermano entre los hermanos en el único pueblo; profeta de un mundo nuevo.

Cada una de estas tres etapas fue introducida por pasajes de un vídeo del encuentro que mantuvo Benedicto XVI con sacerdotes el 25 de julio de 2005 en Aosta.

La intervención del cardenal Bertone cobró un carácter testimonial cuando reconoció que "en este tiempo, hemos tenido que cargar con el dolor por la infidelidad, en ocasiones grave, de algunos miembros del clero, que han tenido una influencia sumamente negativa en la credibilidad de la Iglesia".

Por este motivo, recordó, cuando Benedicto XVI conversó con los periodistas en el vuelo que le llevaba a Portugal habló "de una 'persecución' que nace dentro de la misma Iglesia" (Cf. 11 de mayo de 2010).

"De este dolor surge una toma de conciencia providencial --añadió Bertone citando la Carta pastoral de Benedicto XVI a los católicos de Irlanda--: es necesario vivir 'una época de renacimiento y renovación espiritual', seguir 'con valentía el camino de la conversión, la purificación y la reconciliación', 'encontrar nuevos modos para transmitir a los jóvenes la belleza y la riqueza de la amistad con Jesucristo en la comunión de su Iglesia'".