MOSCÚ, martes 14 de septiembre de 2010 (ZENIT.org).- Un barco con las reliquias de ocho santos del primer milenio de la Iglesia ha iniciado en Rusia un histórico viaje ecuménico a lo largo del río Volga.
La embarcación salió este lunes y se llama P. Werenfried, del nombre del fundador de la asociación caritativa internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), el monje premonstratense Werenfried van Straaten.
El fundador de AIN fue el promotor de la iniciativa de transformar los barcos en capillas para permitir celebrar en los lugares donde no había iglesia.
Las reliquias son un regalo de la Iglesia católica a la Iglesia ortodoxa rusa.
El experto de AIN en Rusia Peter Humeniuk, implicado en el proyecto, cree que este recorrido tendrá un profundo impacto simbólico.
“Desde los primeros días del cristianismo, la Iglesia ha sido vista como una nave, un ‘arca de salvación’”, explicó.
“Las reliquias de aquellos santos de la época en la que la Iglesia todavía era indivisa serán un potente recordatorio de esos tiempos en los que se creó esta imagen de la Iglesia y los cristianos todavía estaban unidos”, añadió.
Las reliquias pertenecen a santos importantes para las dos Iglesias: Juan Bautista, Ana, el apóstol Bartolomé, los mártires Esteban y Lorenzo, Jorge, Juan Cristóstomo y Cirilo, misionero entre los pueblos eslavos.
El barco, cuyo viaje ecuménico ha recibido la bendición del patriarca ortodoxo ruso Kiril, recorrerá más de tres mil kilómetros, desde la desembocadura del Volga hasta Moscú.
Durante el recorrido, parará en varias ciudades, como Saratov, Kazan y Novgorod, y en muchos centros más pequeños, para permitir al máximo número de personas venerar las reliquias.
A bordo siempre habrá un sacerdote ortodoxo para celebrar la liturgia divina en la capilla de la embarcación, dedicada a san Vladimir, que bautizó Rusia.
El nuncio apostólico en la Federación Rusa, el arzobispo Antonio Mennini, ha enviado una carta en la que expresa su esperanza de que los que viven en regiones difíciles, como las afectadas por la sequía y los incendios de este verano, encuentren apoyo y consuelo en esta visita.
El barco-capilla, todavía en uso en el Volga y el Don, ha sido llamado por el fundador de Ayuda a la Iglesia Necesitada la “flota de Dios”.