La lección de Newman, según Benedicto XVI: "el corazón habla al corazón"

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“La vida cristiana como una llamada a la santidad”, dice el Papa en su beatificación

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BIRMINGHAM, domingo, 19 de septiembre de 2010 (ZENIT.org).- Al beatificar este domingo en una multitudinaria celebración eucarística a John Henry Newman (1801-1890), Benedicto XVI sintetizó en su lema de vida –«el corazón habla al corazón»– la lección que deja a los cristianos este teólogo, cardenal y fundador de los Oratorios de San Filipino Neri, en Inglaterra.

Ante los setenta mil peregrinos congregados en el Cofton Park de Rednal, Birmingham, el Papa consideró que este lema, convertido también el lema de su visita, «nos da la perspectiva de su comprensión de la vida cristiana como una llamada a la santidad, experimentada como el deseo profundo del corazón humano de entrar en comunión íntima con el Corazón de Dios».

La oración espiritualiza

«Nos recuerda que la fidelidad a la oración nos va transformando gradualmente a semejanza de Dios», añadió. La oración, dijo citando al nuevo beato, «tiene lo que se puede llamar un efecto natural en el alma, espiritualizándola y elevándola».

Con la oración, subrayó, «ya no es lo que era antes; gradualmente… se ve imbuido de una serie de ideas nuevas, y se ve impregnado de principios diferentes».

En la oración, según el Papa, puede entenderse esta experiencia recogida por los escritos del cardenal británico: «Tengo mi misión», escribe, «soy un eslabón en una cadena, un vínculo de unión entre personas. No me ha creado para la nada. Haré el bien, haré su trabajo; seré un ángel de paz, un predicador de la verdad en el lugar que me es propio… si lo hago, me mantendré en sus mandamientos y le serviré a Él en mis quehaceres».

La misión del cristiano

Esta visión, y su concepción del diálogo entre la fe y la razón, afirmó el pontífice constituyen una herencia importantísima no sólo para los católicos británicos, sino para los cristianos de todo el mundo.

«Quiero un laicado que no sea arrogante ni imprudente a la hora de hablar, ni alborotador, sino hombres que conozcan bien su religión, que profundicen en ella, que sepan bien dónde están, que sepan qué tienen y qué no tienen, que conozcan su credo a tal punto que puedan dar cuentas de él, que conozcan tan bien la historia que puedan defenderla», escribía Newman en una cita recogida por el Papa.

El Papa también presentó la extraordinaria figura de sacerdote de Newman con otro de sus escritos: «Si vuestros sacerdotes fueran ángeles, hermanos míos, ellos no podrían compartir con vosotros el dolor, sintonizar con vosotros, no podrían haber tenido compasión de vosotros, sentir ternura por vosotros y ser indulgentes con vosotros, como nosotros podemos; ellos no podrían ser ni modelos ni guías, y no te habrían llevado de tu hombre viejo a la vida nueva, como ellos, que vienen de entre nosotros».

Al final de la misa, al rezar la oración mariana del Ángelus, profundizó en la relación filial de Newman con la Virgen María. Este sentimiento el Papa lo recogió con una nueva cita del santo en el que se pregunta: «¿Qué dones debió tener, quien fue elegida para ser el único familiar más cercano en la tierra al Hijo de Dios, la única a quien Él estaba obligado por naturaleza a venerar y admirar; la escogida para guiarle y educarle, para instruirle día a día, a medida que crecía en sabiduría y en estatura?».

Puede leerse la homilía del Papa en la beatificación del cardenal Newman en:  http://www.zenit.org/article-36613?l=spanish

Su intervención con motivo del Ángelus se encuentra en: http://www.zenit.org/article-36614?l=spanish

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ZENIT Staff

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