MÉXICO, martes 28 de septiembre de 2010 (ZENIT.org – El Observador).- En el marco de los festejos por el bicentenario de la independencia de México, fue presentado la semana pasada, en las oficinas del arzobispado de México, el libro La Independencia Traicionada, del periodista y comunicador católico Carlos Villa Roiz.
Durante la presentación, el arzobispo primado de México, cardenal Norberto Rivera Carrera, dejó claro que “no puede sacarse alguien de la manga un proyecto de nación, negando nuestra historia y sin tener en cuenta los valores y deficiencias de nuestra cultura mexicana”.
El libro, de Villa Roiz, subdirector de información de la Oficina de Comunicación Social del Arzobispado de México, fue presentado, además de por el cardenal Rivera Carrera, por el sacerdote e historiador Gustavo Watson Marrón y por el editor del texto que narra el papel de los sacerdotes durante el proceso de independencia (1810-1821), Carlos Trillas.
Durante su intervención el cardenal Rivera Carrera expresó que una revisión justa y equilibrada de la historia podrá generar un auténtico proyecto de nación: “Hoy se insiste –subrayó el cardenal Rivera Carrera– que México necesita un proyecto de nación, pero para que éste sea auténtico se necesita conocer la historia, conocer las raíces, no puede sacarse alguien de la manga un proyecto de nación, negando nuestra historia, sin tener en cuenta los valores y las deficiencias de nuestra cultura mexicana. El narrar los datos históricos no basta, es indispensable contar las causas”.
Aseguró más adelante el también arzobispo primado de México que el libro de Villa Roiz, es un intento por relatar estas causas: “Me ha llenado de alegría en este tiempo, dijo, ver la aparición de estudios significativos, de artículos sueltos, que tienen un mayor equilibrio delante de la historia. No faltan los extremismos, pero la mayoría de los autores ahora tratan de entender mejor esos dos acontecimientos, de la revolución y la independencia, en el contexto en que se dieron”.
La historiografía oficial mexicana suele “olvidar” la participación de los sacerdotes y de los laicos católicos en los movimientos de independencia y revolución que iniciaron en 1810 y 1910, respectivamente. Y cuando se “acuerdan” de que los padres de la patria eran sacerdotes (Hidalgo, Morelos, Matamoros), o que el movimiento social católico produjo los ideales de justicia y equidad laboral de la revolución de 1910, sobre todo a raíz de la puesta en práctica de los preceptos de la “cuestión social” que enumeraba el Papa León XIII en su encíclica Rerum Novarum de 1891, suelen pasar por encima de estos asuntos, acusando a la Iglesia de estar de parte de “la reacción”.
Por ello, enfatizo el cardenal Rivera Carrera, “la contribución que hace Carlos Villa Roiz, creo, es tender un hilo conductor (de los acontecimientos históricos); nos queda claro que la búsqueda y la lucha por la libertad tiene un fondo, vienen de valores espirituales recibidos como frutos de la evangelización, no es algo que nace de pronto, sino algo que se va cultivando a lo largo de los siglos”.
El arzobispo primado de México explicó que el clero mexicano tuvo una actividad protagónica durante el proceso de independencia, pero lamentó que esta participación muchas veces ha sido negada o silenciada: “Yo creo –dijo Rivera Carrera– que necesitamos conocer la historia íntegra. El autor se esfuerza en mostrarnos a estos personajes con sus virtudes y con sus deficiencias humanas”.
Por su parte, el sacerdote e historiador Gustavo Watson Marrón, director del Archivo Histórico de la Arquidiócesis de México, reconoció que La Independencia Traicionada “tiene como objetivo que no olvidemos a los sacerdotes que tomaron las armas para buscar una patria libre para todos los nacidos en estas tierras, incluso muchos de ellos dieron su vida por esta causa”.
Más adelante, Watson Marrón explicó que “muchos reconocen a Hidalgo, Morelos y quizá a Mariano Matamoros como sacerdotes caudillos de la independencia pero desconocen a todos los demás. Por ello son útiles estos trabajos, para difundir aspectos de la vida de estos presbíteros y además para corregir la afirmación que esparcen algunos que la jerarquía católica siempre se opuso a la lucha por la independencia; no se puede negar la importancia del clero en esa lucha”, expresó.
Por su parte, Carlos Villa Roiz precisó que su libro pretende hacer justicia histórica a un mayor número de clérigos posible dado que fueron más de 400 clérigos los que participaron en la independencia mexicana.
“Cada caudillo con su personalidad organizó batallones para llevar a feliz término esta gesta histórica. Realistas e insurgentes ensangrentaron nuestra patria. Las ideas políticas dividían; la religión, en cambio, aglutinaba. Nadie ponía en discusión el valor del cristianismo en medio de una sociedad dividida e irreconciliable”, dijo Villa Roiz.
En opinión del autor del libro La Independencia Traicionada éste “puede ayudar a refrescar la memoria sobre la importancia del clero durante el proceso de independencia de México; y más aún, durante la revolución mexicana que abrió un largo camino de mártires que comenzaron a ser beatificados durante el pontificado de Juan Pablo II y han continuado en el presente, con el Papa Benedicto XVI”.
Por Jaime Septién