BAGDAD, miércoles 10 noviembre 2010 (ZENIT.org).- Al mediodía del 8 de noviembre, unas 350 personas se reunieron ante el Parlamento de Bagdad para protestar por la masacre perpetrada en la catedral del rito sirocatólico Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, sede del obispo sirocatólico de la capital iraquí. Mientras tanto, se alzan voces desde la Iglesia para pedir al Gobierno y a la comunidad internacional que aseguren la vida de todos los ciudadanos iraquíes y especialmente la comunidad cristiana brutalmente perseguida en estos días.
Los manifestantes ante el Paralmento de esta capital pidieron al Gobierno británico condenar los atentados y urgieron al Gobierno iraquí a dar una mayor protección a los cristianos iraquíes que viven en el país. La concentración fue pacífica. Convocatorias similares se registraron en veinte ciudades del todo el mundo.
Los manifestantes se mostraron preocupados por una reciente llamada al éxodo masivo de cristianos de Iraq que, si se produce, podría ocasionar un enorme impacto en la Comunidad Europea y en el Reino Unido, en concreto. Apreciaron lo compasivos y acogedores que se muestran los británicos, pero pidieron a aquél Gobierno que haga algo más para proteger a quienes desean permanecer en su propio país, al mismo tiempo que acoge a quienes desean irse y los acepta en su país.
Así mismo consideraron el largo silencio del Gobierno británico y la casi indiferencia de los medios de comunicación del Reino Unido ante su situación. Y urgieron a estos últimos a clamar lo suficiente como para ser oídos por su Gobierno. Las Iglesias de comunidades iraquíes en el Reino Unido celebrarán un servicio funerario por las víctimas de la masacre el próximo viernes 12 de noviembre, en la iglesia católica Holy Trinity de Londres.
La organización eclesial Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), informa este miércoles que los atentados, presuntamente coordinados, empezaron el martes por la noche en el distrito Al Mansour de la capital iraquí.
La violencia continuó en la mañana del miércoles con bombas mortero en Dora, la mayor vecindad cristiana en el sur de Bagdad, así como en Baladiyat, y un mercado al que acuden muchos cristianos en el área de Kamp Sara.
En declaraciones a AIN, el arzobispo iraquí Bashar Warda declaró: “Al Qaeda dijo que las iglesias y los cristianos serían un objetivo. Esto es prueba de que iban en serio”.
Otros informes provenientes de Bagdad indicaban que uno de los atentados iba contra la familia de una víctima de la masacre del 31 de octubre. Según el servicio de noticias cristiano iraquí Ankawa –citado por AIN–, los terroristas identificaron a la familia por los signos de luto de la casa.
El arzobispo caldeo Warda de Erbil, norte de Irak, dijo haber recibido llamadas de familias y amigos de las víctimas de las atrocidades. Decían: “La gente está pasando mucho miedo. Hay ira y angustia y no saben a dónde dirigirse”. “Mi único mensaje es que recéis por nosotros. Es un momento muy difícil para nosotros. Es un desastre”.
“Hay que presionar al Gobierno para que de adecuada protección a los cristianos. Lo que estamos afrontando no es un fallo de seguridad sino haber tomado deliberadamente a los cristianos como objetivo”.
El arzobispo Warda dijo que los atentados producirían un nuevo éxodo de cristianos de Bagdad. Informó que hasta 2003 había más de 40.000 familias cristianas viviendo en la ciudad pero ahora quedan escasamente 50 familias.
Hasta el trágico domingo de la masacre, añadió el arzobispo, los cristianos habían empezado a regresar a Bagdad, especialmente al distrito de Dora, cuyo gran número de iglesias católicas y casas religiosas le valieron el apelativo de El Vaticano de Irak.
Los atentados contra cristianos tuvieron un punto máximo en 2004 y luego en 2006 pero desde 2008 parecía haber vuelto la calma.
Por su parte, el arzobispo sirocatólico de Bagdad Atanase Matti Shaba Matoka declaró este miércoles a la agencia Fides: “¿Qué podemos hacer, qué podemos decir? Un profundo desaliento envuelve a nuestra comunidad. La oleada de atentados es cada vez mayor”. El arzobispo tras lamentar el atentado a la catedral, añadió: “Hoy han atacado nuestras casas. Las familias lloran, todos quieren huir, es terrible”.
Poco después de visitar a las familias atacadas, el arzobispo Matoka dijo a Fides: “A pesar de sus proclamas, el Gobierno no hace nada para detener esta oleada de violencia que nos abruma. Hay policías ante las iglesias pero hoy fueron agredidas las casa de nuestros fieles. Han sido atacadas familias cristianas caldeas, sirocatólicas, asirias y de otras confesiones en el distrito de Dora. El terror ha llamado a nuestra puerta. Las familias están deshechas. Dicen que así no se puede vivir. Quieren expulsarnos y lo están consiguiendo. El país es presa de la destrucción y el terrorismo. Los cristianos sufren cada vez más y quieren abandonar el país. Ya no tenemos palabras para expresar esto”.
El arzobispo concluyó con un llamamiento: “Pedimos una intervención pronta de la comunidad internacional y suplicamos al Santo padre y a la Iglesia universal que venga en nuestra ayuda. Hoy no podemos hacer otra cosa que esperar y rezar, confiando nuestra vida en las manos de Dios. Los cristianos iraquíes dicen entre lágrimas: “In manus tuas, Domine”.
El cardenal secretario de Estado Tarcisio Bertone, durante un congreso en Roma, expresó el deseo de que las autoridades iraquíes tomen en seria consideración la situación de los cristianos.
Los atentados con bombas caseras, según informaba este miércoles Radio Vaticano, habrían producido seis muertos y dañado una iglesia. Entre los heridos, había un bebé de cuatro meses.
El patriarca de Babilonia de los Caldeos, cardenal Emmanuel III Delly, declaró que los terroristas “están dando caza a los cristianos de todos los barrios de Bagdad”.
El primer ministro saliente de Iraq, Nouri al-Maliki visitó este martes la catedral sirocatólica de Bagdad, objeto de la masacre, y exhortó a los cristianos a no abandonar el país. “Haremos lo posible –dijo- para que la comunidad iraquí permanezca completa y unida”.
Según Radio Vaticano, mañana jueves en Bagdad habrá una sesión en el Parlamento para resolver la cuestión de la formación del nuevo Gobierno. Los atentados y agresiones, según esta fuente, se producen por la falta de un marco adecuado de seguridad, como afirmó a este medio el procurador caldeo en Roma, monseñor Philip Najim: “Seguramente, los terroristas quieren demostrar al mundo entero que hay un vacío político en Iraq y que no hay una unidad nacional dentro del país. Quieren demostrar que hoy Iraq es incapaz, con este liderazgo político, de crear un Gobierno que se sienta responsable de su pueblo, que sienta la responsabilidad de educar y de asegurar una vida normal al pueblo”.
El interlocutor de Radio Vaticano desmintió que se trate de un conflicto entre cristianos y musulmanes. “Cristianos y musulmanes siempre han vivido juntos y juntos han construído el futuro del país. Los terroristas tratan también de crear este miedo, a través de los medios de comunicación, y alimentar una situación inestable para demostrar la debilidad de un país que ha perdido nivel de seguridad para todos sus ciudadanos”.
Por Nieves San Martín