CIUDAD DEL VATICANO, lunes 29 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- “La Iglesia siempre debe tratar de encontrar su propia voz” para ser fermento en la cultura “porque es a través de la proclamación como el Evangelio trae sus frutos que cambian la vida”.
Lo dijo Benedicto XVI este lunes por la mañana en su discurso a uno de los grupos de los obispos de Filipinas, a quienes está recibiendo estos días en el Vaticano con motivo de su visita ad Limina.
Según el Papa, esta necesaria voz de la Iglesia “se expresa en el compromiso moral y espiritual de las vidas de los creyentes”.
“También se expresa en el testimonio público ofrecido por los Obispos, así como por los profesores de primaria de la Iglesia, y por todos los que tienen una función en la enseñanza de la fe a los demás”, continuó.
El Pontífice reconoció que “a veces, esta tarea de proclamación toca algunas cuestiones relevantes de la esfera política”.
En este sentido, citó la Gaudium et Spes, que afirma que la Iglesia contribuye sumamente en la construcción de un orden social justo y caritativo cuando, “predicando la verdad evangélica e iluminando todos los sectores de la acción humana con su doctrina y con el testimonio de los cristianos, respeta y promueve también la libertad y la responsabilidad políticas del ciudadano».
Y añadió que el ministerio profético de la Iglesia pide que ésta sea libre “para predicar la fe, enseñar su doctrina social… y dar su juicio moral, incluso sobre materias referentes al orden político, cuando lo exijan los derechos fundamentales de la persona o la salvación de las almas”.
“A la luz de esta tarea profética” de hacer oír su voz, el Papa exhortó a la Iglesia en Filipinas a “que intente desempeñar su papel en apoyo a la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural, y en la defensa de la integridad del matrimonio y de la familia”.
“En estas áreas estáis promoviendo las verdades sobre la persona humana y sobre la sociedad que se derivan no sólo de la revelación divina sino también de la ley natural”, puntualizó.
Y también destacó con aprecio el trabajo de la Iglesia para abolir la pena de muerte en Filipinas,
La voz en los medios
El Pontífice se refirió también al campo de las comunicaciones sociales y los medios de comunicación como a una “área específica en la que la Iglesia debe encontrar siempre su propia voz”.
Sobre ello, indicó que “la tarea que tiene por delante el conjunto de la comunidad católica es transmitir una visión llena de esperanza de la fe y la virtud para que los filipinos puedan encontrar aliento y guía en su camino a una vida plena en Cristo”.
“Es necesario que se presente al público una voz unificada y positiva en formas tanto de medios de comunicación antiguos como nuevos, para que el mensaje del Evangelio pueda tener un impacto cada vez más poderoso en las personas de la nación”, destacó.
Y añadió: “Es importante que el laicado católico competente en comunicaciones sociales ocupe su propio lugar en la propuesta del mensaje cristiano de una manera convincente y atractiva”.
Compromiso social
Finalmente, señaló que “un tercer aspecto de la misión de la Iglesia de proclamar la palabra de Dios que da vida se encuentra en su compromiso con las preocupaciones sociales y económicas, en particular respecto a los más pobres y débiles de la sociedad”.
En este sentido, constató que muchos filipinos “permanecen sin empleo, educación adecuada o servicios básicos y así vuestras declaraciones proféticas y vuestra acción caritativa a favor de los pobres continúa siendo muy apreciada”.
Y destacó la preocupación de los obispos “por que haya un compromiso permanente en la lucha contra la corrupción”.