Por el padre John Flynn, L. C.
ROMA, domingo 5 de diciembre de 2010 (ZENIT.org). – La libertad religiosa es un derecho humano, afirma el Departamento de Estado norteamericano en su Informe Internacional sobre Libertad Religiosa 2010, que cubre el año que termina el 30 de junio.
“El derecho a creer o no creer, sin miedo a la intervención o restricción de un gobierno, es un derecho humano básico”, señalaba el informe, que se hacía público el 17 de noviembre. Es una tarea mundial, recogida en la Declaración Universal de Derechos Humanos, añadía. Como tal, “proporciona un fundamento esencial para una sociedad basada en la dignidad humana, una sociedad civil robusta, y una democracia sostenible”.
El informe proponía un marco de análisis a la hora de describir las principales situaciones en las que no se respeta la libertad religiosa.
1) Gobiernos autoritarios. Esta situación es en la que más abusos graves se cometen, indicaba el informe. En estos países los gobiernos se esfuerzan por controlar completamente todo pensamiento y expresión religiosa y consideran a algunos grupos religiosos como enemigos del Estado al ofrecer una serie de creencias alternativas que desafían la ideología dominante.
2) Hostilidad hacia los grupos religiosos no tradicionales y minoritarios. Aunque no se trata de un intento de ejercer un control completo, hay graves abusos cuando los Gobiernos intimidan y acosan a las comunidades religiosas y no hacen nada ante actos de intolerancia contra ellas. Esto es un verdadero problema cuando un Gobierno está formado por un grupo étnico o religioso mayoritario que suprime a las minorías.
3) Incapacidad de tratar la intolerancia social. Algunos Estados no logran afrontar la intolerancia contra ciertos grupos religiosos. Aunque pueda haber leyes que garanticen la libertad religiosa, esto no es suficiente pues han de hacerse cumplir y quienes las quebranten deben comparecer ante la justicia.
4) Discriminación institucionalizada. En ocasiones, los Gobiernos restringen la libertad religiosa al aprobar legislaciones discriminatorias o favorecer activamente una religión en vez de otra. Esto puede discriminar a las comunidades religiosas nuevas o históricamente reprimidas.
5) Ilegitimidad. Algunos gobiernos discriminan a grupos específicos alegando que son ilegítimos o peligrosos para los individuos o el orden social. En esta situación, tales grupos son descritos como “cultos” o “sectas”.
Preocupación mundial
La falta de libertad va más allá de una preocupación por algunos Estados en concreto. El informe observaba que en los últimos años algunos países con poblaciones musulmanas han intentado promover en organismos internacionales como las Naciones Unidas el concepto de “difamación de las religiones”.
El Departamento de Estado observaba que, aunque no debería tolerarse la falta de respeto a las creencias religiosas, tales iniciativas pueden usarse para socavar la libertad de religión y de expresión. En lugar de buscar prohibir la expresión, los Gobiernos harían mejor en desarrollar procedimientos que afronten la discriminación, recomendaba el informe.
Otra cuestión internacional es la tendencia cada vez mayor a hacer volver a la gente a su país de origen a la fuerza, donde es probable que sufran persecución por sus actividades religiosas. El informe señalaba a China por este abuso, por intentar hacer volver a la fuerza a los musulmanes uigures y a los budistas tibetanos de otros países.
La mayor parte del informe se dedica a un análisis país a país del estado de la libertad religiosa. Continuando con China, el Departamento de Estado comentaba que hay tolerancia para cinco denominaciones religiosas – budistas, taoístas, musulmanes, católicos y protestantes – y esto se limita a las asociaciones patrióticas de estas religiones autorizadas por el Estado.
En el periodo de doce meses que cubre el informe ha habido algunos progresos positivos. El Departamento de Estado observaba que las autoridades han permitido la labor social de las organizaciones religiosas registradas, así como de algunos grupos religiosos extranjeros. Ha habido también alguna mejora en la cobertura de los medios oficiales sobre temas de libertad religiosa y el estatus de las Iglesias no registradas.
Sin embargo, los funcionarios del Gobierno han seguido controlando y, en algunos casos, acosando a algunos grupos religiosos y espirituales tanto registrados como no registrados, señalaba el informe. Además, a pesar de las negativas oficiales de que nadie ha sido detenido o arrestado únicamente por su religión, el Gobierno ha detenido, arrestado o condenado a prisión a algunos líderes religiosos y a sus seguidores.
Pakistán
Las noticias no son tan buenas respecto a Pakistán. El país ocupaba hace poco los titulares por la preocupación por el destino de Asia Bibi, una mujer condenada a muerte supuestamente por blasfemar contra Mahoma. Incluso el Papa Benedicto XVI ha hecho referencia públicamente a su situación. Hace una semana era perdonada por el presidente de Pakistán.
El Departamento de Estado observaba que, aunque el año pasado el Gobierno dio algunos pasos para mejorar la situación de las minorías religiosas, todavía sigue habiendo algunos problemas. En el pasado año ha aumentado tanto el número como la gravedad de los casos notables de intolerancia religiosa. Esto ha sido obra no sólo de individuos sino también de los funcionarios y de las fuerzas de seguridad que han aplicado las leyes, que o han abusado de la gente detenida o no han logrado prevenir o atajar los casos de abusos. Por ejemplo, el 16 de septiembre de 2009, un joven cristiano, Robert Fanish, que había sido acusado de blasfemia, murió mientras estaba detenido por la policía.
Las leyes que prohíben la blasfemia han seguido utilizándose contra los cristianos y los miembros de otros grupos religiosos, indicaba el informe. Un problema agravado por el hecho de que los tribunales inferiores suelen requerir evidencias adecuadas en los casos de blasfemia. Como resultado, algunos han acusado y condenado a personas a pasar años de cárcel antes de que, eventualmente, los tribunales superiores anularan sus condenas. Un total de 1.032 personas han sido procesadas bajo las leyes de blasfemia entre 1987 y 2009.
Egipto ha sido otro país problemático destacado en el informe. Sigue siendo escaso el respeto por la libertad religiosa, sin mejoras respecto al año anterior. Además de la discriminación y el acoso de las autoridades, el Gobierno no ha logrado procesar a los culpables de la violencia contra los cristianos coptos. Esta falta de actuación ha dado lugar a un “clima de impunidad”, cuando se trata de crímenes contra los coptos, acusaba el informe. También hay largos retrasos, incluso de muchos años, para obtener permisos para restaurar o ampliar las iglesias existentes.
Quienes se convierten del islam al cristianismo siguen enfrentándose a problemas para obtener nuevos documentos como el documento nacional de identidad y los permisos para casarse. El Gobierno también discrimina a los cristianos a la hora de lograr un puesto de trabajo en el sector público.
Poco respeto
Corea del Norte, que atrae actualmente una gran atención por su agresión militar, no ha mostrado mejora alguna en su “extremadamente pobre respeto por la libertad religiosa”, señalaba el informe. Algunos visitantes comentaban que los servicios religiosos en las iglesias autorizadas por el Estado parecía que se hacían y eran utilizados para dar apoyo político al régimen.
En mayo de este año, 23 cristianos eran arrestados por pertenecer a la Iglesia clandestina en Kuwol-dong, en la provincia sur de Pyongan. Según los informes, tres fueron ejecutados, y los demás fueron enviados a un campo de presos políticos.
En Vietnam, el informe observaba algunas mejoras y s
eñalaba que el presidente Nguyen Minh Triet se encontró con el Papa Benedicto XVI en el Vaticano. No obstante, según el Departamento de Estado sigue habiendo graves problemas.
El año pasado hubo casos de acosos ocasionales y de uso excesivo de la fuerza contra miembros de grupos religiosos por parte de algunos funcionarios locales del Gobierno. Otros problemas tienen que ver con los retrasos en aprobar el registro de congregaciones protestantes, y la continua falta de permiso por parte del Gobierno para la traducción de la Biblia al h’mong, a pesar de la espera de cinco años.
El informe también comentaba que había información sobre el duro trato dispensado a los detenidos acusados de provocar violencia durante una protesta por el cierre de un cementerio en la parroquia católica de Con Dau.
Otros países que carecen de libertad religiosa son mencionados en el sumario del informe. Son Irán, Irak, Arabia Saudí, Birmania, Cuba y Venezuela.
“En demasiados lugares, las personas se convierten en objetivo debido a sus creencias religiosas, y se enfrentan a discriminación, intimidación e incluso ataques violentos”, afirmaba en la presentación del informe Michael H. Posner, secretario adjunto en la Oficina para la Democracia, los Derechos Humanos y el Trabajo. Una situación triste que continúa en muchos países y que los medios y la opinión pública suelen pasar por alto.