BAGDAD, miércoles 22 de diciembre de 2010 (ZENIT.org).- Tras el atentado de la catedral de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y el continuo asesinato de cristianos, no habrá misas del Gallo la próxima Nochebuena ni en Bagdad, ni en Mosul ni en Kirkuk.

Lo anunció el arzobispo de Kirkuk de los caldeos, monseñor Louis Sako, en un testimonio publicado el 20 de diciembre por la agencia Asianews.

“Por razones de seguridad -explicó-, las iglesias no tendrán ni guirnaldas ni decoración y las misas se celebrarán a plena luz del día y en la mayor sobriedad”.

El arzobispo iraquí destacó que “un estado de tristeza y de luto sostenido” reina entre los cristianos.

“Hay gran preocupación por el futuro de los jóvenes, que, desde hace dos meses no pueden asistir a la universidad -continuó-. El mismo estado de ánimo afecta a las numerosas familias refugiadas en el norte, obligadas a pensar en el futuro sin basarse en nada concreto”.

“Del Gobierno no se espera nada tranquilizador respecto a la defensa de los cristianos: los líderes están demasiado ocupados en la formación de un nuevo Gobierno”, lamentó.

En su testimonio, monseñor Sako se refirió a la vida en Kirkuk, donde la “seguridad es un poco mejor que en la capital”, a pesar de que continúan los secuestros y las amenazas.

“Por eso hemos decidido, por primera vez desde el inicio de la guerra hace siete años, no celebrar la misa durante la noche”, explicó.

“No habrá fiesta: no habrá Papa Noel para los niños, no habrá ceremonias para las felicitaciones oficiales con las autoridades”.

“Hace seis semanas que no celebramos la misa por falta de seguridad. No celebramos más que al final de la mañana y el sábado por la tarde”, lamentó.

“De momento, hemos suspendido también la catequesis -añadió-. No tenemos derecho a poner en peligro la vida de la gente”.

Y aunque hay “guardias delante de todas las parroquias”, el problema persiste “cuando salimos en fila a la calle”.

“Los cristianos son un objetivo fácil. Pero a pesar de todo, para esta Navidad, rezaremos por la paz. Ayudaremos a las familias pobres de Kirkuk y de Soulaymania: hasta el momento, 106 familias han llegado aquí desde Bagdad y Mosul”, explicó.

En referencia a la homilía que pronunciará el día de Navidad, el obispo iraquí afirmó: “insistiré en los problemas, los enfrentamientos y los miedos de los hombres en la tierra, donde a pesar de todo la Navidad aporta un mensaje de esperanza”.

“Para nosotros los iraquíes, la esperanza y la alegría de la Navidad están relacionados con el dolor y el martirio”, añadió el arzobispo.

Y concluyó: “Si queremos ser cristianos y si acogemos la Navidad y su mensaje, debemos ser verdaderos agentes de paz y de reconciliación entre nuestros hermanos y hermanas iraquíes”.