GREEN BAY, jueves 9 de diciembre de 2010 (ZENIT.org).- Durante la fiesta de la Inmaculada Concepción, patrona de Estados Unidos, se dio la aprobación diocesana oficial a las apariciones de Nuestra Señora en Wisconsin.
Durante la lectura del decreto, ayer durante una misa especial en el santuario de Champion, monseñor David Ricken, obispo de Green Bay, afirmó: «declaro con certeza moral y de acuerdo con las normas de la Iglesia que los acontecimientos, apariciones y locuciones dadas a Adele Brise en octubre de 1859 presentan la sustancia de carácter sobrenatural, y yo por la presente apruebo estas apariciones como dignas de fe – aunque no obligatorias – para los fieles cristianos».
La declaración de ayer convierte al santuario de Nuestra Señora del Socorroo en Champion el primer y único lugar en Estados Unidos de una aparición de la Virgen María aprobada oficialmente.
Deslumbrante
Las apariciones – hubo tres – tuvieron lugar en 1859. Nuestra Señora habló con Adele Brise (1831-1896), una jovene inmigrante de Bélgica.
Fue a principios de octubre cuando Brise vio a la Virgen por primera vez: una señora vestida de blanco deslumbrante, con una banda amarilla alrededor de su cintura y una corona de estrellas en torno a su cabeza.
La visión desapareció lentamente después de unos momentos, sin hablar con Brise.
El siguiente domingo, 9 de octubre, Brise iba a Misa cuando la Señora volvió. Después de la Misa, Brise tuvo la oportunidad de preguntar a su confesor sobre las apariciones, y él le dijo que si era un mensajero del cielo, volvería a verlo. Le animó a preguntarle en el nombre de Dios quien era y qué quería de ella.
En el camino de vuelta a casa, Nuestra Señora volvió a aparecerse y Brise hizo como su confesor le había recomendado.
“Soy la Reina del Cielo que reza por la conversión de los pecadores, y deseo que tu hagas lo mismo”, respondió la Señora a la pregunta de Brise. “Recibiste la Santa Comunión esta mañana y eso está bien. Pero debes hacer más. Haz una confesión general y ofrece la Comunión por la conversión de los pecadores. Si no se convierten y hacen penitencia, mi Hijo se verá obligado a castigarles”.
Una de las mujeres que estaban con Brise le preguntaron con quién hablaba y por qué ellas no podían ver a nadie.
“Arrodillaos”, dijo Brise, “la Señora dice que es la Reina del Cielo”. Ante eso, la Señora miró amablemente a las compañeras de Brise y dijo: “Bienaventurados los que creen sin ver”.
La Señora prosiguió: “¿Qué haces aquí ociosa mientras tus compañeras trabajan en la viña de mi Hijo?”
“¿Qué más puedo hacer, querida Señora?” preguntó Brise.
“Reúne a los niños de este salvaje país y enséñales lo que deberían saber para salvarse”.
“¿Pero cómo les enseñaré lo que yo misma conozco tan poco?” replicó Brise.
“Enséñales su catecismo, cómo signarse con el signo de la cruz, y cómo acercarse a los sacramentos; esto es lo que deseo que hagas”, dijo la Señora. “Ve y no temas nada. Yo te ayudaré”.
El padre de Brise construyó una pequeña capilla en el lugar y Brise siguió cumpliendo el mandato de Nuestra Señora, una misión que siguió hasta su muerte en 1896.
Aprobación
La aprobación de monseñor Ricken llega después de una investigación de casi dos años sobre los acontecimientos y sus consecuencias, que comenzó en enero de 2009.
La diócesis de Green Bay ha publicado en su página web material sobre apariciones en la Iglesia.
Los documentos aclaran que es el obispo diocesano y no la Santa Sede ni la conferencia episcopal, el responsable de juzgar la autenticidad de las apariciones que presuntamente tienen lugar en su diócesis.
También se observa que no todas las supuestas apariciones son aprobadas por la Iglesia, y que en Estados Unidos, por ejemplo, supuestas apariciones en Necedah (Wisconsin), y Bayside (Nueva York), fueron examinadas y declaradas falsas.
«Nadie puede probar lo sobrenatural» recuerda la declaración. “La Iglesia juzga las apariciones en base a su consistencia con la sagrada Escritura, la sagrada Tradición y las enseñanzas de la Iglesia, los sibsiguientes beneficios espirituales en las vidas de las personas, y si hay algo en la vida del vidente que desmiente la credibilidad del relato”.