ROMA, martes, 21 diciembre 2010 (ZENIT.org).-  Esta Navidad constituye una oportunidad para manifestar la solidaridad con los sucesores de los pastores de Belén, los cristianos de Tierra Santa, afirma el cardenal John P. Foley, gran maestro de la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén.

"En estos días, antes de Navidad, es fácil acordarse de Tierra Santa. Nuestros pensamientos se dirigen espontáneamente a Belén y a María y José", reconoce el purpurado estadounidense.

"Hemos escuchado tantas veces las Escrituras en este período, que casi logramos ver el establo en el que nació Jesús; escuchar el canto de los ángeles, y ver a los pastores de rodillas ante el Niño Jesús", afirma el gran maestro de este Orden, que entre sus fines tiene el de ayudar a los cristianos de los santos lugares, donde entre otras cosas financia 45 escuelas a las que asisten 19 mil muchachos de diferentes religiones.

"Pero cuando penséis en los pastores de Belén, tenéis que pensar que las personas a las que ayudamos en Tierra Santa son precisamente descendientes de aquellos pastores. Nosotros ayudamos a los descendientes de los primeros seguidores de Cristo, y algunos de ellos son ciertamente los descendientes de los pastores que adoraron al Niño Jesús", añade.

Por este motivo, el cardenal hace esta propuesta para la Navidad: "espiritualmente", "podéis visitar aquel lugar sagrado, el establo de Belén y, junto a los pastores, adorar al Niño Jesús".

"Podéis pedir paz para su Tierra Santa; la paz y el progreso en la santidad para vuestras vidas; podéis prometer ayudar a los primos de Jesús, quienes actualmente residen en Belén y en toda la Tierra Santa y que son los descendientes de los primeros seguidores de Jesús, los descendientes de los primeros cristianos que vieron en Jesucristo al Emanuel, Dios-con-nosotros".

Estos fueron los consejos que el cardenal Foley dejó en la misa de investidura a los nuevos miembros de la Orden del Santo Sepulcro, en la basílica de San Juan de Letrán, de Roma, el 18 de diciembre.