ROMA, miércoles 9 de febrero de 2011 (ZENIT.org).- La ética es un instrumento para la empresa no porque acaba produciendo ganancia o ventaja en la competitividad – lo que sería materialismo – sino en cuanto parte de la caridad que pone en el centro a la persona humana, como indicó Benedicto XVI en la encíclica Caritas in Veritate.
Esta fue una de las reflexiones del seminario “Management by Ethics en Italia: cómo y porqué. La gestión empresarial y la ética clásica al servicio de la persona”, que se realizó el martes en Roma, en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, al cierre de un ciclo de encuentros durante el 2010, con la participación de diversos protagonistas del sector.
Presentes el rector de la universidad, Luis Romera, que consideró las conclusiones “como un punto de partida” para profundizar la temática. “Llevar en el terreno concreto líneas que al menos para nosotros son fundamentales como delineadas en la Caritas in Veritate”.
Entre los conferenciantes estuvo el profesor Stefano Zamagni, de la Universidad de Bologna; el presidente de Union Camere, Giancarlo Cremonesi y otros mánager que indicaron sus experiencias concretas también en la práctica delante de unas 300 personas presentes en el aula magna de dicha universidad.
“La Caritas in Veritate pone en el centro no a la empresa sino al hombre, que tiene que ser un valor en sí y no por las ventajas que dará a la compañía” indicó el manager italiano ACEA, Francesco Sperandini.
“La ética es difícil de aplicar pero un recorrido que se hace con pequeños pasos en la dirección que indicó la Caritas in Veritate” indicó Cremonesi que percibió en el debate “el estupor por el hecho que un buen manager tenga que ser también un buen padre y un buen marido”. Y porque “la ganancia no es solamente económica pero global en cuanto el hombre está destinado a una realidad espiritual infinita”.
El profesor Zamagni, conocido en Italia por su elocuencia, recordó que en su país solamente se inició a hablar de ética social hace menos de 20 años, “víctimas de las influencias marxistas para la cual la empresa era un lugar de explotación que merecía ser abatido”, por una cultura católica que “privilegiaba lo social abandonando la esfera económica” y “olvidando el empresariado” y por un pensamiento liberan en el cual “el Estado era el depositario de valores y principios”.
“Delante a esto está la ética de la vitud, del bien indivisible” dijo “del empresario que logra obtener ganancias ni contra y prescindiendo de los demás”.
E ironizó sobre las palabras del presidente español Zapatero que a diferencia de san Agustín que decía ‘La verdad os hará libres’ dijo sobre legislación en tema de bioética: ‘La libertad os hará verdaderos’.
“Hoy en auxilio llegó la Caritas in Veritate” que trajo luz sobre este tema, indicó Zamagni, que recordó como en cuanto componente del consejo de administración del hospital pediátrico vaticano Bambino Gesú propuso una serie de modificaciones en la organización del trabajo, para premiar a los motivados por razones vocacionales, obteniendo así positivos indicadores de productividad.
Por Sergio Mora