Las familias, protagonistas de la nueva evangelización en Latinoamérica

Monseñor Jean Laffitte presenta pautas de pastoral familiar en el subcontinente

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BOGOTÁ, jueves 31 marzo de 2011 (ZENIT.org).- En América Latina, «hoy más que nunca la pastoral familiar ha de incluir el desarrollo de estrategias a nivel nacional, regional e internacional que afronten el desafío cultural, político y social, teniendo a las mismas familias como sus principales protagonistas», considera un representante de la Santa Sede.

El obispo Jean Laffitte, secretario del Consejo Pontificio para la Familia, recogió en una conferencia, presentada ante el encuentro de obispos responsables de las comisiones episcopales de Familia y Vida de América Latina y el Caribe, los desafíos que afronta la célula fundamental de la sociedad en el subcontinente.

Protagonista de la nueva evangelización

En su intervención, pronunciada en Bogotá, el 29 de marzo, el prelado francés reconoció que el reto que tiene hoy la Iglesia consiste ayudar a las familias a convertirse en protagonistas de las nueva evangelización.

Este fue el objetivo planteado por la Quinta Conferencia General del Episcopado de América Latina y el Caribe, celebrada en Aparecida, en mayo de 2007, y así lo está subrayando el mismo Benedicto XVI, en particular con la carta apostólica de creación del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización.

Recordando cómo en las últimas décadas se ha comprendido que la la familia no sólo debe «ser considerada como objeto, sino también como sujeto de evangelización», el obispo reconoció que «la preocupación por la familia debería ser asumida como una de las líneas transversales de toda la acción evangelizadora de la Iglesia».

«La familia puede evangelizar en su propia casa mediante el amor recíproco, a través de la escucha de la Palabra de Dios y de la oración, mediante la catequesis en familia y la edificación mutua», ilustró el obispo.

«Puede evangelizar en su propio ambiente a través de las relaciones con sus vecinos, con sus parientes, amigos, compañeros de trabajo, del deporte y de diversión, en la escuela, etc. Puede evangelizar en la parroquia mediante la fiel participación en la Misa dominical, la colaboración en el camino catequético de los hijos, la participación en encuentros de familias, movimientos y asociaciones, la cercanía a las familias en dificultad, la animación de itinerarios de preparación al matrimonio y de preparación de los papás al bautismo de sus hijos (son muchos los espacios pastorales que se pueden abrir a los esposos acompañantes)».

«Puede evangelizar en la sociedad civil dándole nuevos ciudadanos, incrementando las virtudes sociales, ayudando a las personas necesitadas, adhiriendo a las asociaciones civiles de inspiración cristiana para promover una cultura y una política favorable a las familias y a sus derechos», señaló.

Protagonistas de la justicia y la caridad

De este modo, las familias deben ser también protagonistas de la justicia y la caridad en América Latina, señaló.

«La grave situación de desequilibrio económico y de pobreza que existe en la mayor parte del continente americano, constituye un ámbito en el cual las familias cristianas pueden prestar una lúcida contribución desde la constitución de redes de voluntariado y solidaridad para enfrentar en común distintas necesidades como son la educación cristiana de los hijos, el consumo solidario, la acogida de niños con familias en dificultad, la educación ecológica, etc.», explicó Laffitte.

«Particularmente urgente en América Latina y el Caribe resulta el trabajo para la promoción de la mujer –según el prelado–. Este trabajo ha de asumir tanto el desafío de su infravaloración, de su marginación y maltrato, como el del influjo de las ideologías, especialmente el de cierto feminismo radical de género».

Al mismo tiempo, aseguró, «hoy se hace necesario mostrar que la familia favorece el desarrollo y la paz de la sociedad, gracias a la protección, a la promoción, a la acogida, a la integración y a las respuestas que ella ofrece a las necesidades de sus miembros».

Por estos motivos, el obispo invitó a «trabajar para que la identidad de la familia sea respetada frente a decisiones políticas y legislativas de gran relevancia ética que pueden comportar una grave injusticia para su bienestar y para su misión».

En particular, monseñor Laffitte hizo referencia al «reconocimiento jurídico, económico y social, paritario al matrimonio de formas privadas de convivencia afectiva, como las uniones de personas del mismo sexo».

Puede leerse la conferencia íntegra de monseñor Jean Laffitte en: http://www.zenit.org/article-38802?l=spanish

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ZENIT Staff

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