CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 6 de abril de 2011 (ZENIT.org).- Paul Bhatti, hermano de Shahbaz, el ministro para las Minorías Religiosas de Paquistán asesinado el pasado 2 de marzo, se encontró este miércoles con el Papa Benedicto XVI al término de la Audiencia general en la Plaza de San Pedro.
Shahbaz Bhatti fue asesinado en Islamabad con 30 disparos de pistola por haberse opuesto a la ley sobre blasfemia y haber defendido a Asia Bibi, una mujer cristiana condenada en base a esta regulación por presuntos insultos al profeta Mahoma.
Al encontrarse con el Papa, su hermano le pidió que “siga apoyando el empeño de los cristianos paquistaníes por el respeto de sus derechos”, afirma L’Osservatore Romano.
Paul Bhatti fue nombrado recientemente consejero especial del Primer Ministro de Paquistán para las minorías religiosas, con poderes ejecutivos, como si fuese un Ministro.
“Es una cuestión que afecta a todos los paquistaníes porque está en juego el futuro pacífico del País, a través de la oposición a toda forma de intolerancia, de violencia y de terrorismo”, declaró.
En su opinión, “el problema principal para los cristianos hoy en Paquistán es la interpretación excesivamente restrictiva de la llamada ley sobre la blasfemia”. “Por nuestra parte no hay, obviamente, voluntad alguna de faltar el respeto a la religión islámica”. “La interpretación de la ley no debe, por tanto, provocar nunca víctimas inocentes entre los cristianos”.
En este contexto, es fundamental “llevar adelante un diálogo claro, franco, abierto, pero en la verdad y en respeto recíproco”. Al mismo tiempo, Bhatti ha pedido a Occidente que “haga oír más su propia voz para contribuir a construir un Paquistán verdaderamente apaciguado”.
“No he dudado en perdonar a los asesinos”, afirmó, refiriéndose al homicidio de su hermano. “Para un cristiano es un paso necesario, aunque no borra el dolor. Pero pido que se haga justicia”.
Comparte este pensamiento el Gran Imán de Lahore, Khabior Azad, amigo personal de Shahbaz Bhatti y sostenedor de la colaboración entre cristianos y musulmanes en Paquistán.
El imán aseguró al Papa “el compromiso de proseguir el diálogo que el homicidio de Shahbaz no debe interrumpir”, observando que “el apoyo del Pontífice al movimiento de diálogo interreligioso es decisivo”.
En una entrevista en Radio Vaticano, Paul Bhatti habló de los desafíos que le esperan en el ejercicio de su nueva función, empezando por la ley sobre la blasfemia, que “últimamente ha sido usada o interpretada subjetivamente por la gente, para fines personales”.
Otro desafío importante es la “discriminación religiosa, que está creciendo día a día”. “No porque los fieles no puedan convivir entre sí, sino porque hay una campaña de odio creada por una base terrorista que sigue usando la religión”.
“Debemos combatir este odio – añadió –. Si no lo hacemos, estas víctimas seguirán existiendo. No se trata sólo de mi hermano: en Paquistán todos los días hay bombas que explotan y personas que son asesinadas”.
San Egidio
Como “signo de esperanza y de perdón”, Paul Bhatti ha donado la Biblia personal de su hermano a la Comunidad de san Egidio, que la colocó en el memorial de los mártires de nuestros días, en la iglesia romana de San Bartolomé en la isla Tiberina.
Ayer martes, la Comunidad organizó en Roma una oración en memoria de Shahbaz Bhatti. En su homilía, monseñor Joseph Coutts, obispo de Faisalabad y nuevo presidente de la Conferencia Episcopal Paquistaní, presente en la Audiencia general de hoy miércoles, recordó que “la misión de Shahbaz era promover ña paz, la armonía, el amor y la comprensión en un país que experimenta la intolerancia en nombre de la religión”, informa AsiaNews.
La Comunidad de San Egidio organizó también ayer una conferencia para recordar a Shahbaz Bhatti, en la que participaron Paul Bhatti, monseñor Coutts, el gran imán de la mezquita Badshahi de Lahore, el ministro de Exteriores italiano Franco Frattini, el fundador de la Comunidad, Andrea Riccardi, y el director del diario Avvenire, Marco Tarquinio.
Paul Bhatti refirió que muchos, incluso familiares, habían sugerido a Shahbaz que dejara el cargo o que se protegiese por las amenazas recibidas. “Nos respondió que había confiado su vida en las manos de Jesús y que no pretendía negociar su propia fe”.
Frattini lo definió como “un mártir de la fe” que trabajó “para interpretar – no abrogar – la ley sobre la blasfemia, para que acaben los abusos” ligados a esta norma.
Para el gran imán de la mezquita de Lahore, Shahbaz Bhatti fue “un embajador de paz en el mundo”. El suyo ha sido “un asesinato contra la humanidad”, denunció.
Monseñor Coutts habló de un proyecto ideado por Bhatti: dar vida, en Islamabad, a un centro para el diálogo interreligioso rodeado de lugares de oración distintos según la fe, pero que permitiese después “que todos se encontraran en un único edificio, en el centro respecto a todos los demás. Y debía estar abierto, todos habrían podido entrar”.
Promover el diálogo interreligioso es tarea del Gobierno, recordó, y gracias a Shahbaz Bhatti “se han movido los primeros pasos en esta dirección”.
Se han encontrado con Paul Bhatti durante su visita a Roma también el vicepresidente de la Cámara Rocco Buttiglione y una delegación de parlamentarios italianos de la Asociación Amigos de Paquistán.
Buttiglione expresó a Bhatti su solidaridad y cercanía por la desaparición de su hermano, a quien fue de los primeros en definir como mártir de la fe y de los derechos humanos, y renovó su compromiso de apoyar los esfuerzos para tutelar a las minorías y a la comunidad cristiana en Paquistán.